Italia

Los gritos de esta mujer retumban por todos lados, las paredes de esta oficina van a caerse. ¿Es necesario tanto grito?, me regaño mentalmente por siempre buscar a Aldina, las otras no son así, ya exagera demás esta mujer, ¿acaso no puede gemir o jadear?, no, ella tiene que gritar, te desconcentra, te desmotiva.

-Acaso es necesario que hagas tanto ruido?.- ya estoy demasiado enojado, no dejo de moverme con rudeza dejandole una marca en su cuello.

-Perdón Máximo es que me lastimas y al mismo tiempo me gusta!.- me dice en extasis, llevando su cabeza para atrás.

-Ahora te lastimó?.- le pregunto desconcertado, hace tiempo se viene aguantando mis 24cm de largo, no es la primera vez que se queja a ella y a todas les gusta.

-Hoy siento que me estas lastimando por algo en particular.- se queja entre lágrimas, cerrando sus ojos y mordiendo su labio.

Siiiii como me conoce Aldina, pero es que su querido jefe/amante me debe dinero mucho dinero y hoy delante de sus ojos me lo voy a cobrar. Esta mujer no sabe que me enteré de su desliz con él, esta con ambos, no se puede eso y ahora esta aquí, lo hace porque está enamorada de mí. ¡Que asco!.

-Aldina te lo estoy haciendo como siempre.- respiro con fuerza mientras le apretó sus pechos falsos que tiene y le introduzco un dedo haciéndola gritar de sorpresa estoy por acabar así que es mejor hacer esto rápido.

-¡De rodillas ya y abre la boca!.- la sostengo y sigo haciendo fricción.

Aldina se pone de rodillas abriendo la boca y recibiendo todo lo que le doy, mientras estoy llenando su boca, la puerta de la oficina se abre entrando Dante su amante.

-PERO QUE CARAJO ES ESTO?.- grita sorprendido y enojado Dante, ¿en serio creía que estaba con una mujer fiel?.

-Un segundo Dante!!!- le digo con burla he ironía, riendo de lado y mirando con la mandíbula apretada a la mujer frente de mí.

Aldina no sabe donde meterse, sus mejillas son cascadas de lágrimas, de vergüenza y humillación. Cuando termino me arreglo la ropa, esto va a ser divertido. Bien, ¿Dónde estábamos? Ahh sii con este Hijo de perra que se burlo de mi.

-Dante querido, tanto tiempo!.-le digo mientras voy detrás de él a cerrar la puerta con seguro y acorralarlo como una presa.

-Qué carajo quieres Máximo?.- me dice enojado, alejándose de mí mientras se dirige a su silla.

Grave error, ¿como se va ir a sentar?, tiene que quedarse parado, tomar una postura de defensa, deja a su enemigo en ventaja. No aprenden más, por eso es que uno los mata, y quedamos como los malos.

-Te presento a Aldina.- le digo irónico señalandola con la mano, este imbécil esta enamorado de ella ja, ja, ja, no sabia que a estas alturas un tipo se puede enamorar, más estando metido en este mundo.

Aldina llora en silencio mientras se arregla la ropa, es tan patética, ya es tarde, te vio.

-Qué carajo quieres Máximo? No estoy para rodeos!.- me dice el hipócrita sentado en su silla, ¡qué tupé!, tiene este tipo, debe dinero y se cree con el derecho de preguntar que haga aquí.

-A ti! y el dinero, que me debes!.- le digo con una sonrisa diabólica, apoyado en la puerta de brazos cruzados.

-No lo tengo ahora, mis proveedores no vienen haciendo nada en el Club.- me dice como si fuese mi problema, mientras se seca el sudor de su frente, intuye algo o suda en exceso, ¡qué asco!.

-Y que carajos me importa?.- le digo enojado, saco mi pistola de la parte trasera de mi pantalón pegandole un tiro en su hombro, Dante grita de dolor mientras se tapa la herida con la mano, si me hubiera hablado bien, capaz extendía esto, pero no.

Aldina grita como siempre, si mato grita, si le digo algo grita, por todo grita, no serviría como mi mujer, el solo hecho de vivir gritando.

-Cállate tu maldita!.- le digo completamente enojado fuera de sí, ahí tiene su merecido, me tendría que haber dicho con quién se acuesta, pero no, ella va y siempre con los encargos.

Me acerco a Dante y empiezo a romper los cajones de su escritorio en algún lado este imbécil tiene dinero guardado, agarro todo a patadas, corro con mi pistola los papeles, sin encontrar nada.

-TÚ!.-le apunto a Aldina con el revolver. -busca dinero y hasta que no encuentres no bajes al club porque te mato.- entrecierro los ojos, y me doy la vuelta para salir.

Aldina se levanta despavorida y empieza a buscar por todos lados un mísero centavo.

-Aldina por favor ayúdame!!- le dice el patético de Dante mientras se desangra, me le río en la cara viendo como se va poniendo blanco.

-Acabemos con esto!!- le meto un tiro en la frente matándolo al instante su sangre se desparrama por toda la pared de atrás, mientras Aldina vomita ante tal escena, ¡que patética es!, creo que perdió hasta el color.

Salgo de esa oficina, que pronto será mía, bajo al Club, levanto el revolver y lanzó 2 tiros al aire haciendo enmudecer a todos.

-Su jefe acaba de morir por ende este lugar pasa a ser propiedad mía.-les digo mirando a todos.

Las strippers que se encuentran bailando en el tubo intentan bajarse para escapar, levantó el revolver apuntándole directo.

-Intentabas escapar?.- le digo elevando la ceja.

-No, no, no, no- repite como una máquina mientras llora. ¿En serio está mujer es así? ¿Como satisfacen a los clientes acá?, a la primera pregunta llora, lidian con clientes como yo, y ¿esta mujer actúa así?, algunas cosas van a cambiar.

-Desde mañana van haber cambios.- apunto a un guardia matándolo al instantes, algunos se tiran al piso llorando, otros intentan esconderse.

-Ja, ja son ridículos!- les digo, me acerco a una mujer toda exuberante, rubia y desnuda solo lleva un hilo dental, la agarro del brazo y me la llevo conmigo, hay que Drenar todo lo que tengo acumulado.

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Comments

Jessica Lopez

Jessica Lopez

Espero que el "dolor" de Aldina no sea porque esta embarazada

2023-11-15

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