Capítulo 5

Una vez arreglado completamente Lía se separó y poco aunque en el fondo le hubiese gustado estar así un poco más, podía sentir si respiración en su frente porque el era mucho más alto que ella, pero de alguna forma le gustaba sentirlo así, cerca, borró de cabeza sus pensamiento impropios y fue hasta una pequeña repisa y sacó un botiquín de primeros auxilios, le indicó que tomara asiento, revisó la herida y todo iba marchando bien no había rastro de infección luego le pasó alcohol por los puntos y colocó un apósito nuevo.

- Te sientes mejor, preguntó Lía.

- La verdad es que sí, me encantó mucho tomar el baño me siento como nuevo. Dijo Raziel con una sonrisa.

Él también sentía algo raro hacia ella, no podía dejar de mirarla y admirarla, seguro era por tener esta experiencia con una humana se decía para justificar sus sentimientos.

- Toma puedes comer ya aquí tienes la cena tomaré un baño rápido, no me esperes si quieres de seguro debes estar hambriento. Dijo ella.

- Ok, gracias.

Raziel probó la sopa y le pareció una delicia, era su primera comida. Hasta ahora todo estaba perfecto al no ser por lo del accidente, pero, por otro lado, sino que llega a ser por ese accidente no hubiese tenido una casa donde vivir, dónde estar protegido y lo más importante no la hubiese conocido a ella.

Al poco rato de estar cenando Lía regreso con un camisón blanco de satín y el pelo suelto, sus ojos estaban más verdes que antes de tomar la ducha lo cual contrastaba a la perfección con su tono de piel, parecía una diosa griega, tocio un poco de la impresión que le dió, no pudo apartar la vista de ella, sentía du corazón latir de manera descontrolada al verla y no era capaz de controlarlo.

- Todo estaba muy rico, dijo casi sin voz Raziel.

- Muchas gracias dijo ella a la vez que le entregaba un pequeño teléfono que traía entre sus manos , sabes usarlo?. Le pregunto Lía.

- La verdad es que no. Contestó él.

- No hay problema, ceno y te muestro, es muy fácil.

Luego de cenar fueron hacia la sala allí Lía le mostró todo lo básico con el móvil hasta que él entendió todo, la verdad no fue muy difícil y aunque no estaba acostumbrado a la tecnología se le dio bien. Luego Lía le comento un poco más de ella y así estuvieron un rato hasta que llegó la hora de dormir. Lía tenía escuela al otro día y no podía faltar más.

- Mañana debo irme temprano te dejaré el desayuno y dinero para que pidas pizza para el almuerzo, en tu móvil dejé mi número, llámame si necesitas algo. Dijo ella señalando el contacto en el teléfono.

Luego le mostró donde estaba sus medicinas y los horarios en que debía tomarlas, también le dejó los números de urgencias por si acaso y de la pizzería.

Raziel la miraba y prestaba atención a todo lo dicho.

- Ven te mostraré la habitación. Como ves solo hay un cuarto con una cama, en estos días cómo estás enfermo úsala tú, yo pondré un colchón inflable justo al lado de la cama.

Raziel se negó y pidió usar el colchón inflable, a tanta insistencia ella terminó cediendo. Acomodó todo y le mostró donde tenía su ropa por si quería dar un paseo por el lugar, también le dió un juego de llaves de la casa.

- Creo que eso es todo, dijo Lía con una sonrisa. Ah casi lo olvido, trabajo en las noches a medio tiempo en un restaurante de comida italiana aquí al doblar, llegó a las diez todas las noches por si decides salir y no me ves no te preocupes.

- Está bien gracias nuevamente.

Lía se despidió de él y fue a la cama a descansar estaba agotada de la noche anterior casi ni durmió, también por los últimos acontecimientos. Cuando él tomó su lugar al lado de su cama ella apagó la Luz.

- Que descanses, dijo ella.

- Dulces sueños, le contestó él.

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