Capítulo 7. Jon Lorian.

El día siguiente. Eny se despertó de su cama y se dio vuelta perezosamente, disfrutando de este momento de consuelo. Inclinó la cabeza y miró el sol deslumbrante, pero no abrasador, fuera de la ventana francesa. Su rostro exquisito era como un cuadro y una sonrisa apareció en su rostro.

¡Desde que había transmigrado y tomado este cuerpo, en esta vida, definitivamente haría que las personas que la acosaron se disculparan adecuadamente! Después de ordenar brevemente.

Tan pronto como salió por la puerta, vio a Jon Lorian custodiando la puerta principal de la villa. Eny se burló. No le sorprendió que Jon apareciera aquí. Cuando vio a Eny salir de la villa, él inmediatamente corlado su lado y dijo en tono de disculpa: "Eny cariño".

Aunque Eny tenía una sonrisa en sus labios, no había calidez en sus ojos de flor de durazno. Ella lo miró con condescendencia y le preguntó: "¿Qué pasa, Sr. Lorian?"

Esta forma desconocida y distante de dirigirse a él dejó atónito a Jon. Sabía que ayer no fue al lugar de la boda y que realmente había hecho enojar a Eny, por lo que rápidamente puso una expresión lastimera. Dijo con sinceridad: “¡Eny, no te enojes! Sé que me equivoco, pero no es que deliberadamente no quisiera ir al lugar de la boda ayer... En realidad fue porque el tráfico, así que no pude llegar”.

Al escuchar esta tonta excusa, Eny se rió de él. Realmente no sabía quién podría creer en una excusa tan estúpida. Era realmente insensible.

Eny frente a él todavía tenía la misma cara, pero hizo que Jon sintiera una sensación extraña e indescriptible. "Eny, ¿por qué estás sonriendo?" Preguntó Jon incómodo.

Eny levantó el dedo índice y se sacó las gafas de sol del puente de la nariz. Sus profundos ojos miraron a Jon. Luego, dijo palabra por palabra: "Jon Lorian, ¿de verdad crees que soy una tonta?"

"¡I!" Jon quedó atónito. “¿Cómo me atrevería? Eny, eres la esposa con la que me esforcé mucho para casarme. Si creo que eres un tonto, entonces yo también soy un gran tonto”.

“¿Puedes perder un día y una noche en el trafico? ¿La distancia desde su casa al hotel es incluso mayor que la del hemisferio sur al hemisferio norte? ¿Venias en burro y se detuvo a pastar?, Eny se burló sin piedad.

El corazón de Dix se enfrió. Sabía que esta vez la mujer frente a él no creía en su excusa. Comenzó a culpar a su madre, la Sra. Lorian, en su corazón. Si ella hubiera intentado pacificar a Eny.

“¡Eny, realmente sé mi error! No te preocupes, definitivamente te daré una gran boda más perfecta, ¿de acuerdo? Mientras hablaba, Jon de repente vio el anillo de diamantes en el dedo anular de Eny y el nerviosismo en su rostro desapareció instantáneamente. “¡Eny, sabía que eras quien más me amaba! Elegí este anillo de diamantes para ti hace mucho tiempo. Al ver que te gusta tanto, también estoy muy feliz…” Después de decir eso, Jon abrió los brazos y estuvo a punto de abrazar a Eny, pero ella lo evitó ágilmente.

Eny no podía soportar seguir viendo esta monstruosidad.

Tomado por sorpresa, Jon casi cae al suelo. Después de pararse correctamente, Jon dijo con impaciencia: "¡Eny, no seas obstinada!"

"Señor Lorian su actuación es tan buena que no puedo soportar interrumpirte”. Eny puso los ojos en blanco.

"Tú, Eny, ¿qué quieres decir?" Jon escuchó los estruendosos latidos de su corazón, pero todavía no podía creer que Eny no aceptara sus disculpas.

“No necesito una boda. Dix King y yo ya tuvimos una boda ayer”. Eny agitó el anillo que tenía en la mano y dijo maliciosamente: “Gracias por preparar un anillo de bodas para mí y mi esposo. Es muy bonito."

Al escuchar esto, Jon se puso un poco nervioso. “Eny, no hagas un berrinche. Sé que lo hiciste a propósito. Sólo quieres hacerme enojar, ¿verdad?

Antes de que Eny pudiera decir algo, Jon la interrumpió bruscamente. "¡Imposible! Claramente solo me amas a mí. Debes estar infeliz, por eso viniste con Dix King para enojarme”.

Eny miró al hombre frente a ella y sintió una oleada de disgusto en su corazón.

"Esposa." Una voz masculina profunda y clara sonó detrás de ellos dos. Eny se dio vuelta y vio a Dix caminando hacia ellos con una sonrisa en su rostro.

"Esposo, ¿estás aquí?" Eny fingió estar feliz y sorprendido. Luego, sostuvo el brazo de Dix en una postura íntima.

Jon miró la postura íntima entre los dos y estaba tan enojado que las puntas de sus ojos se pusieron rojas. Regañó enojado a Dix: “¡Dix King, suelta a Eny! Los asuntos entre nosotros, los hombres, no deberían involucrar a las mujeres”.

Cuando escuchó esto, Dix no solo no la soltó, sino que también apretó con más fuerza la esbelta cintura de Eny. “Esta es mi esposa. ¿Por qué debería soltarla?.”

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