Han sentido que quieren ir súper sexy algún
lugar o al menos decentes, buscas en tu guarda ropa y no encuentras una mierda.
Es desesperante, sacas cosas que ni te recordabas que tenías guardadas, pues eso
me pasa hoy y preciso hoy que mi amiga me invita a un nuevo bar en la ciudad
que está siendo todo un éxito, para celebrar mi ingreso a la universidad.
Suspiro, me tiro en la cama con un motón de prendas desperdigadas por el piso,
y ahora que hare… creo que llamare a Esmeralda para decirle que no iré, no
quiero ir como una pordiosera, miro mi celular con tristeza cuando soy interrumpida
por el timbre de mi apartamento, me levanto de la cama para mirar quien timbra
y me sorprendo cuando veo a Esmeralda con una bolsa gigante, abro la puerta y
dice.
—¡YA LLEGUÉ QUERIDA! SOY TU HADA MADRINA, ¡NO
ME LO AGRADESCAS! —Dice eso mientras me guiña un ojo moviendo sus caderas. Tira
la bolsa gigante que trae y se sienta en mi pequeño salón.
—¿Lista para salir de tu apartamento como una
perra loca? —dice eso mientras ríe.
—Pero… ¿Qué dices, Esmeralda? No me vestiré
como una P-perra —la miro como si estuviera diciéndome que vio un
extraterrestre desnudo en su cocina, sonrió ante mi pensamiento.
—¿¡Ana cuando te vas a alocar un poco!? Vamos a
un bar, no a una iglesia ¡por dios santo! Tenemos que conseguirte un hombre para
ti ¿O piensas morir virgen? —dice eso mientras se levanta y me mira coqueta.
—P-pero ¿Qué dices? ¡NO MORIRE VIRGEN! —Me
sonrojo por su comentario, realmente me sonrojo por cualquier cosa sexual que
diga la gente, soy un caso perdido.
—Al paso que vas… créeme que ni tu primer beso
darás —dice eso mientras ríe como guasón.
—¿A qué viniste? A decirme mojigata de mil
maneras, o ayudarme a verme bien para irnos —la miro con cara de ogro.
—Lo segundo, apurémonos tenemos mucho que hacer
contigo —dice eso mientras me toma de la mano y me lleva a mi pequeño cuarto,
me pasa la bolsa que traía y saca un vestido rojo pasión hermoso cruzado por
detrás con falda de bailarina de tango, sin llegar hacer vulgar —Pensé en ti
cuando lo saque de mi guarda ropas, solo lo use una vez y sé que el rojo te
quedara divino por tu color de pelo.
—Se me había olvidado que mi amiga es rica —rio
un poco sarcástica
—Bueno no me des las gracias por ser tan
genial.
Al terminar de vestirme y salir para mostrarle
el vestido a Esmeralda me quedo boquiabierta con la vestimenta de mi amiga, es
un vestido dorado bríllate de lentejuelas, tanto que creo que quede siega, es
pegado al cuerpo y les llega casi a los muslos. Me mira y dice
—¡¿Ya estoy lista para la cacería y tú!?! —sonríe
como loca desquiciada.
—¡QUEEE! ¿De que hablas? Yo voy a beber
y a celebrar mi inteligencia.
—Hay… Ana, eres un aguafiestas —me mira
volteando los ojos.
Al terminar de vestirme y maquillarme salimos
contentas y vivarachas hacia nuestro destino, al llegar quedo alucinada. El
club es genial se ven luces afuera y una fila que llega casi a la otra calle y
la música retumba hasta la calle.
—¿No esta como muy larga la fila? —digo mirando
la fila interminable.
—¡Maldición, Ana cállate y disfruta de todo
esto!
—Okey… me calló —digo eso alzando las manos en
son de paz. Nos posicionamos en la fila como todo el mundo, Esmeralda esta que
no cabe de la emoción y yo solo me preocupo en cuanto tendremos que esperar
para tomar unas malditas copas, creo que soy una pesimista de nacimiento. Debería
relajarme y ya, mientras me encuentro divagando en mis pensamientos oigo que la
gente empieza a gritar y a llamar la atención. Trato de mirar lo que todo el
mundo ve, me estiro de puntitas para tratar de observar el gran tumulto que se
forma alrededor de la puerta, pero no alcanzo a ver nada, solo veo a alguien
con traje que entra al club por la puerta principal como si de una estrella del
cine se tratase.
—¿Viste quién era? —Miro a mi amiga que está
hablando con un chico atrás de nosotras.
—¡¿Qué?! —grita por el retumbante sonido que
sale del club.
—¡NADAAA! —grito también dejándola tranquila.
Con todo este ruido no creo que escuche ni sus pensamientos
Miro la puerta a la cual tenemos que llegar, y suspiro
con resignación. ¡Nunca llegaremos! Grito mentalmente. Veo que sale un hombre
trajeado como el de la película hombres
de negro. Busca por un
momento a alguien y de repente nuestras miradas se cruzan acercándose con rapidez
donde nos encontramos, al llegar dice,
—Señoritas, mi jefe les da la bienvenida a usted
y su acompañante para entrar al club. Una invitación exclusiva de parte de él —me
quedo mirándolo, pensando que tal vez no está hablándonos a nosotras. Voy a
denegarme cuando Esmeralda dice.
—¡Siii!, ¡Qué bien! Dígale a su jefe que
encantadas entramos. Muchas gracias —me mira feliz jalándome como si no hubiera
un mañana. Cuando entramos al tumulto de personas, las luces purpuras, rojas y
el retumbar de la música electrónica, me sentía como un mosquito perdido de su zona
de confort. Nos sentamos en una mesa que con rapidez llega un camarero con
pintas de estriptisero y nos pregunta.
—¿Qué les gustaría tomar esta noche muñecas?
—Yo quiero un Bloody Mary y mi amiga… —me mira
esperando que responda y suelto con rapidez dejando de mirar el lugar como boba.
—Un mijito —digo sonriendo.
Después de que nos trajeran lo que pedimos
reímos y bailamos como locas pidiendo bebidas, tanto que no sé cuántos mojitos
pedí después de un tiempo. Desde que llegue al lugar me sentí observada, mire
para todos lados, pero no encontré a nadie tomándonos en cuenta. Me levanto de
mi puesto sin saber dónde diablos se metió mi amiga, ¡DIOS TENGO QUE IR AL BAÑO!
Me dirijo hacia los baños con la idea de luego buscar a Esmeralda. Hago mis
necesidades y me arreglo como lo hacen las demás, al salir me choco con alguien
que no tuvo la delicadeza de siquiera moverse del pasillo, pero esta vez no
caigo de pompa al suelo, porque siento como una mano me toma por la cintura
evitando mi caída. Miro a la persona que me sostiene deslumbrándome con esos
hermosos ojos Esmeraldas, siento como mi corazón palpita como loco, sonríe y
dice.
—Por fin nos volvemos a ver, preciosa…. y esta
vez creo que no te dejare ir —me mira con una sonrisa de lado. Toma mi mano y
me lleva con él, estoy tan encandilada que no dije nada ni hice nada, dejándome
llevar por aquel misterioso hombre. Es como si tuviera un control total de mi ¡¿QUE
DIABLOS TE PASA ANA?! Me doy cuenta que subimos unas escaleras en donde dice zona vip ¿Adónde me lleva este hombre? Grito
mentalmente ya que mi boca se quedó muda también, al llegar diviso un salón
bastante más cómodo y elegante con unos muebles bastante modernos de un rojo
pasión igual que mi vestido, me sienta en uno de sus muebles, le pide a uno de
sus guardias que cierre la puerta mientras él toma una botella de champaña. Sirve
dos copas, se quita su saco del traje negro que lleva dejándose la camisa negra,
se afloja la corbata roja… sube sus mangas y me mira haciendo que me sonroje instantáneo.
—Dime, Ana… ¿Te pongo nerviosa? —dice eso
mientras sonríe y se acerca al sillón donde me encuentro catatónica. Me da una
de las copas que tomo vacilante por un momento.
Alzo mi mirada hacia el nerviosa. ¡¿Cómo sabia
mi nombre?! Si tan solo nos vimos una vez y fue tan rápido. Suelta un suspiro
alto al ver que no respondo nada, nerviosa lamo mis labios que estaban secos
mientras me observa expectante.
—¿C-cómo sabes mi nombre?
—Tengo mis contactos, ¿Espero que no te moleste?
—dice eso tomando un trago de su champan y volviendo a mirarme con esos ojos
esmeralda —¿Me investigo? No entiendo, ¿por qué?
—Ana… eres tan trasparente, puedo ver en tus
ojos perfectamente lo mucho que tus engranajes ruedan —sonríe airoso.
—Tú… sabes más cosas de mí, que yo de ti… eso
me parece injusto —digo con mis mejillas rojas por ser tan brusca. Lo escucho
reír fuerte y seguro.
—Eso es cierto, disculpa mis malos modales, Ana
—Mi nombre en su boca es lo más bonito que he escuchado en mi vida, dios ya
estoy perdiendo la cabeza.
—¿Qué quieres saber? —soltó bebiendo de su copa
con una sonrisa en sus labios.
Por fin sabré cosas del hombre que está en mi
cabeza desde que lo choque, esos ojos Esmeralda me miran con pasión, pero con
un toque de perversión en ellos…. Es todo tan extraño.
—¿C-cómo te llamas?
—Alec Romanov y está en mi club, bienvenida —dice
sonriendo de lado.
—¡¿Este club te pertenece?!—digo sorprendida
abriendo bien mis ojos, él sonríe con diversión viendo mi expresión.
—Este y muchos más —dice levantándose y
ofreciéndome su mano, la tomo un poco dudosa arreglando mi falda, cuando la
tomo me jala hacia el dejándome muy pegada a su cuerpo y haciendo que mi cuerpo
se llene de calor.
—¿Baila conmigo?… —me susurra en el oído y
empieza asonar una canción lenta, trato de negarme para no hacer la vergüenza,
pero él me toma con fuerza y me da una vuelta entre sus brazos dejándome cerca
de él, nos movemos al son del vals relajándome poco a poco, mientras el parece
bastante divertido.
—¿De qué te ríes? —le pregunto un poco enojada pensando que se ríe de mí.
—De lo linda que te ves bailando esta música.
—Pues te enteras de que nunca he bailado esta
música, es mi primera vez… —digo un poco avergonzada.
—Lo sé, Ana… y eso me gusta más —sonríe de lado
a lado con aquellos ojos que te decían un millón de cosas.
—¿Qué sea mi primera vez bailando un vals?
—No… tomar todas tus primeras veces, eso es lo
que más me gusta —la música se vuelve más rápida haciendo que él de una vuelta conmigo,
termina la música y quedamos rosando nuestros labios sintiendo su respiración y
su aliento a champan, el mundo se cae como un talón quedando sola con él.
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Comments
Lianet Patricia Ģallardo Veliz
llego su principe azulllll
2023-02-25
0
me dicen humano
7/10
2022-02-28
0
Bernardita Necuñir
es muy buena maravillosa 🤩 gracias escritora
2021-10-23
0