Capítulo 6. "Aquí estás."

"¡Oye, más despacio!" Eny no pudo seguir el ritmo de las largas piernas de Dix. Mientras caminaban, Dix se detuvo y Eny chocó contra su espalda.

"¿Por qué te detuviste de repente?" Eny se tocó la nariz ligeramente dolorida y preguntó. Fue difícil decirlo. Parecía bastante delgado, pero ¿por qué todavía tenía músculos tan fuertes en su cuerpo?.

¿Podría ser que se viera delgado cuando estaba vestido y tuviera músculos cuando estaba desvestido? Nadie sabía qué aspecto tenía cuando se quitó la ropa. Eny se sonrojó un poco al pensar en ello.

Antes de volver en sí la voz de Dix sono:

"Por cierto, antes de que mamá se fuera, me pidió que te dijera que había preparado un regalo en la villa", dijo Dix.

"¿Regalo? ¿Qué regalo?" Preguntó Eny con curiosidad.

"No sé."

Eny no preguntó más y cerró los ojos para descansar en el asiento del pasajero. Después de tanto tiempo, estaba un poco cansada. Dix miró a la mujercita con los ojos cerrados en el asiento del pasajero. Hoy se sentía como si estuviera en una montaña rusa. Al principio, se sintió un poco incómodo cuando vio que Jon se casaría con ella, todo su esfuerzo para perseguirla hasta aquí, había planeado robarla pero al final. No esperaba que fuera él quien se casara con ella. Ahora no pudo evitar sonreír.

Cuando los dos llegaron a la villa, Eny probablemente estaba demasiado cansada. Ella acababa de transmigrar y necesitaba relajarse. Inicialmente quería cerrar los ojos y descansar en el auto, pero no esperaba quedarse dormida así sin más. Dix miró a la mujercita que durmió profundamente por un rato, pero no tenía prisa por despertarla. Cuando vio los mechones de cabello en su rostro, quiso extender la mano para arreglárselo, pero Eny se despertó.

"¿Estamos aquí?" Eny se frotó los ojos aturdida y Dxi rápidamente retiró la mano que estaba en el aire.

Cuando los dos entraron a la villa, la cabeza originalmente aturdida de Eny se congeló de repente y se despertó por completo. "Esta villa..." Eny no sabía cómo describirla.

El lujoso estilo de decoración entró en sus ojos era una atmósfera rústica que no se podía ignorar.

Dix también quedó atónito. Apretó los dientes y dijo: “Gracias, mi familia gloriosa”.

Eny volvió la cabeza y vio que había un ligero cambio en el rostro helado de Dix. Ella sintió que era muy divertido. Probablemente fue su primera vez aquí. Si hubiera sabido que existía un lugar así… Probablemente no habría dejado que el anciano sacara a relucir al máximo su gusto estético único.

Después Dix, fue al estudio para sacar el regalo para Eny.

"Aquí estás." Dix sostenía una caja de madera.

Eny tomó la caja y la abrió. Dentro había un brazalete de jade. Eny también era una persona que había visto el mundo. ¿Cómo podría no saber el valor de este brazalete de jade?.

“Esto es demasiado valioso. No puedo aceptarlo”. Eny lo empujó hacia atrás. Después de todo, ella era una nuera falsa. ¿Cómo podía aceptar una reliquia familiar tan valiosa?.

Dix miró el gesto de la mano de Eny de retroceder. Por alguna razón, se sintió decepcionado de haber sido rechazado y de que las cosas se hubieran salido de control más allá de sus expectativas. Lo hacía sentir muy incómodo.

Siempre había sido una persona que no revelaba sus emociones, sobre todo porque los dos se acababan de conocer y no quería asustarla, tampoco era momento de revelar su identidad. Por lo tanto, sólo pudo reprimir con fuerza esta emoción inesperada. Sólo dijo con frialdad: “Esto pertenece a la Sra. King. Si no lo quiere, debe devolvérselo a la Sra. King”.

"Pero..." Eny todavía quería decir algo, pero Dix ya se había dado vuelta para mirar el estilo de la casa. Estaba claro que no quería tener más discusiones sobre este tema. Solo podía darse por vencida por el momento y decidió devolvérselo a la madre de Dix en el futuro.

"Espera, ¿dónde me quedo?" Eny llamó a Dix. Dix miró a su alrededor y dijo: "Elija la habitación en la que quiera quedarse. Hablaremos de ello después de este período de tiempo".

Lo que quiso decir es que no era seguro si vivirían aquí en el futuro. Solo estaban lidiando con sus padres. No había necesidad de ser tan serio. Eny sintió que su actitud era más fría que antes. No pudo evitar sentir algo inexplicable, pero no pensó demasiado en ello. Ella siguió sus instrucciones y eligió al azar una habitación con balcón y baño privado para quedarse.

Dix eligió la habitación frente a ella. La distribución de las dos habitaciones era la misma. No tenía muchas cosas. Ya le había pedido a su asistente que hiciera las maletas, así que se dio una ducha y planeó dormir. Justo cuando terminaba de ducharse, alguien llamó a la puerta antes de que pudiera secarse el cabello.

"Dix, tengo hambre". Eny miró lastimosamente a Dix a través de la rendija de la puerta.

“Pide comida para llevar. ¿Qué quieres comer?" Dix casualmente se seco el cabello y salió de la habitación en bata de baño.

Se acababan de mudar y no había nada en la nevera. Además, ninguno de los dos sabía cocinar, por lo que era más rápido pedir comida para llevar. Al pensar en esto, Dix se sintió un poco culpable.

Desde que Eny se casó hoy, probablemente no había comido mucho desde la mañana. Había almorzado, por lo que no tenía mucha hambre. Pase lo que pase, ella seguía siendo su pareja, por lo que era realmente inapropiado que tuviera hambre. Todavía necesitaba prestar atención en el futuro.

"Déjame ver qué comida hay por aquí". Eny tomó el teléfono. Al segundo siguiente, exclamó: “Maldita sea, ¿qué tipo de comida para llevar es esta? ¿Por qué es tan caro?" Eny protestó por teléfono como un avaro. “Esta tarifa de envío es demasiado cara. ¡Son veinte dolares! Eny negó con la cabeza repetidamente. "Los que pedí antes eran todos gratis".

"¿Por qué te arrepientes de gastar mi dinero?" A Dix le pareció gracioso.

"¡Yo tampoco puedo gastar tanto en envío!" Eny hinchó las mejillas y dijo. Protegió el teléfono frente a su pecho. .

"Entonces no lo ordenaré", dijo Dix. “le pediré a mi asistente que venga a cocinar. Sus habilidades culinarias no son malas”.

Los chefs de los hoteles con estrellas a menudo tomaban pedidos privados después del trabajo y venían especialmente a cocinar. En el pasado, cuando estaba ocupado, había pedido algunos pedidos. Era un poco caro, pero era más rápido y sabía bien. Sin embargo, cuando pensó en cómo esta chica ni siquiera estaba dispuesta a pagar una tarifa de envío, mucho menos este tipo de gasto, Dix, de la nada, le dijo una mentira piadosa.

Eny no se dio cuenta en absoluto y pidió confirmación. "¿Gratis?"

"Gratis." Dix estaba un poco indefenso. Al menos esta mujercita todavía sabía cómo ahorrar dinero. Cuando pensó en ello, una extraña sensación de alegría surgió en su corazón. Llamó al chef y le pidió que trajera los ingredientes para cocinar.

“Cuando vengas, solo di que eres mi asistente. No digas que eres cocinero”, instruyó especialmente Dix.

El chef: “…” ¿Qué clase de gusto de persona rica era este?.

Poco después, el chef trajo ingredientes frescos a la villa. Recordando sus instrucciones, dijo que era el asistente de Dix. Los dos disfrutaron de una comida suntuosa.

"La cocina de su asistente es bastante deliciosa", dijo Eny con satisfacción.

"Bueno, es bueno que te guste". Dix no sabía si reír o llorar.

Después de comer, despidió a su "asistente". Eny sintió sueño y agitó la mano hacia Dix. “Entonces yo también me voy a dar una ducha. Buenas noches."

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