Los celos de Samael.

Azrael llegó bastante tarde y Samael escuchó que este subía.

Azrael — Que cansancio...

— sururra para no despertar a Samael —

Samael — ¿Por qué llegas tan tarde?

Azrael — Oh, estás despierto...

Samael — No, estoy durmiendo con los ojos abiertos, hasta hablo.

Azrael — Jaja...que chistoso.

— Este se escucha muy cansado como para pelear —

Samael — Uh...

Azrael — Tápate los ojos, voy a cambiarme.

Samael — Okey...

Samael se cubre los ojos y Azrael se quita la ropa para ponerse el pijama.

Azrael — Ya está.

Samael — Te tardas como una hora.

Azrael — Claro...

Azrael realmente estaba muy cansado, solo suspiró y se sentó en la cama dándole la espalda a Samael.

Samael — Oye...¿Estás bien?

Azrael — ¿Uh?...sí.

Samael se levantó y puso ambas manos en los hombros de este detrás de él.

Samael — ¿Seguro?, te oyes...muy cansado.

Azrael — ¿Entonces para qué preguntas?

Samael — Ya vuelvo.

Azrael — ¿A dónde crees qué vas?

Samael — Espérame.

Samael bajó rápidamente y fue a la cocina a hacerle un té al arcángel.

Mientras le preparaba el té se quedó pensando.

Samael — ¿Por qué estoy haciendo esto-?

Al terminar el demonio subió y le dió el té.

Azrael — Le pusiste veneno, ¿Verdad?

Samael — Pfff...obvio no.

Azrael — Uhm...¿Y ese milagro qué no te molestas?

Samael — ¿Te lo vas a tomar o no?

Azrael — Gracias.

Samael — De nada.

Azrael tomó un poco del té y se relajó un poco.

Samael — ¿Te gustó?

Azrael — Sí.

Samael — Que bueno...

Este se acuesta pero sigue viendo al arcángel muy agotado.

Samael — E-em...

Azrael — ¿Qué sucede?, ¿Estás bien?

Samael — Sí...em..

El arcángel toma el mento del demonio y lo mira a los ojos.

Azrael — ¿Realmente no pasa nada?

Samael — E-e-eh...s-suéltame..

Azrael — ¿Por qué no me empujas eh?

Samael reaccionó, se apartó y Azrael solo rió.

Samael — No es chistoso.

Azrael — Ver como te pones nervioso para mí es chistoso.

Samael — Jódete.

Azrael se sentía "completo" con Samael a su lado, era una calidez de plena felicidad.

Samael — ¿Q-quieres qué te haga un masaje en la espalda...?

Azrael se sorprendió y se ruborizo.

Azrael — ¿Es...en serio?

Samael — Ajá...— Agachó sus orejas por la vergüenza —

Azrael — Pues...claro..

El demonio se puso atrás de él nuevamente y puso sus manos en los hombros del arcángel para comenzar a masajear con movimientos suaves, proporcionándole un alivio momentáneo.

Azrael — Uff...hace tiempo que no me sentía tan relajado...

Samael — Y-ya lo noté...

Azrael soltaba quejidos de alivio y dolor por la fuerza que Samael intensificaba a cada minuto, esto hizo sonrojar al demonio y ponerlo aún más nervioso.

Al terminar Azrael se sentía muy ligero.

Azrael — Gracias.

Samael — No es nada...

Azrael — ¿Nos dormimos ya?

Samael — Sí

Samael antes de levantarse y apagar la luz, notó que el arcángel tenía chupones en el cuello, eso hizo que a este le salieran cuernos y los ojos rojos.

A cada segundo la cola del demonio se movía para todos lados bruscamente.

Samael — ¿Por qué mierda tienes chupones en el cuello?

Azrael — ¿¡Eh!? — Se cubre —

Samael — Explícame.

Azrael — No es nada, solo me picó un bicho...

Samael — Sí claro un bicho.

Azrael — (¿Realmente no te acuerdas qué fuiste tú el qué me dejó tremendos chupones en el cuello la noche de la fiesta?)

Samael — ¿Me vas a dar la puta explicación?

Azrael — Ja, ¿Por qué tendría qué darte explicaciones de lo qué haga o deje de hacer?

Samael — Porque eh...eh..te lo estoy preguntando.

Azrael — ¿Acaso estás celoso?

Samael — JAJAJA, QUISIERAS

Azrael — Uhm...entonces no veo el motivo de tu molestia.

Samael — ¿Quién te dijo qué estoy molesto?

Azrael — Se te notan los cuernos y tus ojos están rojos, eso solo ocurre cuando un demonio está molesto.

Samael — Ehh...

Azrael — No te molestes, no es como que esté con alguien.

Samael — ¿¡Y cómo explicas eso!?

Azrael — Samael, confía en mí.

Samael — Vete a la mierda Azrael.

El demonio bastante molesto apagó la luz y se acostó dándole la espalda al arcángel.

El arcángel solo soltó una pequeña risita. Al momento Azrael lo abrazó de la cintura quedando en la posición de "cucharita"

Samael estaba muy celoso pero de alguna forma quería marcar su propiedad en Azrael.

Samael — Quita tus manos de mí.

Azrael — Hace frío...déjame un rato.

Samael — Bastardo hijo de perra.

Azrael — Ujum...lo que tú digas...

A los minutos Azrael se quedó dormido al lado del hombro de Samael y este aparte de sonrojado estaba muy nervioso pero, no lo apartó y se durmió también.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***