Maldito Padre.

Entonces, miro a mi amigo Igor, el que ya conocen, aquel que se relaciona con la madre de Charly.

"Claro, mañana te digo. Ahora de nuevo, iré a pasar un buen rato por ahí", dice Igor con su característico tono despreocupado.

"Te acompaño", dice Juan haciendo señas a una chica que está a lo lejos.

"Yo saldré afuera un momento", comenta Marcos como si hubiera recibido una llamada, y se retira hacia fuera.

Todos de nuevo se alejaron. Caminé hacia las escaleras para subir al segundo piso. No podía quitarme el pensamiento de la cabeza. Reflexionaba mucho sobre eso desde que dije que no me volvería a afectar más. "Eso es pasado y allá se queda.”

"Hey, guapo. No me avisaste que venías, te quedé esperando en tu casa", suelta Naty, mi ex novia, con pucheros falsos.

Dije con una sonrisa: "Se me había pasado, se me escapó, tenía la mente en otro lado."

Naty, mirándome: "¿Te sientes bien?”

Siempre quiero, pero esta vez en serio, dijo Naty vestida de una forma provocativa, sus ojos negros, su cabello rojizo que contrastaba con todo.

"Te ves pálido," prosiguió, tocando mi cara suavemente. A veces, Naty me conocía bien, o yo solo mostraba lo que quería.

Tuve un mal día.

"Hmm, haré que te crea," dijo Naty con expresión dudosa.

"No te pases de lista conmigo."

"Sabes que nunca lo haría. ¿Entonces?"

No digo nada, solo la jalo y comenzamos a darnos unos besos calientes, su mano recorre todo mi cuerpo excitándolo. Nuestros labios jugueteando entre ellos, mordidas y más.

Naty comenta con nostalgia: "Siempre me encantaron tus besos."

Respondo con seguridad: "Lo sé."

Pero ahora no quiero tener sexo contigo. Pregunto intrigado: "¿Por qué?"

Naty, mirándome seriamente, finalmente revela: "Estoy embarazada, Cameron."

Mi sorpresa e incredulidad se reflejan en mi rostro mientras proceso la noticia. La atmósfera se llena de un silencio cargado de emociones.

Mi mirada baja a su barriga.

Naty comenta: "No te preocupes, no es tuyo. O eso creo."

Incredulidad se refleja en mi rostro. Pregunto: "¿Esto es serio?"

Naty, riéndose, dice: "No, solo quería jugar."

Luego añade: "Solo tengo el período."

Respondo con humor: "Un caballero puede manchar su espada." La tensión se disipa entre risas.

Naty me pregunta: "¿Te llaman Romeo?"

Le respondo: "Me llaman promiscuo, egocéntrico, mal hombre, imbécil, patán, hijo de papi y más cosas."

Pero de todos algo es real. Aunque no lo quiera admitir, Naty es una amiga a la que respeto. Aunque somos amigos con derechos, puedo conversar sin que siempre la otra persona piense en tener sexo conmigo. Es irónico, pero no siempre quiero tener relación o jugar; a veces solo quiero meterme en mi mundo un rato y quedarme

Me dijeron que tienes un nuevo reto. Mientras habla, Naty levanta las cejas en señal de sorpresa.

Me pregunto: "¿Es tendencia o qué?" Realizo un gesto de confusión con mi rostro.

Naty responde: "La verdad sí. ¿Por qué te ha rechazado tantas veces en un día?" Hace un ademán de contar con los dedos, enfatizando cada rechazo.

Sorprendido, pregunto: "¿Así me llaman?" Frunzo el ceño, buscando una confirmación.

Naty comenta: "También el quitaniños y dañamatrimonios." Mueve las manos en el aire como si estuviera despejando el humo de una bomba.

Admito: "Ups." Encogiendo los hombros en señal de reconocimiento.

¿Quieres salir a un rato afuera? Quiero fumar. Dice Naty moviendo el paquete de cigarillo

Claro, vamos. La música me hace gritar mientras pasamos agarrados de manos a la terraza; la gente se choca conmigo, sudado.

Por fin solos

Sí... El aire fresco choca con mi cara, haciendo que algunos pelos vuelen. Debería cortarme un poco este.

Naty, sentada en el césped, mira a los demás y pregunta: "¿Cómo te ha ido con tu familia? ¿Sigues teniendo pesadillas?"

Respondo mientras observo el entorno: "Diría que bien, no quiero hablar de eso. Es cosa del pasado y se queda en pasado."

Naty, con la mirada fija en el paisaje, comenta: "Sabes que no fue tu culpa. Nada de lo que pasó lo fue."

Paro un momento y me sumerjo en mis pensamientos antes de responder: "Puedes parar."

Naty, aún absorta en el ambiente, añade con un tono ligero: "Te vas a poner sentimental, ¿dios del frío?”

Me burlé diciendo: "¿Cuántos apodos tengo? Dime la verdad."

Naty responde con una sonrisa: "Si te dijera, te morirías de vergüenza."

Respondo con confianza: "Lo dudo.”

Una llamada hace que nuestra conversación se corte.

Naty sugiere: "Contesta, puede ser alguien importante."

Con escepticismo, respondo: "También lo dudo."

Ella insiste: "Hazlo, Cameron."

Finalmente, cedo y digo: "Dale, mamá." Naty se burla y contesto.

*Llamada*

Respondo: "Aló.”

Escucho a mi hermano Max hablar con un tono desafiante: "¿Dónde estás?"

Respondiendo de manera brusca: "Estoy estudiando para un examen, ¿por qué?"

Max, con cierta hostilidad, irrumpe: "Papá está preocupado por ti. Sabemos que estás en una fiesta; alguien nos mandó fotos."

Con molestia, le pregunto: "¿Qué pasó, Max?"

Max continúa con un tono más tenso: "Nuestro padre se puso de nuevo histérico. Sabes que todavía sufre por el engaño de nuestra madre."

Con un suspiro, respondo de manera impaciente: "Ya voy para allá.”

*Cierra llamada*

"¿Te tienes que ir, cierto?" pregunta Naty.

Respondo: "Sí, esto queda entre nosotros."

Naty comenta: "Nadie debe saber que tienes sentimientos, lo sé."

Afirmo con seguridad: "No soy débil. Hasta luego, princesa."

Naty despide con su estilo característico: "Hasta luego, pendejo."

Al llegar a casa, encuentro un escenario desolador. La casa está hecha un desastre, como si un vendaval hubiera pasado por cada habitación. Los vidrios rotos destellan en el suelo, objetos dispersos y muebles volcados dan testimonio de la furia que se desató. El caos es palpable, y el silencio tenso pesa en el aire, como si la tormenta hubiera dejado su huella indeleble en cada rincón de la casa.

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