capítulo 20. cumpleaños felíz

Capítulo 20. Cumpleaños felíz

La luz del día iluminaba la habitación de Samantha, había amanecido de muy buen humor, se levantó a prisa de su cama, y al abrir su puerta se encontró con una caja de cartón, extrañada la levantó del piso y regresó al interior de su habitación, coloco la caja sobre su cama y la abrió, observó con fascinación un hermoso vestido blanco, Samantha sonreía mientras se lo media, le había quedado a la perfección, se apreció frente al espejo, después se apresuró a quitarselo y al regresar el vestido nuevamente a la caja,vio en el fondo de ésta, una pequeña nota que decía.

- Para la niña más hermosa, tu dulzura y rebeldía cautivaron mi corazón desde el primer momento en que te vi, por favor nunca cambies siempre se tu misma, sin importar las circunstancias y a un que el tiempo nos separe, buscaré el camino para volver a encontrarnos, pues un amor tan puro como el tuyo perdura a través de la eternidad.

Después de leer la nota Samantha no pudo controlar su llanto, salió rápidamente hacia la habitación de su abuela, abrió y entró corriendo, la abrazó con fuerza y le dijo cuánto la amaba.

La abuela de Samantha la vio con asombro.

- Porqué lloras Sam?, preguntó la abuela.

- Tus palabras son muy tiernas abuelita, gracias por quererme tanto, dijo Samantha mientras le entregaba la nota a la abuela en la mano.

La abuela de Samantha leyó las pequeñas letras inscriptas en la nota, sonrió y dijo.

- A ya veo, después abrazo con fuerza a Samantha y mientras limpiaba las lágrimas del rostro de Samantha, la felicitó por su cumpleaños

Después de un rato en la habitación de su abuela, Samantha, se dirigió a inspeccionar que todo estuviera en orden para la celebración, cerca de las tres de la tarde la servidumbre había terminado y todo estaba listo, Samantha no tenía muchos invitados pues solo una amiga de la universidad la había ido a visitar, se encontraban en la sala conversando sobre lo que habían estado haciendo después de haberse graduado, cuando el sonido del timbre resonó, el corazón de Samantha latía aceleradamente y su respiración se agitó, se abrumó con facilidad cuando su amiga le preguntó si habia llegado su novio,

- O no, yo no tengo novio, pero si quisiera que Mikka lo fuera, respondió Samantha.

Samantha corrió a abrir la puerta.

Al abrirla, Tania estaba ahi sostenía entre sus manos una bolsa de regaló con un enorme moño, Samantha buscó a Mikka con la mirada mientras le daba la bienvenida a Tania y la hacia pasar, la voz de Tania la hicieron reaccionar.

- Descuida Sam, Mikka solo fue por algo que se le a olvidado, dijo que no tardaba en regresar, dijo Tania con un sonrisa dibujada en su rostro.

- O por supuesto, respondió sonriendo Samantha.

Tania y Samantha se acomodaron junto a la amiga de Samantha y comenzaron una entretenida conversación mientras esperaban a Mikka para poder comer todos juntos, después de unos minutos, Mikka tocó a la puerta, Samantha le abrió, al verlo Samantha suspiró discretamente, pues Mikka venía muy galante y eso lo hacía más apuesto de lo que ya era, Mikka al ver a Samantha le saludó dándole un pequeño beso en la mejilla.

Mikka entró y junto con Samantha se reunió con Tania y la otra joven, Samantha hizo las presentaciones y pasaron al comedor y después de comer y celebrar un rato más, la amiga de Samantha se despidió y se marcho.

Mientras Samantha despedía a su amiga Mikka y Tania esperaron.

- Disculpe señor Mikka, de verdad no piensa en algún momento, decirle a la señorita Samantha lo que siente por ella, preguntó Tania con una tierna sonrisa en su rostro

Mikka sonrió y la vio directamente

- Tania ya té he dicho que no me digas señor solo dime Mikka o cuñado.

A pesar de que Tania casi siempre portaba un semblante entristecido, en Mikka despertaba la alegría que él normalmente siempre escondía, Mikka estiro su mano hasta la cabeza de Tania y la acaricio revolviendo ligeramente su cabello.

- y quién dice que no le he dicho lo que siento por ella, talvez no sé lo he dicho personalmente, Mikka sonrió y volteó a ver a Samantha que estaba en la puerta a un despidiéndose de su amiga.

- ves el vestido que Sam trae puesto, yo se lo obsequie junto con una nota, que dice lo que siento por ella, pero ella no lo sabe y creo que es lo mejor, dijo Mikka y despues respiró hondo.

Tania sonrió dulcemente.

- Yo pienso que debería dejar fluir sus sentimientos, usted no sabe lo ella está sintiendo, la señorita Samantha quizás solo espera un poco de su amor, o si por lo menos fuera usted sincero y le explicará el por que no pueden estar juntos, yo creo que lo entendería pues al parecer ella lo ama profundamente, no es así, dijo Tania.

- Así es, no tengo duda, respondió Mikka, se perfectamente cuánto me ama.

- Pues entonces no tenga miedo de lo que siente usted por ella, dijo Tania mientras volteaba a ver a Samantha que ya se aproximaba hacia ellos

Mikka no respondió y solo se quedó pensando

Samantha llegó y se sentó a un lado de Tania.

- Gracias por venir Tania, casi no soy de amigos, y tenerte a ti y Mikka hoy aquí, me hizo inmensamente feliz, este día lo recordaré por siempre, dijo Samantha.

Tania respondió dándole un abrazo.

Al escuchar lo que Samantha dijo, Mikka tragó saliva,

- Creo que ya es hora de irnos Sam, felicidades nuevamente por tu cumpleaños, dijo Mikka y se acercó a abrazarla.

- Gracias a ti por venir, respondió tímidamente Samantha.

Cuando Mikka y Tania estaban por salir de la casa, la abuela de Samantha los detuvo.

- A un no puede irse joven Mikka, con quién partirá el pastel mi nieta, por favor de nos unos minutos más de su tiempo.

- Por supuesto señora Iveth, será un placer, respondió Mikka mientras tomaba el pastel con ambas manos

- Vamos sam, ven a pedir tu deseo, dijo Mikka mientras se apresuraba a encender una velita.

Después de haberle cantado la típica canción de feliz cumpleaños Samantha pidió un deseo a después apagó la velita que estaba encendida sobre su pastel.

Tania aplaudió una vez se apagó la flama de la vela

- De verdad Espero se cumpla tu deseo, dijo Tania para después comenzar a comer de su pastel

Después de un rato el sonido del timbre los alertó

- Hija dime estás esperando a alguien más?, preguntó la señora Iveth

- No abuelita, ya no espero a nadie más, deja voy a ver quién es, Samantha dejo su plato sobre la mesita de centro y fue a abrir la puerta.

- Hola César buenas noches, no me digas que vienes por mi bombón, dijo Samantha al ver a César.

- Buenas noches señorita Samantha, perdón por la interrupción pero es algo importante, dijo César.

Al ver a César en la puerta, Mikka se levantó de su asiento rápidamente, sabía que algo pasaba y era hora de irse,

Mikka y Tania se despidieron apresuradamente de Samantha y su abuela y salieron en compañía de César, solo habían avanzado unos cuantos metros cuando César dijo..

- Yo podría llevar a la señorita Tania a casa, dijo César ya que había visto el semblante triste de Mikka , digo por si quisiera pasar un poco más de tiempo con la señorita Samantha, agregó César

- Si, yo puedo ir con él, no se preocupe por mi, mejor intente lo que le dije hace un momento, verá que es algo maravilloso, dijo Tania.

El poder de convencimiento que Tania poseía para ser solo una simple humana era quizás única, Mikka no sabía que tenía Tania, que con solo unas cuantas palabras le daban el pequeño empujón para juntar valor y hacer lo que realmente quería hacer

- César por favor te la encargo muchísimo, en un rato más voy para la casa, dime es algo de gravedad, preguntó en clave Mikka, pues sabia que algo pasaba, pues si no, César no hubiera ido a buscarle con tanta urgencia.

- Solo un poco, pero puede esperar un poco más , lo importante en este momento es que usted está feliz , respondió César, no se preocupe y vaya al lado de la señorita Samantha, dijo César mientras se alejaba junto con Tania.

Mikka los vió alejarse lentamente, antes de dirigirse a tocar el timbre de la casa de Samantha, vio a Tania voltear a verlo y desearle suerte.

- Mikka sonrió ante tal acto y después prosiguió a tocar el timbre.

Mientras adentro de la casa, Samantha comía su pastel junto a su abuela, y la servidumbre limpiaba, de pronto el timbre sono y Samantha fue aprisa a abrir, su corazón casi se sale de su pecho por la emoción que sintió al ver ahí a Mikka con una sonrisa en su rostro, preguntándole si podrían salir a dar un paseo nocturno los dos solos.

Samantha volteó a ver a su abuela, como pidiéndole permiso, ella inmediatamente le hizo una seña de aprobación.

- Por supuesto Mikka, a dónde quieres que vayamos, dijo Samantha mientras salía de la casa y cerraba la puerta tras de ella.

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