¡Quiero a mi mamá!

Roxana estaba inmóvil viendo cómo su "mejor amiga" y su esposo se besaban con ardiente pasión.

Hasta que ya no pudo aguantar más y se les fue encima a los dos.

¡Malditos!, ustedes dos me engañan y yo no me había dado cuenta. ¿De manera que era mi esposo del que estabas hablando?, ¿no decías que eras mi amiga?

Lo siento, amiga, fue sin querer simplemente los dos nos enamoramos.

¡Pero qué cínica eres!, ¡estás hablando de mi esposo! Roxana estaba hecha una furia.

Arap la detuvo porque quería arremeter contra ella.

Cálmate, fue un error. Ella me sedujo.

¿Y ahora me vas a echar la culpa a mí?, tú fuiste el que me persiguió hasta que te hice caso.

Pero, ¿por qué, Isabella?, si aquí tenías casa y comida, tenías todo, ¿por qué actuaste de esa manera?

Amiga, entiende tu esposo necesitaba una mujer de verdad así como yo, no como tú que eres muy insignificante.

¡Isabella, no hables así de mi esposa!

¿Y ahora la vas a defender?, pero, ¿estás loco?, Isabella estaba que echaba chispas por los ojos.

Ya cállate Isabela, en este mismo momento los dos se largan de mi casa, porque esta es mi casa.

Te equivocas, yo también he aportado mucho a esta casa, si no fuera por mí nada hubiera progresado, dijo Arap a modo de defensa.

Tú eras un don nadie cuando te casaste conmigo, y gracias a mí tú estás en donde estás, pero yo puedo deshacer todo eso en el momento que se me dé mi gana. Todas estas empresas son mías, mi padre me las heredó y tú nada más viniste a ser un achichincle porque no vales nada.

Te equivocas si piensas que voy a abandonar todo esto que me ha costado. Todo esto me pertenece porque yo he luchado por ello. Arap no dejaba de gritar.

Pues ya verás que sí se puede, te voy a correr, te voy a quitar todo y te vas a quedar en la calle. Largo de mi casa.

Tú no puedes correrme. Esta casa también me pertenece.

Por favor, amiga, entiende, esto fue un error, me arrepiento de lo que pasó, dijo Isabella con cara de yo no rompo un plato.

No seas hipócrita, si bien que te metías con mi marido a mis espaldas. Eres una mala amiga yo confiaba en ti. Eras como una segunda madre para mi hija y ahora te has vuelto una p...

Ni lo digas, yo no soy una de esas. Simplemente, me dejé llevar por la pasión. ¿Qué querías que hiciera?, si tu esposo me acosaba.

Pues sí, pero por lealtad a mí debiste haberlo rechazado, o me hubieras dicho lo que estaba pasando, sin embargo, no me dijiste nada y te acostaste con él.

Arap trató de tomarla por los brazos, pero ella lo rechazó enérgica. !No me toques!

Por favor Roxana, contrólate, vamos a hacerlo por nuestra hija.

¿Nuestra hija?, eres un poco hombre, hasta este momento ni siquiera te has acordado de ella, no te acordaste tampoco cuando andabas en los brazos de esta estúpida.

Y no me vas a hablar así, Isabella le dio una cachetada del tamaño de bola de fútbol.

Pero Roxana no estaba manca y le regresó la bofetada dos veces más grande.

Luego, las dos se enfrascaron en una lucha feroz.

Arap trató de contenerlas, pero no podía separarlas.

¡Basta!, gritó. No estamos en una frutería ni en una lavandería, estamos aquí en la casa por favor guarden la compostura, la niña está dormida.

Y tú, cállate, no eres quien para decir lo que voy a hacer en mi casa; en este mismo momento se me largan los dos y ya no lo voy a repetir, o se largan ahorita mismo o llamo a la policía.

Por favor, amor, vamos a platicarlo.

Ya no hay nada que decir, tu engaño es evidente, ya no los quiero aquí en mi casa.

Arap ya no hallaba qué hacer para convencer a su esposa.

Amor, dame una oportunidad más, por favor no quiero dejarte, yo te amo.

No me llames amor, y desde este momento ya no somos nada, yo ya no te amo, me has traicionado y me duele mucho esto que me has hecho. Me divorciaré de ti y te dejaré en la calle.

Has obrado mal y esto lo tienes que pagar.

Roxana cogió el teléfono y se dispuso a marcar.

En eso, Arap cogió un florero que estaba en una de las cómodas de la sala y le dio un golpe fuerte en la cabeza.

Roxana cayó fulminada al suelo.

Esther se levantó asustada y se disponía a bajar.

¡Mamá, mamá! ¿En dónde estás mamá?

Al oírla, Isabella inmediatamente fue con ella.

Tranquila hijita, ¿por qué estás despierta?

¿Quiero a mi mamá? ¿Dónde está ella?

Tu mamá tuvo que salir de pronto, pero regresará en unos días mi amor.

Pero, ¿a dónde fue?, ¿por qué no me dijo nada?

Tuvo que salir de urgencias hijita, pero no te preocupes, todo está bien. Ven, vamos a la cama, te ayudaré a dormir.

Ni mamá me cuenta cuentos. Dijo la niña tratando de que Isabella le contara a uno.

Está bien te contaré un cuento pero te duermes.

Isabella empezó a contar, pero Esther la interrumpió...

Mi mamá los cuenta mejor, ya no quiero nada, vete.

Tranquila hijita debes de dormir.

¡Quiero a mi mamá!, la niña empezó a llorar.

Tranquila, duerme, tu mamá regresará en unos días.

Al fin la niña se quedó profundamente dormida.

Maldita guerca nunca se duerme. Espero que no dé mucha lata.

Isabella volvió a la sala donde estaba Arap con Roxana en el suelo.

¿Y ahora qué va a pasar?, preguntó.

Ya le hablé a unos amigos, van a venir por ella.

Cinco minutos después llegaron los amigos. Cargaron a Roxana y la subieron a un coche.

Arap se fue con ellos.

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Comments

mariela

mariela

Lo que hace la ambición Arap seguro va a creer que la asesino sabrá dónde la van a tirar para después hacerce la víctima de que su esposa desapareció y lo dejo solo con la niña que desgraciado.

2024-06-09

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