Capítulo 18

NARRADOR

El día del juicio llegó, y los nobles más importantes del reino, así como los representantes más influyentes entre los plebeyos, se encontraban allí, para el que sería un evento sin procedentes, puesto que, por primera vez en su historia, uno de los tres grandes duques sería juzgado.

- Estamos aquí para el juicio del ex duque Rivotra, su esposa y su hija, así como de los sirvientes y guardias de la mansión Rivotra, los cuales fueron cómplices del maltrato e intento de homicidio de la gran Águila – comienza a hablar la reina.

Las palabras de la reina impresionaron a más de uno, puesto que si bien había rumores, era muy diferente oírlo de viva voz de la reina.

- Comenzaremos a juzgar a los sirvientes de la mansión – dice la reina, y así todos fueron obligados a entrar a aquel lugar, un gran salón de forma circular de cuyo centro estaba totalmente despejado, mientras que todo su perímetro se encontraban unas gradas donde se encontraban las personas presentes, y en el centro se encontraban los monarcas.

Los sirvientes fueron divididos por los guardias en dos grupos distintos, analizando las declaraciones tomadas, la reina fue quien los había dividido de esa manera, solo uno de los tres grupos fue llevado el centro del salón, mientras que el grupo restante fue acomodado en la orilla del recinto.

- El primer grupo es juzgado por complicidad, si bien se ha demostrado que ellos no participaron activamente en los maltratos contra la gran Águila, si callaron, lo que los hace cómplices – comienza a hablar la reina, y varios sirvientes se encargan de repartir el expediente de esos sirvientes, expedientes que la reina había hecho con ayuda del rey

En su mayoría eran caballeros que rara vez entraban a la mansión, pero eso no significaba que no supieran lo que pasaba, también había uno que otro miembro del personal doméstico de la mansión, quienes por miedo callaron

- Es por eso que propongo que sean condenados a los campos por 17 años, si están de acuerdo con esta sentencia, digan yo y de no estarlo, digan sus propuestas – dice la reina.

Los campos eran una gran extensión de tierras fértiles que se usaban como prisión, allí los prisioneros debían trabajar de sol a sol en los campos de diferentes tipos de cultivos, puesto que debían pagar con trabajo el peso de sus crímenes, en dicho lugar solo eran enviados personas con delitos menores y una vez salían de aquel lugar se les otorgaba un pequeño pago con la esperanza, de que este les ayudara a salir adelante y no volver a caer en la delincuencia.

Uno a uno los presentes se mostraron de acuerdo con la sentencia, puesto que opinan que es lo mejor, puesto que si bien estas personas son culpables del crimen que se les acusa, muchos estaban bajo amenazas y por eso no dijeron nada, por eso consideraban que el castigo propuesto por la reina era justo.

- Como todos se mostraron a favor, así se hará, guardias llévenselos, serán trasladados a los campos en la mayor brevedad posible – sentencia la reina y los prisioneros no pudieron evitar llorar, todos de alegría al saber cuál sería su condena, puesto que sabían que por el simple hecho de que la gran Águila estaba implicada, les puedo haber ido mucho peor.

El  primer grupo abandono la sala, y ahora el segundo grupo fue llevado al centro del salón, la mayoría eran miembros del personal doméstico, quienes con tal de obtener el favor de la duquesa, no dudaron en maltratar a la joven Rakia, así como los guardias que ayudaron en la captura de la joven el día de su huida.

- Este grupo es juzgado por actuar en contra de la gran Águila, por ser partícipes en los múltiples maltratos a los que la joven fue sometida, así como de cooperar de manera activa en el atentado en su contra – comienza a hablar la reina – por sus crímenes su castigo sería la torre, o la ejecución, pero debido a que es un número considerable de personas, estoy segura de que podemos aprovecharlos de una mejor manera, como sabrán últimamente las relaciones con el reino del Fuego están algo tensas, desde que la nueva reina tomo el trono, ha habido muchos cambios en aquel reino y eso ha repercutido negativamente en las relaciones con los demás reinos, incluyendo el nuestro, es por eso que propongo que, como gesto de buena voluntad hacia la nueva reina del fuego, mandemos a este grupo como esclavos a dicho reino, si bien nuestro reino nunca usaría la vida de su gente como moneda de cambio, los individuos frete a mí ya no pueden ser considerados ciudadanos del reino del aire, dudo siquiera que puedan considerarse humanos, puesto que ni un humano sería capaz de actuar de esta manera tan atroz contra otra persona, mucho menos contra una niña, es por eso que considero este castigo como algo justo, quienes estén de acuerdo digan yo, y los que no lo estén, escucharé sus propuestas – termina de hablar la reina.

Ante las palabras de la reina los prisioneros comenzaron a rogar piedad, puesto que era muy conocido que desde la muerte de los anteriores reyes, la actual gobernante del fuego, era una tirana, y que desde su ascenso, ella había comenzado el comercio de esclavos dentro de su territorio, algunos de los afortunados que habían podido escapar, contaban de los tratos inhumanos a los que fueron sometidos, tratos tan terribles que lo vivido por Rakia era un juego de niños comparado con lo que les esperaba si es que les dictaban aquella sentencia.

- Silencio – grita la reina y hace una cúpula de aire alrededor de los prisioneros que evita que sus gritos se sigan oyendo.

Una vez la clama se restauró, se dio a conocer la opinión de los presentes, y aunque algunos no estuvieron de acuerdo, ya que les parecía algo cruel, la mayoría estuvo conforme con dicha sentencia, y aquellos que se negaban, no pudieron dar una propuesta lo suficientemente buena, por lo que la sentencia quedo aprobada.

- Se ha llegado a un acuerdo, estos animales, porque en este reino ya no son considerados humanos, serán enviados al reino del fuego dentro de 3 días – dice la reina, y en la sala solo se pueden oír los gritos pidiendo piedad perdiéndose en la distancia – ahora se llevará a cabo el juicio de la ex familia ducal – comienza a hablar nuevamente la reina, una vez todo está en calma.

Kapheira, junto con Torm y Auretta, hacen su entrada. Los tres lucen terribles, ya poco queda su orgullo y altanería, pero quien lucía peor era Kapheira, quien sabía que estaba perdida, y solo le quedaba rogar porque su castigo fuera la muerte.

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