capítulo 8- su llegada...

— de ninguna manera, mi hija no puede casarse con alguien inferior.— se queja la reina.

Se había enterado sobre los cambios que planea hacer el rey y no puede permitirlo, su hija debe de casarse con un príncipe de Trois Blanc, por eso envió de manera insistente la invitación y ahora que uno de los príncipes llegará al reino, su esposo quiere que Frida se comprometa con el que es el prometido de Valentina.

— Valentina debe de casarse con él, mi hija no, mi hija no merece tan poco.—

— quien decide soy yo. Escuche que quieres que Frida se case con uno de los príncipes de Trois Blanc, pero, ¿que te asegura que uno vendrá al festival? La última vez que alguien vino del palacio, fue solo un secretario.— le recuerda el rey.

— esta vez vendrá uno, el príncipe de la línea principal, Maximiliam Chevalier, es perfecto para Frida.— asegura la emperatriz.

—¿segura? Si el viene, no tardará en escuchar los chismes, todos hablan sobre Frida y el joven duque, ¿crees que sabiendo eso, pedirá la mano de Frida? —

— lo hará, mi hija es hermosa, educada y carismática. Y ya lo has dicho, solo son chismes.—

— bien, si ese príncipe se interesa en ella, aprobare el compromiso, pero si no, se casa con el hijo del duque Cremond.— propone el rey.

— perfecto, ya lo verás, mi hija no tendrá tan poca cosa.— ella esta segura que su hija captará la atención del príncipe.

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Esa noche, Valentina estaba en la azotea del palacio, cuando escucha el sonido de los cascos de caballos, así que se asoma, observando que era aquel rubio y su escoltas llegando, parece que no tenía animos de llegar al reino, puesto que este se había marchado antes que ella al salir del bosque. En la entrada, la reina era quien lo recibía estuciasmada, junto con Frida, quien al verlo, no puede despegar la vista de ese atractivo hombre, era atractivo, mucho más de lo que es Alvin, además hay una gran diferencia, Alvin tiene un rostro amable y es atento con ella, mientras que ese hombre ante ella, tiene un aspecto rudo y enigmático, incluso las doncellas que estaba acompañando a la reina, parecían nerviosas ante su presencia. La reina se presenta y saluda con una reverencia, presentando a Frida, quien también se inclina en un reverencia.

— es un honor tenerlo en esta palacio, su alteza...— habla Frida.

— alteza, le hemos reservado la mejor habitación y el mejor servicio. — agrega la reina con gran entusiasmo.

Maximiliam observa a ambas mujeres, Frida al darse cuenta de su mirada, agacha la cabeza un poco mostrándose avergonzada, mientras Maximiliam la observa, la reina al notar esto, supone que Frida ha captado la atención del príncipe.

— asegúrese de que nadie me moleste.— ordena Maximiliam.

Maximiliam pasa de largo, sin siquiera prestarle mucha atención a ambas. El capitán de su escolta hace una reverencia ante la reina.

— me disculpo majestad, su alteza esta cansado del largo viaje.—

— por supuesto, asegúrese de que descanse y me aseguraré de que mañana le sea enviado un nutritivo desayuno.— responde la reina.

La reina ordena a sus doncellas que se encarguen de servir bien al príncipe, porque es un gran invitado de honor. Al escuchar las ordenes, el capitán solo puede pensar que la reina es demasiado encimosa y sus intenciones eran obvias, no hay forma de que Maximiliam no se diera cuenta, por eso se negaba a acudir a ese festival, hasta que recibió la orden de su madre de acudir y ponerle fin a todas esas cartas que llegaban al palacio de manera insistente.

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Al día siguiente, a la salida del área de invitados, Frida y un grupo de doncellas ya estaban esperando, Frida hace una reverencia y le dice que su madre la ha enviado personalmente para que lo lleve al comedor, porque los reyes quieren que desayune con ellos. Maximiliam accede a ir, quiere ver que es lo que esa familia intenta.

— mi madre esta emocionada por su presencia, alteza y debo decir que yo también me siento honrada de ser su guía.— la chica se muestra avergonzada.

Maximiliam no responde a las palabras de Frida, pero ella sigue hablando, de como el palacio es un lugar tranquilo, con jardines hermosos y perfectos para dar un paseo, incluso le dice que pueden dar uno después del desayuno, pero escuchan una leve risa, por lo que Frida se detiene, viendo que se trata de Valentina que iba llegando.

— ayer coqueteabas con mi prometido y ahora, con este hombre...— Valentina deja ver una sonrisa maliciosa.

Frida se sobresalta al escuchar las palabras de Valentina, pero se encoge de hombros agachando la mirada.

— hermana, por favor...ten educación ante el segundo príncipe de Trois Blanc...— menciona nerviosa.

Valentina voltea hacía Maximiliam y sonríe, por supuesto Maximiliam permanece en silencio aunque se puede notar un leve sonrisa en sus labios.

— ¡oh! Pero si es mi salvador, que gusto verlo de nuevo, Alteza, espero aún me recuerde.— levanta la mano ante el rubio.

Frida se sorprenda al escuchar las palabras de Valentina y más cuando, Maximiliam sujeta con delicadeza la mano de la albina, inclinándose para dejar un beso en el dorso de la mano.

— jamás podría olvidar esa noche tan emocionante en el bosque, creí que un hada había caído en mis brazos.— sonríe de manera coqueta.

El capitán y los escolta de Maximiliam estaban impactados al escucharlo, las doncellas no sabían ni que decir, mientras que Frida luce una expresión de molestia, apretando las manos en la falda de su vestido, y es que no esperaba que Valentina conociera al príncipe, además de que se ha portado muy cortés con Valentina, mientras que a ella parece solo ignorarla.

— que encantador alteza, pero mejor me retiro, parece que su acompañante esta incómoda.— mira a Frida fijamente.

— n-no es así...solo me sorprende que se conocieran...—

— es una historia curiosa. Con su permiso.— Valentina hace una reverencia.

— espero verla pronto, hermosa hada.— se inclina levemente.

Así, continúan su camino hacia el comedor, donde los reyes ya los esperan. El rey no duda en comenzar una platica con Maximiliam sobre los acontecimientos históricos de su reino, aunque Maximiliam no estaba muy interesado en su platica. Mientras que la reina, le pide a Frida que terminando el desayuno, invite a Maximiliam a dar un paseo por el jardín, debe de volverse cercana a él, pero Frida se muestra dudosa, ella quiere a Alvin, pero Maximiliam se le hace atractivo y le molesta el hecho de que Valentina ya lo conociera, incluso se quedo pensando sobre lo que el rubio dijo de encontrarse en un bosque, ¿acaso eran amantes? No, no había forma de que sea así, Valentina estaba en una academia y recién salio, mientras que Maximiliam es un hombre ocupado con los deberes de su imperio. La reina al ver que Maximiliam y el rey han dejado la platica, aprovecha para hablar con él.

— escuche que su alteza aun no se ha comprometido.—

— así es, me temo que no me sobra tiempo para mantener un compromiso, así que prefiero disfrutar de la vida, usted me entiende.— menciona de manera descarada.

— por supuesto, pero pienso yo que debería empezar a pensar en casarse, escuche que todos sus hermanos ya tienen un matrimonio solido.—

— así es, todos se han casado y formado su propia familia, por supuesto, han encontrado a la persona correcta.—

— por supuesto, sabe, mi hija Frida tampoco se ha comprometido, ella es una dama amable y hermosa, ¿no le parece? Tal vez deberían conocerse.—

Maximiliam mira fijamente a Frida, la cual deja ver sus mejillas sonrojadas al sentir la mirada del rubio.

— no vine aquí en busca de una esposa, solo he venido a representar a mis padres en su festival. — deja sus cubiertos y se pone de pie.— con su permiso me retiro.

Maximiliam sin importar si es o no, mala educación, sale de ese sitió, era bastante molesto el hecho de que le hayan hecho ir solo para que la reina intente hacerla de casamentera y ofrecerle a su hija. Maximiliam detiene sus pasos cuando escucha que le hablan y era Frida quien le ha seguido.

— mi disculpo por mi madre majestad, no tenía idea de que sugeriría algo así, pero ella esta insistente en que encuentre un buen hombre para casarme.— Frida deja ver una expresión de preocupación.

— entonces se equivoca conmigo, yo no soy bueno, su madre parece no conocer la reputación de mi familia.—

Dicho esto, Maximiliam sigue su camino, no necesita perder el tiempo con esa joven, cuyas intenciones no parecen nada buenas.

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