se volvió hobby

La emisora quedaba algo cerca en un centro comercial, allí mi papá tenía una hora de emisión y la de los controles era la señora blanca.

Era muy chévere algunos días participábamos de la transmisión.

Algunos días mi mamá nos daba tickets para hacer mercado, en ese entonces pagaban con cesta tickets.

Nos hacía la lista a mis dos hermanos menores y a mí.

Nos íbamos a comprar, el supermercado era algo cerca, es que vivíamos en pleno centro donde todo el comercio estaba en la zona.

Llenamos un carro completo de puro mercado, la cajera me decía Pocahontas por mi cabello largo y siempre suelto.

El que empacaba nos llevaba el mercado hasta la casa. Era un adolescente.

A veces nos cuidaba mi tío y cuando mis hermanos se portaban muy mal lo hacían molestar y agarraba la correa y le daba duro a la pared para no. Pegarles y dejaba marcada la pared.

Hay si se asustaban y se quedaban quietos.

Es que eran muy tremendos. Una de las menores se guindó del sostenedor del aire acondicionado y daba vueltas como columpio hasta que se cayó y se abrió las quijadas.

Corrales para el hospital y mi tío es muy nervioso para variar.

La maestra de los niños de la iglesia jugaba a carnaval con nosotros y la mojamos toda.

A veces me llevaba a su casa. Tenía un acuario y una zapatería.

Me enseñó a hacer tumada, es parecido al pasticho, pero en vez de pasta se usa pan.

Allí estudié quinto grado con un profesor, casi siempre me gustó que mi docente fuera hombre y no mujer, me sentía con más confianza no sé el porqué.

Las clases eran variadas entre clase diaria, deporte, día de biblioteca y taller que el de nosotros era música.

En la clase de música hacían teatros. Ese año se hizo un arre referente a las sirenas, escojamos la hija de la profe de música para que fuera la sirena.

Tenía una compañera con la que más jugaba y los juegos eran competencias de los números del 1 al mil y así íbamos aumentando, después en romanos y así jugábamos.

Ella estudiaba en la mañana en quinto y en las tardes en sexto porque no lo sé

Luego pase a sexto con los mismos compañeros. Ya éramos muy buenos amigos, pero al poco tiempo nos fuimos para otro lugar.

Los domingos no se cocina en casa, el desayuno comprado hecho y el almuerzo allí siempre era pollo a la broaster con miel. Cuando lo pedimos a domicilio ya sabían lo que íbamos a pedir y para donde era.

Eso se volvió más que un hobby una tradición, hoy en día sigo sin cocinar los domingos y mis hermanas y hermanos iguales.

Un hermano dela iglesia un día nos llevó pato asado, primera vez que comí y bien rico. Pero más nunca lo he vuelto a comer, es una delicia.

Después nos llevó una bolsa de mamones, de tanto comer se nos peló la lengua, posteriormente tamarindos y nos pasó igual.

Conocimos sitios, personas y proceso de mi fabrican vasos de cristal, y los tabacos.

Los estrenos y paseos eran siempre para Colombia porque estábamos muy cerca.

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