Acercamiento

Llegamos, muchas gracias señor, su ayuda fue muy oportuna. – Le dice Alexandra con una sonrisa que por poco hace que a Alonso se le detenga el corazón, no sabe porque esa mujer logra provocar esas sensaciones en él, pero está convencido que ella es la mujer de su vida.

- Fue un gusto, pero no me digas señor, me llamo Alonso ¿y tú?, aun no se el nombre de la persona que choca conmigo todo el tiempo. – Dice este con apariencia tranquila.

- Es cierto, me disculpo. Mi nombre es Alexandra Larios. – responde esta avergonzada, como es posible que ni siquiera haya pensado en presentarse, está pensándose seriamente lo que su hermano le dice, “Ale eres un arroyo de problemas y una descuidada sin remedio”

- Bonito nombre, mira Alexandra esta es mi tarjeta, creo que me puedes invitar un café como disculpa por la camisa y por chocar 2 veces conmigo. – Recomienda Alonso muy contento, pero sin demostrarlo sigue mostrando un rostro pasible

Alexandra se queda en la luna, definitivamente es una tonta, se espabila de pronto aceptando la tarjeta y disculpándose nuevamente.

- Tiene razón, pero que grosero de mi parte, claro que sí, me comunicare con usted para ver cuando tiene tiempo.

- Muy bien esperare tu llamada.

Sin más se retira del lugar muy contento con lo que logro, piensa que quizá fue muy poco creativo pero lo importante era el resultado y este se dio así que se fue feliz, pero de pronto recordó lo que le conto Alexandra y su expresión cambio, va a averiguar lo que está pasando, no le gusta para nada que ella sufra cualquier mínimo agravio, se acaba de dar cuenta que para el Alexandra es intocable.

Por otro lado, Alexandra se quedó en la luna, ya no entendió nada de lo que paso, no se veía que estuviera enojado, pero ¿quiere una disculpa formal? Se pregunto, no lo sabe, pero si está segura de que estará feliz de volver a verlo y ahora tiene su teléfono, no podría estar más feliz, ni todo el trabajo que le espera en la bodega le quita la sonrisa.

- Hijo hasta que te encuentro, pensé que te habías ido. – Se acerca Amanda a su hijo que lo vio cuando ya iban saliendo.

Antes de que Alonso pudiera responder se escuchó una dulce voz.

- Alonso pero que alegría verte, no sabía que viniste con mi madrina, hace tanto que no te veo. – Le dice con un tono de dulce reclamo.

- Hola Valeria, ¿cómo estás?, si he estado muy ocupado. – Le responde Alonso frio como siempre, además que sigue enojado por lo que sabe y eso que no está enterado de la situación a fondo.

- Claro me imagino, tomar el mando de un emporio tan grande como el Ferrer, debe significar mucho trabajo. – dice Valeria restando importancia al tono como Alonso le respondió él siempre es así, desde que lo conoce no es de acercarse mucho y tener amigos, solo tiene dos y ya, por eso no le presta mucha atención a eso.

- Hijo Valeria me invito a almorzar, como ya teníamos planes te parece si ¿vamos los tres?

- Si mamá, no hay problema. – Responde Alonso – En realidad no está nada contento por tener que compartir mucho con Valeria, hasta ese momento no le había prestado mucha atención, siempre estaba por ahí al rededor, pero hoy especialmente no la soporta. Sin embargo, no le puede decir eso a su madre, primero porque es su querida ahijada y segundo porque él fue el que invito a almorzar a su mamá y se ofreció a acompañarla a ese lugar; dado que aún no puede contarle a su mamá de Alexandra es mejor seguir la corriente.