Capitulo 2

Shannon Foster:

Levanté mi mirada hacia la asistente que me sonreía, miré la hora de mi móvil donde ya se había demorado mucho los pacientes que con anterioridad habían entrado.

Seguí leyendo la revista de modas, Podía ver mi foto en varios de los reportajes que se habían hecho, en verdad me sentía muy agradecida de la vida que había tenido en este momento.

Mi móvil empezó a sonar. Lo tomé mirando la pantalla, sonreía al ver la persona, tomé la llamada.

Llamada:

- Hola hermosa. ¿Dónde estas?

- Hola guapo, vine por mis resultados.

- Rayos es cierto. Hoy quedaste con tu doctora.

Levanté mi mano mirando la sortija de promesa que tenía en mi mano, en verdad era tan hermosa que al mover mi mano me deslumbraba el brillo de los pequeños diamantes. Aunque no podía portar del todo una verdadera sortija de compromiso sé que en algún momento podía hacerlo.

- Si, así es, solo que tengo que esperar, bueno llevo un buen esperando.

- Paciencia, no todo en este mundo es malo. Recuerda que muchas veces esperar hace la diferencia de los sucesos.

Sonreí al recordar que siempre Lui era de una manera que se planificaba en sus tiempos, hasta calculaba los tiempos donde fuera que estemos.

- Bueno hermosa, te veo mañana. Hoy tengo que demorarme un poco.

- Si, no te preocupes, Fil tiene que ir a ver lo de los nuevos contratos que tengo en puerta.

- Eres la mejor, te los darán.

Terminé la llamada soltando un gran respiro, miré la pantalla, levanté mi mirada hacia la asistente, me puse de pie, ya era un poco tarde.

De nuevo sonó mi móvil, miré viendo que era mi representante. Tomé la llamada dando media vuelta sentándome en el sillón de espera.

Llamada:

- Mujer, estas demasiado solicitada.

- Lo siento cariño, Lui me tenía en llamada.

- Mañana tendrás la reunión con los clientes que tanto estábamos esperando para que seas la imagen de la campaña.

- ¿EN VERDAD? ¿Cómo LO LOGRASTE?

- Mi hermosa con quien crees que tratas, te lo dije, este cliente tiene que ser tuyo además que tu carrara va en ascenso.

Mordí mi labio inferior de la felicidad que me estaba haciendo sentir las palabras de Fil, él siempre me motivaba en todo momento, nunca me dejó sola y menos en los momentos donde mi vida colapsaba por una o por otra cosa. Eso era de lo mejor y me motivaba, movía mis pies ante la felicidad de saber que en la industria de la moda era muy difícil volver a renacer después del trago amargo que mi vida sentimental se involucrara en mi carrera.

- Te veo en tu departamento.

- Si, si… quiero saber todo, absolutamente todo.

- Por cierto Shannon te ha llegado un sobre, creo que es algo confidencial por que viene desde Roma.

- ¿Roma? ¿Será un cliente?

Rodé mis ojos al ponerme a pensar un poco, negué con la cabeza, pero para lo que me importaba.

- Puedes leerlo, si es algo sobre mi vida pasada deséchala, pero si es algún cliente. Llévamelo cuando vayas.

- ¿Cómo crees que lo voy a leer?

- Te lo autorizo.

La asistente se puso de pie cuando por fin vi que la pareja salía muy feliz del consultorio, me quedé fijamente ante ellos, el chico sobaba la pancita de la mujer con tanto amor. Se me hizo tremendo nudo en la garganta recordando todo lo que pasado. Bajé la mirada.

- Debo irme Fil, ya voy a pasar.

- Suerte nena.

- Te veo después.

Terminé llamada poniéndome de pie, me sentía algo nerviosa por mis resultados, caminé hacia la puerta del consultorio donde la asistente me cedió el paso. Entré mirando a la doctora Silvia que siempre ha estado al pendiente de mi situación en todos los sentidos.

Doctora: Pasa Shannon. Te ves muy hermosa.

Shannon: Gracias.

Me hizo seña de tomar asiento, la miraba demasiado seria. Tragué saliva mientras me sentaba sin apartar la mirada de ella.

Doctora: me entregaron tus resultados.

Shannon: Te escucho.

La doctora abrió la carpeta sacando uno de los documentos que me entregó, los sostuve entre mis manos, podía sentir los nervios que me estaban tomando todo el cuerpo, miraba la hoja como se sacudía levemente por estar temblando.

Doctora: Shannon, tus resultados no arrojaron nada bueno.

No apartaba la mirada de ellos, aunque no soy experta en este tema, no lograba entender nada de lo que se estaba especificando. Levanté mi mirada entregándole de nuevo los documentos.

Shannon: No los entiendo.

Doctora: Shannon, cuando tuviste el aborto espontaneo y te viste muy grave, el médico que te atendió no limpió bien tu vientre. Parte de la placenta se quedó dentro, tu endometrio lo absorbió por eso tu endometriosis ha ido en aumento en cuestión de dolores que hasta la conciencia pierdes.

Me rasqué un poco la cabeza, me hablaba como en chino por que no me quedaba para nada claro nada de lo que me decía.

Shannon: amm, hay algún tratamiento, amm…

La doctora mantenía una seriedad como si me estuviera dando una sentencia de muerte a largo plazo. Negó con su cabeza.

Doctora: Shannon, una de las opciones que te puedo dar es que sometas a una operación para que te quiten la matriz.

Entreabrí mis labios negando con la cabeza, las lagrimas poco a poco se iban formando en mis ojos.

Shannon: ¿Qué dices?

Doctora: estas a nada de contraer cáncer cervicouterino por la mala práctica que te hicieron. Lo lamento mucho.

Shannon: Tengo 25 años apenas, Tengo una vida, quiero ser madre, quiero sentirme realizada… Nooo, nooo, nooo… ME OPONGO A QUE ESA SEA LA UNICA SOLUCION.

Me puse de pie golpeando su escritorio tan fuerte que ella pegó tremendo brinco del susto que le había ocasionado, mis lagrimas empezaban a caer por mis mejillas, esto no era para nada justo.

Doctora: Es la única manera que te salves, quitarte la matriz.

Shannon: vine por que quiero soluciones no opciones que no deseo en mi vida.

Doctora: Esa es la única solución para que puedas seguir viviendo.

Negué con la cabeza sentándome lentamente, arrastré un poco la silla quedando demasiado cerca del escritorio, la doctora bajó la mirada sabiendo que para mi era difícil esto.

Shannon: Doctora, me dijo en una ocasión que embarazándome se calmaría la endometriosis.

Doctora: Así es, los dolores cesarían, pero quedaste embarazada pero cuando tu vida se vio afectada sentimentalmente, todo cambió, tu propio cuerpo no soportó el estrés que estabas llevando. Acudiste tarde.

Shannon: No, ni sabía que ya lo había perdido.

Doctora: No lo dudo, pero eso te perjudicó demasiado.

Bajé mi mirada, mis propias lagrimas me quemaban, me ardían , hacían heridas, ni yo misma podía comprender lo que estaba sintiendo en este momento. Todo era demasiado confuso para mi.

Levanté mi mirada, la doctora mostraba sus ojos brillosos.

Shannon: Quiero esperanzas. Soy joven, tengo un hombre que me ama. Deseo darle hijos, casarme, tener una vida digna. Sentirme realizada.

La doctora me tomó de las manos dejando caer unas lagrimas.

Doctora: Me duele tu situación, sé que la vida no ha sido de la mejor manera contigo. Pero Shannon, lo has dicho tienes una vida por delante, tu pasado te marcó, si, lo hizo. Pero no hay nada que se pueda hacer a este punto de partida. Estamos a tiempo de salvarte.

Shannon: Fil, ya no me va amar, su sueño también es tener una familia.

Doctora: No conozco muy bien a Fil, pero si no te entiende y no comprende que tu salud está primero, entonces no es la persona que necesitas en tu vida.

Solté un gran respiro, la doctara abrió un cajón de su escritorio sacando una tarjeta, me la entregó, la miraba atentamente.

Doctora: llama a la Doctora, es una especialista en el tema de la fertilidad, es de las mejores, quizá una segunda opinión te pueda ayudar a tomar la mejor decisión que en este momento necesitas.

Me entregó la carpeta de mi expediente, eran demasiados los documentos que cada visita iban aumentando, me despedí de ella apartando mis lagrimas, en verdad en este momento no estaba para que nadie me dijera algo, salí del consultorio, mi móvil empezó a sonar sin detenerse, ni me tomé la molestia de ver quien se trataba. No tenía muchas ganas de escuchar a nadie y que me preguntara de este tema.

Me acerqué a la asistente que me miraba con suma tristeza, le sonreí entre lagrimas, ella tragó saliva cuando una pareja se puso de pie entrando con la doctora, mi mirada estaba puesta en ellos, viendo lo felices que eran por la espera de su bebé.

Aparté la mirada de ellos pasando a la asistente.

Shannon: ¿Cuánto te debo?

Asistente: 100 dólares.

Mis manos me temblaban, esta noticia me había sacado por completo de mi zona de confort, tomé una de mis tarjetas sin prestar si quiera atención cual de todas había entregado, ella pasó por e lector la tarjeta, haciendo mi recibo, levantó su mirada entregándome mi recibo y la tarjeta, la metí a mi bolsa…

Sentía un terrible dolor en mi corazón, no podía imaginar mi vida de la manera que me había dicho Silvia, para mi a este punto me era difícil entablar una conversación con fil, sobre todo por mi pasado que él no estaba del todo enterado.

Bajé los escalones, caminaba perdida en el camino hacia mi auto.

TAAAAANNNN!!!!

Me detuve levantando mi mano, miré al conductor que me hacía groserías.

Hombre: VIEJA LOCAA.. FIJATE.

Dejé pasar al conductor, miré por ambos lados llegando a mi auto, abrí la puerta entrando en él. Negaba con la cabeza, dejé mi expediente con mi bolsa del lado del copiloto, cerré la puerta rompiendo en completo llanto.

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Shannon Foster

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