El ritual del universo

-¿y por qué ahora?

-Lea, hay algo más que necesitas saber, comenzó Chris, su voz apenas un susurro.

-Nosotros... somos parte de algo más grande. Mucho más grande.

lo miré con incredulidad.

-¿De qué hablas, Chris?

Chris tomó una respiración profunda.

-Recuerdas las historias que mamá nos contaba sobre los Celestiales, los guardianes de las constelaciones y los portadores de poderes extraordinarios? Bueno, no eran solo cuentos. Mamá... ella era parte de ellos. Ella era Andrómeda.

parpadee, intentando procesar la información.

-¿Estás diciendo que nuestra madre tenía poderes?

-Así es. Y no solo ella. Chris, mi hermano, se acercó a la ventana, mirando hacia el cielo azul. Tenía el cabello rubio y corto, y su estructura fuerte y masculina destacaba bajo la luz que entraba por la ventana. Su piel clara contrastaba con sus ojos claros y penetrantes, que irradiaban una mezcla de determinación y calma. Vestía una camisa blanca bien ajustada, que acentuaba su físico atlético. Su mandíbula marcada y expresión seria le daban un aire de confianza y seguridad, mientras observaba con una presencia tranquila pero firme.

- Hay doce de nosotros, Lea. Doce chicos, cada uno representando un signo zodiacal, cada uno con habilidades sobrenaturales. Yo represento a Tauro. Puedo conectar con la naturaleza, hacer crecer plantas y, bajo ciertas circunstancias, transformarme en un toro con fuerza sobrehumana.

Me quedé sin palabras, intentando asimilar lo que mi hermano decía.

-Aaron, nuestro amigo, es Acuario. Tiene el poder de controlar el clima y puede volverse invisible de allí que no lo pudieras ver en el auto ayer cuando fui a recogerte el estaba ahí pero debido a que no sabíamos a qué nos enfrentamos le dije que se camuflará y se quedará en el auto. Y Karla, la chica que nos recibió en el refugio, representa a Cáncer. Ella puede manipular emociones y controlar el agua.

- Osea que ¿ya los conocías a todos?

- Sí, en realidad no me fui a un campamento militar, estuve entrenado en cabalá  para poder protegerlas a ambas, pero luego Orión me dijo lo que había sucedido y vine inmediatamente.

-¿Cabalá?

- Es un centro de entretenimiento militar para superdotados

Estaba estupefacta ante todas estás revelaciones

-hablas de ¿Orion? ¿Nuestro gato?

-Sí, Orión no es un felino normal; él representa mucho más que eso. En realidad, es el guía espiritual que una vez acompañó a nuestra madre, un ser de capacidades extraordinarias y místicas. Sus habilidades trascienden lo ordinario, abarcando desde la visión astral, que le permite percibir realidades más allá del alcance físico, hasta el traslado estelar, una facultad asombrosa que le permite desplazarse a través de las dimensiones cósmicas.

Además, Orión posee el don único de manifestar constelaciones, una habilidad que le permite invocar y utilizar el poder y la energía de las estrellas y los astros. Y su telepatía cósmica, una forma de comunicación mental que trasciende las limitaciones terrenales, le permite conectar con seres en diferentes planos de existencia.

Nosotros te confiamos a Orión para que fuera tu protector, un guardián celestial destinado a velar por tu seguridad. Él responde exclusivamente a nuestro llamado, o se manifiesta de manera autónoma cuando percibe que estás en peligro, como ocurrió ayer. Su presencia en tu vida no es una coincidencia; es parte de un diseño más amplio, una conexión profunda con el linaje familiar y las fuerzas cósmicas que nos rigen a todos.

-¿Y yo?  pregunte con voz temblorosa.

Chris se volvió hacia mí, sus ojos llenos de tristeza y orgullo.

-Tú también eres parte de esto, Lea. Tú eres el elemento que faltaba. Pero cuando tus poderes despertaron a los diez años, mamá temió por tu seguridad. Temía que Galaxia, la entidad que nos busca, viniera por ti. Por eso te  llevamos con Isis para que ella los sellará.

Sentí  cómo mi mundo giraba.

-¿Por qué mamá nunca me lo dijo?

-Quería protegerte, quería que tuvieras una vida normal. Pero ahora, al lograr que tus poderes despierten de nuevo, podremos encontrar a mamá. Ya no puedo ocultarlo más. Ellos necesitan completar el ritual del universo, Lea. Necesitan tus poderes.

-El ritual ¿De que?

En ese momento Aarón que había permanecido en silencio durante toda nuestra conversación, interrumpió repentinamente, con un tono serio y una mirada que llevaba el peso de un conocimiento ancestral.

-Lea, permíteme explicarte lo que es el Ritual del Universo. Es importante que comprendas la magnitud de lo que estamos enfrentando, dijo Aaron, acercándose con una expresión solemne.

yo, que aún asimilaba la avalancha de información, asentí, incitándolo a continuar.

-El Ritual del Universo no es solo una ceremonia; es un evento cósmico de inmensa potencia, comenzó Aaron.

-Es un momento en que las energías de los doce signos zodiacales y las constelaciones se alinean, creando un portal entre nuestro mundo y el reino celestial. Este portal permite que fluyan energías y conocimientos antiguos, capaces de remodelar realidades y alterar el curso del tiempo y el espacio.

Chris observaba atentamente, sabiendo que cada palabra de Aaron era crucial para entender nuestro destino.

Aaron continuó:

-Cada uno de nosotros, los doce elegidos, representamos un signo zodiacal y poseemos habilidades únicas. Durante el ritual, debemos unir nuestras energías en perfecta armonía. Esto crea un vínculo con el cosmos, permitiéndonos acceder a poderes que trascienden nuestra comprensión humana. Es un momento de gran responsabilidad y riesgo.

Me estremecí al comprender la enormidad de mi papel.

-¿Y qué sucede si no logramos completar el ritual?

-Si no lo hacemos, el desequilibrio generado podría tener consecuencias catastróficas, explicó Aaron con gravedad.

-Puede desatar caos en los patrones climáticos, en los ciclos de la naturaleza, e incluso en la psique humana. El tejido mismo de la realidad podría comenzar a desmoronarse sin embargo  la ambición  de Galaxia es totalmente clara: ella desea manipular el Ritual del Universo para su propio beneficio, para torcer la trama del cosmos a su antojo. Pero para ello necesitaba un elemento clave: tus poderes.

Chris añadió

-Por eso es crucial que todos estemos en nuestro máximo potencial. Y, Lea, eso incluye tus poderes, que son la pieza clave en este intrincado rompecabezas cósmico.

Absorbí cada palabra y sentí una mezcla de temor y determinación. Era más que una cuestión personal; era un deber hacia el universo mismo.

Aaron concluyó

-El Ritual del Universo no es solo nuestro destino; es nuestra oportunidad de proteger y preservar el delicado equilibrio de la existencia. Juntos, somos los guardianes de este equilibrio.

En ese lugar,  me di cuenta de que mi vida no era solo mía. Era una parte integral de un cosmos mucho más grande, un eslabón en una cadena que unía el destino de muchos. El camino por delante era incierto, pero una cosa estaba clara: no estábamos solos en esta aventura cósmica.

De manera inesperada, una sensación penetrante atravesó mi pecho, un presagio ominoso que me causó un escalofrío repentino. Algo estaba mal. Sentía como si la mirada oculta de un espectador no visto se fijara en nosotros, vigilando cada uno de nuestros gestos.

En la profundidad del espacio, más allá de la vista de los mortales, residía Galaxia, una entidad ancestral cuyos ojos brillaban con un fulgor amenazante. Su figura, envuelta en constelaciones y nebulosas, destilaba una belleza aterradora, y su presencia era tan imponente como la vastedad del cosmos.

En la cámara secreta de su reino estelar, Galaxia contemplaba el universo con desdén. Su intención era clara: manipular el Ritual del Universo para su propio beneficio. Pero para ello necesitaba un elemento clave: los poderes de Lea.

-Lea, murmuró Galaxia, su voz resonando como un coro de estrellas distantes.

-La niña que lleva en sí el poder de la constelación perdida, la pieza final en mi ajedrez celestial.

Galaxia sabía que el ritual requería la unión de las energías de los doce signos zodiacales, pero había descubierto un antiguo secreto: la existencia de una decimotercera constelación, oculta en los anales del tiempo, cuya energía era crucial para desbloquear el verdadero potencial del ritual. Esa constelación era Ofiuco y su poder residía en mi.

-Con Lea bajo mi control, el ritual no solo alineará las energías cósmicas, sino que también me otorgará el poder de reescribir las leyes del universo a mi antojo, planeaba Galaxia.

-Crearé y destruiré mundos, doblegaré la voluntad de las galaxias, y seré la arquitecta de la realidad.

En su plan maestro, Galaxia había manipulado los eventos para asegurarse de que yo fuera apartada de mi destino, para que mis poderes permanecieran latentes y desconocidos, hasta el momento preciso. El secuestro de mi madre era solo una pieza en su juego cósmico, un movimiento para sacarme de las sombras y forzarme a revelar mi verdadera naturaleza.

Sin embargo, lo que Galaxia no anticipó fue la resistencia que encontraría. Chris, Aaron, Orión, los demás y yo, comenzabamos a descubrir la verdad detrás de nuestros destinos y los oscuros planes de Galaxia. La batalla por el control del Ritual del Universo no era solo una lucha por el poder, sino una guerra por el destino de todas las realidades.

En su trono estelar, Galaxia esperaba, paciente pero confiada. Sabía que el momento se acercaba, y con él, la oportunidad de desplegar su grandiosa visión para el cosmos. Pero también sabía que los nosotros no nos rendiríamos sin luchar. El juego cósmico estaba en su punto más crítico, y el destino del universo pendía de un hilo en el equilibrio de poderes entre la luz y la oscuridad.

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