Capítulo 5

PATITO 

Invito a Ander a entrar a la casa, ya que aunque no tengo muchas esperanzas de ese par, espero de verdad que no lo hayan dejado plantado y sólo estén volviendo tarde. 

-¿Seguro que Natalia te invitó hoy?- pregunto, sólo para comprobar, haciéndolo pasar a la sala. 

-Sí, ella dijo que su madre me invitaba a cenar- hago una mueca nuevamente, porque es típico de Natalia el no pensar en nada más que en sí misma. 

-Si hay algún problema me puedo ir- dice él, viéndose incómodo, sentado en un pequeño sillón blanco. 

Es la primera vez que hablamos después de como tres años y no quiero que se vaya aún. Además, tengo una excusa si es que mi madre y Natalia nos encuentran aquí. Sé que no debería, pero mi deseo de estar cerca de él, es más grande.

-No es necesario que te vayas todavía. Natalia y mi madre no están, pero deben estar llegando pronto- digo, rogando para que sea así y no lo hayan olvidado y al mismo tiempo, rogando para que no lleguen y pueda pasar un momento más con él. 

-Ya veo- dice, arrugando el ceño. 

-¿Eso lo trajiste para la cena?- pregunto. 

-Sí. Pensé que sería algo apropiado para traer. 

-Bueno, sería si mi madre no odiara esas cosas…- intento decirlo sin herirlo, pero probablemente mi madre será muy cruel si lo llega a ver. 

-No. ¿En serio? Tienes que estar bromeando. Después de que estuve pensando en qué traer desde ayer- se queja. 

Qué lindo. Si no fuera porque al que visita es a mi hermana y no a mí. 

-Quizá le gustará a Natalia- dice. 

-No. Ella está a dieta- digo y aunque es verdad, lo cierto es que Natalia no se merece nada bueno de él. -¿Qué te parece si me das ese pastel y te lo cambio por algo que mi madre aprobará? 

-¿Harías eso?- pregunta y me mira como si estuviera mirando a su salvadora. 

-Espera aquí- digo. Voy directamente a la despensa y saco uno de los vinos caros preferidos de mi madre. Hay tantos de ellos que ni siquiera notará que falta uno y Ander quedará bien. 

Durante la siguiente hora, comemos pastel y conversamos como desde hace mucho no lo hacemos. Hablamos sobre el fútbol y sobre la escuela, él pregunta sobre Clarissa y qué tan amigas somos y comenta sobre David, su amigo más cercano. Es agradable ponerse al día y no puedo más en mi emoción, pero lo cierto es que ambos dejamos fuera el tema de Natalia siendo su novia y la razón por la que dejamos de ser amigos. 

Cuando ya no puedo comer más pastel, aún cuando es el mejor que he probado, decido que es hora de decirle la verdad. No puedo tenerlo esperando para siempre, aunque me gustaría. 

-Madre y Natalia fueron a conocer a un representante, que según transforma en exitosas modelos a todas las chicas que toma. 

-Así que probablemente fui olvidado- entiende perfectamente. 

-Lo lamento. 

-Supongo que es algo importante para ella. Aunque pensé que para ser modelo debes ser más alta- comenta él. 

Y esa es una de las razones por las que ha sido rechazada en varias ocasiones. 

-Aparentemente este agente está muy bien conectado- en realidad, nadie me dijo que iban a salir o a qué, simplemente escuché su conversación. 

-Entonces, creo que es mejor que me vaya- dice, sonando decepcionado. 

Seguramente estaba esperando ver a Natalia. Pienso, sintiendo un dolor en el pecho. No es suficiente con todo lo que tiene, también tenía que quedarse con Ander. 

Preferiría que él estuviera con cualquier otra mujer. Porque cualquiera es mejor que mi hermana. 

El impulso de advertirle es grande, de decirle que Natalia es una persona horrible y a veces peligrosa, pero no creo que me crea. Ni siquiera mi padre me creyó cuando le dije del maltrato de ambas, mucho menos alguien que nunca las ha visto como en realidad son. 

Le empaco el resto del pastel y la botella de vino, diciéndole que la traiga en la próxima ocasión en que sea invitado a cenar. Él intenta que me quede con el resto del pastel, pero no puedo hacerlo. 

En casa soy controlada en todo lo que como y tengo que ocultar muy bien cualquier cosa que esté fuera de los límites, para que así no me castigue mi madre.

Finalmente el se resigna, me agradece y se va. 

Así termina nuestra primera interacción en varios años y me deja preguntando si podremos seguir hablando a partir de ahora.

Me doy la vuelta, cerrando la puerta, sabiendo que lo mejor que puedo hacer es mantenerme alejada de él o de lo contrario, Natalia puede hacer algo peor que pedirle salir.

Más tarde, cuando llegaron mi madre y hermana, ninguna de las dos dijo nada sobre Ander, pero la mirada de Natalia me hace preguntarme si no lo dejó plantado a propósito.

Sería típico de ella, darme una probada, para que luego sea más doloroso perderlo.

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