Capítulo 13

Vanessa, que conducía el coche, se maravilló al ver un hermoso jardín de flores en aquel pueblo. Detuvo el coche inmediatamente.

"Niños, ¿qué tal si vamos al jardín?", preguntó Vanessa a los seis niños del orfanato que la acompañaban.

Y los seis niños respondieron alegremente a la pregunta de Vanessa.

"Sí".

"Sí".

Vanessa soltó una risita, estaba muy feliz de ver a los niños del orfanato tan animados por ir al jardín de flores.

Vanessa salió inmediatamente del coche, sin darse cuenta de que, a lo lejos, Diego apuntaba con el arma en su dirección.

"Vamos", invitó Vanessa, abriendo la puerta del coche.

Los seis niños salieron corriendo del coche, sus rostros y actitudes demostraban lo felices que estaban por ser llevados de paseo por Vanessa.

Diego, que estaba a punto de apretar el gatillo, dudó al ver a los seis niños saliendo del coche. No soportaría dejar que los niños resultaran heridos, por lo que se vio obligado a desistir de su intención de disparar a Vanessa.

Vanessa y los seis niños del orfanato se dirigieron directamente al jardín. Tan felices estaban los seis niños que caminaban cantando.

Sin embargo, fueron sorprendidos por una minivan negra que se detuvo repentinamente frente a ellos.

¡Ckiittt!

"Aaaahhh..." Sorprendidos, los seis niños gritaron mientras corrían a refugiarse detrás de Vanessa.

Vanessa se sintió incómoda al ver a cinco hombres corpulentos saliendo del coche. Lo que dejó a los seis niños aún más aterrorizados fue ver que los cinco hombres portaban armas blancas.

"Tía Nessa, tengo miedo". Algunos de los seis niños estaban llorando. Sus cuerpos temblaban de miedo.

"¿Quiénes son ustedes?" A pesar del miedo, Vanessa intentó mantener la calma. Tenía que proteger a los seis niños del orfanato.

A Vanessa le había enseñado su padre a disparar y a practicar artes marciales, pero su arma estaba en el coche y no sería capaz de vencer a los seis hombres corpulentos. Sobre todo porque todos llevaban armas blancas.

Pram era quien lideraba el ataque. Miró a sus cuatro hombres uno por uno: "¡Matenlos a todos ahora!".

Los cuatro hombres de Pram asintieron. Inmediatamente caminaron hacia Vanessa y los niños, apuntándoles con cuchillos.

Pero se sorprendieron al ver un coche que venía a toda velocidad hacia ellos.

¡Brrrmm...!

¡Brrrmmm...!

¡Brrrmmmm...!

Vanessa corrió inmediatamente, llevando a los niños del orfanato lejos del coche.

Hasta que el deportivo rojo logró atropellar a uno de los hombres de Pram.

¡Buuukkk!

El cuerpo del hombre salió despedido. Su cuerpo estaba tan gravemente herido que no pudo hacer otra cosa que gemir de dolor. "Arrrghhh..."

Ahora solo quedaban cuatro enemigos.

El deportivo se encontraba ahora en medio, haciendo que Vanessa y los niños se sintieran un poco más seguros. Porque estaban en el lado derecho del coche, bloqueados por el coche de Diego. Mientras que Pram y sus tres hombres estaban ahora en el lado izquierdo del deportivo.

Vanessa sentía mucha curiosidad por saber quién era el dueño del deportivo rojo. Podría decirse que el dueño del coche era una figura heroica para ella y los niños del orfanato.

Poco después, se vio a un hombre salir del coche. El hombre parecía muy tranquilo mientras mascaba chicle. Resulta que el hombre era Diego.

Diego decidió ayudar a Vanessa y a los niños del orfanato. No porque le importara Vanessa. Pero no quería que los niños del orfanato resultaran heridos.

"¡Mierda!". Pram estaba furioso porque el desconocido había frustrado su plan. Él y sus tres hombres corrieron inmediatamente para atacar a Diego.

Diego deliberadamente no llevaba ningún arma. No quería que nadie sospechara que era un mafioso, así que luchó contra ellos con sus propias manos.

Diego se lanzó al asfalto, interceptó el pie de uno de los hombres de Pram. Haciendo caer al hombre, Diego agarró rápidamente la espada de la mano del hombre. Y se la clavó en el pecho.

¡Bugh!

Diego incluso apuñaló al hombre en el estómago con la espada.

¡Jleeb...!

Los dos hombres de Pram atacaron inmediatamente a Diego. Entonces se oyó el sonido de espadas chocando.

¡Trang!

¡Trang!

¡Trang!

Pram se dio cuenta de que Diego no era un hombre común. Por su forma de luchar, el hombre parecía muy entrenado. Así que aprovechó la situación en la que sus dos hombres estaban luchando con Diego, corrió inmediatamente y se metió en el coche para escapar.

No porque Pram fuera un cobarde, sino porque no podía ser imprudente. Podía matar a Vanessa en otro momento.

"¡Mierda!". Diego maldijo al ver el coche de Pram alejarse a toda velocidad.

Diego quiso correr tras Pram, pero uno de los hombres de Pram logró herirle en el hombro.

¡Street...!

"Shhhh...". Diego parecía tener dolor. Inmediatamente los atacó.

Vanessa estaba muy preocupada por el hombre que era dueño del deportivo rojo, porque por ayudarla a ella y a los niños, el hombre ahora estaba herido. Pero en este momento le estaba costando mucho moverse, los seis niños la estaban abrazando desde varias direcciones. Y Vanessa intentaba calmarlos.

En un instante, Diego logró derrotarlos. Ahora los dos estaban caídos en el asfalto.

Vanessa miró a Diego, que parecía sin aliento. Su hombro estaba cubierto de sangre. Aunque éste era su primer encuentro con el hombre, Vanessa admitió que el hombre era muy guapo. Pero como se encontraban en una situación muy tensa, Vanessa no debía dejarse hechizar por su buena apariencia.

"Los malvados ya han sido derrotados, niños. ¡Subid al coche!", pidió Vanessa a todos los niños.

Los seis niños del orfanato subieron inmediatamente al coche. Se sintieron muy aliviados porque por fin había un héroe que logró salvarlos.

Vanessa caminó inmediatamente hacia Diego, se sintió muy culpable al ver el hombro herido de Diego.

En este momento, Diego parecía muy molesto porque Pram logró escapar. De hecho, sentía mucha curiosidad por saber por qué el lacayo del Sr. Arthur quería matar a la hija de su propio amo.

"Gracias por salvarnos. Le debemos la vida. No sabemos cuál habría sido nuestro destino sin usted". Vanessa agradeció sinceramente a Diego. Sentía que Diego era un ángel enviado por Dios para ella. No sabía cuál sería el destino de ella y de los niños sin Diego.

"Hm, de acuerdo". Esa fue la única respuesta de Diego.

Aunque Vanessa estaba un poco molesta con el hombre, ella había expresado su agradecimiento con sinceridad, pero recibió una respuesta muy corta y concisa. Sin embargo, a pesar de ello, no debía ser desagradecida.

"Su hombro está herido. ¿Qué tal si viene conmigo? Quiero curarle la herida".

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