Capitulo 18

La revelación de los deseos carnales de Aethon, incluso fuera de su relación con Elyssa, sorprende y perturba a la reina. La noticia de que tiene un hijo ilegítimo añade otra capa de complicación a la situación.

Elyssa, llena de emociones encontradas, confronta a Aethon sobre estas revelaciones.

Elyssa: (conmocionada) ¿Un hijo? ¿Y qué más has estado escondiéndome?

Aethon: (tratando de explicar) Elyssa, entiende...

Elyssa: (furiosa) No, no entiendo. Estamos casados, Aethon. ¿Cómo puedes...

Aethon: (interrumpiendo) Es complicado, Elyssa. Mi pasado...

Elyssa: (frustrada) Necesitamos hablar de esto. No puedo simplemente ignorar todo.

La revelación amenaza con cambiar la dinámica de su relación, y Elyssa se enfrenta a la difícil tarea de decidir cómo manejar estas verdades ocultas.

La tensión en el reino se intensifica a medida que las decisiones de Elyssa y Aethon crean conflictos con su entorno.

Elyssa intenta mantener la calma y enfrenta a su hermano con determinación.

Elyssa: (firme) Hermano, necesitas respetar mi elección. Este matrimonio es por el bien de nuestro reino.

Roderick: (indignado) No puedo creer que estés haciendo esto. ¿No te das cuenta de las consecuencias?

Elyssa: (serena) Lo que hago es por el bien de todos. No puedes ignorar las alianzas políticas y la estabilidad que esto puede brindar.

Mientras tanto, Aethon, en una conversación con su concubina, expone su determinación de no dejarse manipular, incluso por asuntos de estado.

Aethon: (decidido) No permitiré que nadie me maneje. Incluso si es por asuntos de estado, no cederé mi voluntad.

La situación se complica, y la pareja real se enfrenta a desafíos tanto internos como externos. La resistencia a sus decisiones crea un clima tenso en el reino.

Prostituta: (sonriendo) Aethon, mi señor, ¿cómo te sientes después de nuestra noche juntos?

Aethon: (serio) No confundamos las cosas. Nuestra relación es temporal y únicamente por asuntos de estado.

Prostituta: (riéndose) Oh, no tienes que ser tan duro. ¿Realmente vas a cambiar por completo después de lo que compartimos?

Aethon: (firme) Mi deber es con el reino, y eso incluye tomar decisiones difíciles. No dejes que esta noche nuble tu juicio.

Prostituta: (sensual) Pero tú también eres humano, Aethon. ¿No mereces un poco de placer y libertad?

Aethon: (serio) La responsabilidad de mi cargo requiere sacrificios. No dejes que nuestras interacciones nublen tu comprensión de lo que está en juego.

La prostituta intenta seducirlo con su encanto, pero Aethon se mantiene firme en su posición y en sus deberes como gobernante. La tensión entre sus deseos personales y las obligaciones del estado crea una atmósfera compleja en el reino.

Elyssa: (mirando fijamente al horizonte) Aethon, necesitamos hablar.

Aethon: (frunciendo el ceño) ¿De qué se trata, Elyssa?

Elyssa: (seria) Es sobre tu estilo de vida, sobre esas noches que pasas fuera del castillo.

Aethon: (defensivo) ¿Ahora cuestionas mi libertad?

Elyssa: (decidida) No es solo eso. Tu comportamiento afecta nuestra relación y la estabilidad del reino.

Aethon: (enojado) No pienso cambiar mi forma de vivir.

Elyssa: (sintiéndose débil) Aethon, te ruego que reconsideres. Necesitamos unidad para gobernar Serenara.

Aethon: (frustrado) No puedes cambiar quién soy.

Elyssa: (desfalleciendo) Pero puedo intentar proteger a este reino. (se tambalea)

Aethon: (alarmado) Elyssa, ¿qué te sucede?

Elyssa: (cayendo de rodillas) No lo sé... me siento débil.

Aethon: ¡Alguien traiga ayuda! ¡Rápido!

Elyssa: (perdiendo el conocimiento) Aethon...

Aethon: ¡Elyssa! ¿¡Qué he hecho!?

El grito de Aethon resuena en la terraza vacía del castillo mientras la reina Elyssa desfallece en sus brazos.

Consejero: (mirando a Elyssa con comprensión) Mi reina, te conozco como la palma de mi mano. Sé que algo bueno ha ocurrido.

Elyssa: (con emociones mezcladas) Sí, es verdad. Estoy esperando un hijo.

Consejero: (sonriendo) ¡Eso es maravilloso! Felicidades, mi reina.

Elyssa: (asintiendo) Gracias, pero...

Consejero: (notando la tristeza en su rostro) ¿Pero qué, mi reina?

Elyssa: (suspirando) Aethon aún no lo sabe. Y con todo lo que está sucediendo, no sé cómo reaccionará.

Consejero: (serio) Aethon debe enterarse, mi reina. Esto podría cambiar muchas cosas, incluso su perspectiva sobre la vida y el reino.

Elyssa: (sonriendo débilmente) Lo sé, pero estoy temerosa de su reacción.

Consejero: (colocando una mano en su hombro) A veces, las noticias inesperadas pueden traer alegría a nuestras vidas. Permíteme ayudarte a encontrar la manera adecuada de decírselo.

Elyssa asiente agradecida, sabiendo que su consejero y amigo más leal estará a su lado para guiarla en este nuevo capítulo de su vida.

**Capítulo: Negociaciones y Desacuerdos**

Elyssa, preocupada por la situación, decidió hablar con Aethon sobre la propuesta del cardenal y la insistencia de ciertas personas en pedirle matrimonio a su hijo aún no nacido. Sabía que esta situación podría generar tensiones, pero era necesario abordar el tema.

Elyssa buscó a Aethon en su estudio, donde solía reflexionar sobre asuntos del reino. Al entrar, notó la expresión seria en el rostro de su esposo, quien estaba examinando mapas y documentos.

**Elyssa:** Aethon\, necesitamos hablar sobre algo importante.

**Aethon:** (levantando la mirada) ¿Qué sucede\, mi reina?

**Elyssa:** El cardenal ha iniciado negociaciones para un posible matrimonio de nuestro hijo\, incluso antes de su nacimiento. Y hay personas que insisten en hacer propuestas formales.

**Aethon:** (frunciendo el ceño) ¿Cómo es posible que alguien esté pensando en casar a nuestro hijo antes de siquiera nacer? Esto es inaceptable.

**Elyssa:** Estoy de acuerdo contigo\, pero necesitamos abordar este tema con prudencia. ¿Qué opinas?

**Aethon:** (cruzando los brazos) No puedo permitir que tomen decisiones sobre nuestro hijo sin nuestro consentimiento. Pero\, ¿quién está detrás de estas propuestas?

**Elyssa:** Algunos nobles y consejeros han expresado su interés\, creen que asegurarían sus intereses mediante un matrimonio estratégico.

**Aethon:** (frustrado) No toleraré que utilicen a nuestro hijo como una pieza en su juego político. Debemos dejar claro que las decisiones sobre su futuro las tomaremos nosotros.

**Elyssa:** Estoy de acuerdo\, pero también debemos tener en cuenta las alianzas y relaciones diplomáticas que podríamos establecer.

**Aethon:** (suspirando) Entiendo la importancia de las alianzas\, pero no a expensas de la libertad y la felicidad de nuestro hijo. Debemos encontrar un equilibrio.

**Elyssa:** Propondré una reunión con el cardenal y los interesados para discutir esta situación. Será necesario establecer límites y dejar claro que las decisiones sobre nuestro hijo las tomaremos nosotros.

**Aethon:** (asintiendo) Sí\, hagámoslo. Pero que quede claro que no cederemos ante presiones externas. Nuestro hijo merece decidir su propio destino cuando llegue el momento.

Juntos, Elyssa y Aethon se prepararon para afrontar la difícil tarea de lidiar con las negociaciones y proteger el futuro de su hijo no nacido. La sala real sería el escenario donde se resolverían las tensiones y se establecerían límites claros para evitar interferencias no deseadas en la vida del heredero.

**Capítulo: Desacuerdo con el Cardenal**

Aethon, decidido a abordar la situación con el cardenal, lo convocó a una reunión en la sala real. La tensión era palpable cuando el cardenal ingresó, sabiendo que se avecinaba una conversación desafiante.

**Aethon:** (serio) Cardenal\, necesitamos hablar sobre las recientes negociaciones matrimoniales para mi hijo no nacido.

**Cardenal:** (sonriendo) Su Majestad\, solo busco lo mejor para el futuro de su linaje y del reino.

**Aethon:** (frunciendo el ceño) Lo mejor para el reino no es forzar matrimonios antes de que un niño siquiera nazca. Además\, la forma en que manejó las finanzas para esta barca de oro fue desastrosa.

**Cardenal:** (defendiéndose) Su Majestad\, solo quería asegurarme de que su familia estuviera bien provista.

**Aethon:** (irritado) ¿Bien provista? Eso no justifica faltar al respeto a mi esposa\, la reina Elyssa. Usted actuó por su propio interés y no tuvo en cuenta sus sentimientos.

**Cardenal:** (titubeando) Yo... yo solo...

**Aethon:** (interrumpiendo) Esta falta de respeto no quedará impune. Además\, ha demorado innecesariamente la llegada del oro que prometió. Necesitamos esos recursos aquí y ahora.

**Cardenal:** (nervioso) Su Majestad\, comprendo su preocupación y haré lo posible para acelerar la llegada del oro.

**Aethon:** (firme) Debería haberlo hecho desde un principio. Además\, quiero que quede claro que las decisiones sobre mi familia las tomo yo y la reina\, no usted.

**Cardenal:** (asintiendo) Entendido\, Su Majestad.

La reunión continuó con Aethon dejando en claro que no toleraría intromisiones en los asuntos familiares y que el cardenal debía rectificar su enfoque en el manejo de las finanzas. La confrontación estableció límites claros y dejó claro que la lealtad del cardenal debía estar al servicio de la familia real, no de sus propios intereses egoístas.

**Capítulo: Culpa y Despedida**

Aethon, visiblemente enfadado, abandonó la sala dejando al cardenal solo con sus pensamientos. La sala real quedó sumida en un incómodo silencio, roto solo por los susurros de los sirvientes y consejeros cercanos.

**Cardenal:** (susurrando para sí mismo) No puede culparme por todo.

Pero la verdad era que Aethon tenía motivos para estar molesto. La seguridad del reino y de su familia se había visto amenazada por el desafortunado saqueo del arca de oro. El cardenal, al no haber cumplido con sus deberes de manera efectiva, se encontraba ahora enfrentando las consecuencias de sus acciones.

**Aethon:** (murmurando) No puedo permitir que sus errores pongan en peligro a mi familia.

Mientras tanto, en el exterior de la sala, Elyssa observaba la escena con preocupación desde la distancia. Sabía que las decisiones de Aethon estaban motivadas por el deseo de proteger a su familia y al reino, pero también podía percibir la carga emocional que llevaba consigo.

**Elyssa:** (pensativa) Aethon está tomando decisiones difíciles\, pero es por el bien de todos nosotros.

Sin embargo, aunque entendía la posición de su esposo, Elyssa también se preocupaba por las tensiones que esto podría generar en el reino. La paz y la estabilidad eran esenciales, y ahora debían trabajar juntos para reparar los daños y mantener la armonía en Serenara.

**Capítulo: Revelaciones y Represalias**

Elyssa, furiosa por las revelaciones sobre el cardenal y la incautación de sus bienes, decidió enfrentar directamente a este hombre que había jugado un papel crucial en la reciente crisis.

**Elyssa:** (con voz firme) ¿Cómo te atreves a poner en peligro a mi familia y a todo el reino por tus propios intereses egoístas?

**Cardenal:** (temblando) Vuestra Majestad\, yo...

**Elyssa:** (interrumpiendo) ¡Basta! Tus acciones han causado daño irreparable. Mi hermano ha tomado medidas necesarias para proteger Serenara de la codicia y la negligencia.

La reina, decidida a hacer justicia, convocó a una audiencia real para exponer las acciones del cardenal y anunciar sus consecuencias.

**Elyssa:** (ante la audiencia) Como reina de Serenara\, no toleraré la traición y la irresponsabilidad. Este hombre\, que juró servir a nuestro reino\, ha demostrado ser indigno de su posición.

En un giro sorprendente, Elyssa anunció la destitución inmediata del cardenal de todos sus títulos y funciones. Además, sus bienes fueron confiscados para reparar los daños causados al arca de oro y para fortalecer la seguridad del reino.

**Cardenal:** (arrodillándose) Vuestra Majestad\, os ruego que reconsideréis...

**Elyssa:** (implacable) Tus ruegos no cambiarán nada. Deberías haber pensado en las consecuencias antes de poner en peligro todo lo que valoramos. Serás escoltado fuera de estas tierras y no tendrás más influencia en los asuntos de Serenara.

Con la sala real en silencio, la reina Elyssa mostró que no permitiría que la traición y la negligencia amenazaran la estabilidad de su reino. Aunque las decisiones eran duras, eran necesarias para preservar la seguridad y el bienestar de Serenara.

**Capítulo: Estrategias y Desafíos**

La reina Elyssa, junto a su esposo Aethon y sus consejeros privados, se encontraba en una reunión crucial para abordar los desafíos que enfrentaban con la destitución del cardenal y la incautación de sus bienes. La estabilidad del reino dependía de las decisiones que tomaran en ese momento.

**Elyssa:** (seria) La destitución del cardenal ha dejado un vacío significativo en nuestro gobierno. Necesitamos encontrar soluciones rápidas y eficaces para asegurar la estabilidad y la prosperidad de Serenara.

**Aethon:** (asintiendo) Estoy de acuerdo\, mi amor. Necesitamos reorganizar las responsabilidades del cardenal y asignar a alguien de confianza para que ocupe su lugar.

**Consejero Real:** Podríamos designar a un consejero experimentado para encargarse de los asuntos económicos y de seguridad que estaban bajo la jurisdicción del cardenal.

**Consejera Real:** Además\, podríamos fortalecer la supervisión de los recursos y las transacciones para evitar futuros abusos.

**Elyssa:** (decidida) Sí\, necesitamos medidas de seguridad adicionales. No podemos permitirnos otra amenaza interna que comprometa la seguridad del reino.

Mientras discutían sobre la reorganización y la implementación de medidas de seguridad, Elyssa y Aethon también abordaron la situación de la concubina y la necesidad de establecer límites claros en el harén real.

**Aethon:** (firme) De ahora en adelante\, no permitiremos que nadie interfiera en nuestra relación. Debemos ser fuertes y tomar decisiones que beneficien a Serenara.

**Elyssa:** (asintiendo) Sí\, mi amor. Debemos mostrar unidad y firmeza para enfrentar cualquier desafío. Además\, necesitamos comunicar claramente nuestras decisiones al pueblo para mantener su confianza.

La reina y su esposo continuaron discutiendo estrategias para superar los desafíos y garantizar un gobierno estable. En medio de la incertidumbre, la determinación de Elyssa y Aethon se fortaleció, y juntos buscaron el camino hacia un futuro próspero para Serenara.

**Capítulo: Confidencias en la Noche**

Elyssa caminaba por los pasillos del castillo con la ropa de abrigo de Aethon en sus brazos. La noche era fría y estrellada, y la reina se dirigía a la torre donde su esposo realizaba sus deberes de guardia. Antes de llegar, decidió hacer una breve parada en su habitación.

Al entrar, se encontró con su consejero y amigo de toda la vida, aquel que había sido su confidente desde la infancia, alguien que siempre le brindaba sabios consejos y escuchaba sus preocupaciones.

**Consejero:** (sereno) Mi querida reina\, veo que llevas la ropa de abrigo de Aethon. ¿Cómo se encuentra?

**Elyssa:** (suspirando) Está cumpliendo con sus deberes de guardia. A veces siento que las responsabilidades pesan demasiado sobre él.

**Consejero:** (sonriendo) Las responsabilidades de la corona son\, sin duda\, abrumadoras. Pero recuerda\, un rey fuerte necesita una reina aún más fuerte a su lado.

**Elyssa:** (asintiendo) Sé que tienes razón. Pero hay momentos en los que la carga parece insostenible.

**Consejero:** (acercándose) Los desafíos son inevitables\, pero también lo es la fortaleza que reside en ti. Recuerda el antiguo refrán: "En las noches más oscuras\, las estrellas brillan más".

**Elyssa:** (sonriendo) Siempre encuentras las palabras adecuadas. Gracias por estar aquí\, viejo amigo.

**Consejero:** (afectuoso) Siempre estaré a tu lado\, mi reina. Ahora\, adelante\, lleva la ropa de abrigo a Aethon y comparte juntos este momento. La fortaleza crece cuando se comparte.

Elyssa tomó las palabras de su consejero y se encaminó hacia la torre donde Aethon cumplía con su deber. La noche les deparaba desafíos, pero juntos encontrarían la luz en la oscuridad.

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