Capítulo 18

Nunca conté porque tenía tanto miedo a las tormentas, bueno les voy a contar.

 Mis padres salieron un dia de tormenta como estas del trabajo, mi padre era un grandioso abogado y mi madre era pastelera y  tenía una Pastelería en la ciudad, ambos trabajaban, ese día  fueron a buscar a mateo mi hermanito  de la guardería, luego de que ambos terminaron de trabajar, y cuando iban en la carretera, mi padre perdió el control debido el estado el camino y despistaron, el auto dio muchas vueltas lo que quedó completamente destrozado, el cuerpo de mi familia quedó irreconocible.

Cuando recibimos la noticia yo estaba en la casa de mi abuelo esperandolos, sonó el teléfono, y cuando mi abuelo terminó de recibir la noticia cae un rayo muy fuerte que hace que queme el teléfono inalámbrico y corte la luz. 

Y para la mala suerte mi abuelo Sefer murió un día como estos de tormenta y relámpagos.

Yo siento que la tormenta se ha llevado a las personas que amo y me ha dejado sola.

Cada vez que hay tormenta son los días más horribles de mi vida, me hace acordar como ellos se fueron de mi vida.

Un rayo cruzó el cielo y yo terminé varada en medio de un claro alumbrado la débil luz lograba filtrarse entre las opacas nubes de la tormenta.

Gire de un lado a otro desorientada, las gruesas partículas de agua seguían cayendo sobre mi.

Avance varios metros hasta que la tormenta me libera, momentáneamente. Los pasos a mi espalda eran cada vez más cercanos.

Me doy vueltas, y veo a Carlos, creo que veo nublado dudo que sea el.

Estaba tan mareada que cuando lo vi no dudé ni un segundo en aventarme a él.

Me largo a llorar desconsoladamente en sus brazos.

 Creo que él es mi ángel, si mi ángel de la guarda, últimamente se aparece cuando lo necesito.

Cera que la tormenta me va devolviendo un poco de lo que me ha sacado.

Me comienzo a calmar y le pregunto a Carlos que hacía en medio de la tormenta.

Carlos 

_ Vine a buscarte, fui hasta tu trabajo pero no te encontré, se lo mucho que odias estos días.__

Sus ojos verdes se posaron en mí a la espera de una respuesta.

Ahora siento que es mi verdadero ángel.

Un rayo cayó cerca nuestro, senti como mi corazón se saltó un latido y luego retomó su ritmo y acelerado.

Carlos me acariciaba la cabeza, luego de unos minutos intentando tranquilizarme, por fin me anime a abrir mis ojos.

Pensé que nos íbamos a morir, el rayo se sintió que cayó a centímetros nuestro.

Carlos

__Tranquila vamos a casa.__

Desperté con el corazón acelerado, abrí mis ojos y había dormido en la misma cama que Carlos.

Mi piel estaba erizada por el aire que entraba por la ventana.

Luego de unos minutos intentando tranquilizarme, no recordaba haber llegado anoche, y tampoco haberme sacado la ropa,me había despertado con el pijama de Carlos, ya saben lo que me imagino lo que pasó entre ambos.

En este momento quiero desaparecer de este maldito universo.

No es que no quiero estar con Carlos, estoy enamorada de él, pero él nunca me pido para ser su novia, y toda la vida soñé que mi primera vez iba a ser inolvidable, pero no recuerdo nada, que carajo esta pasando.

Me estaba dando unas fuertes punzadas en el corazón, por fin me anime y con mis manos temblorosas retire las delgadas mantas que me cubrían y me levante con sumo cuidado de la cama. El suelo estaba congelado, voy despacio al living.

En el camino tropecé con una montaña de  ropa sucia que estaba en el suelo, los empujo  todo a un lado, por suerte logré salir de la habitación.

Agarre mi celular que estaba arriba de la mesita de living y llame un taxi, no quería estar cuando despertara Carlos, no sabía cómo mirarlo en la cara después de lo que hicimos.

Por suerte el taxi no tardó en llegar, estaciono enfrente del edificio que correspondía, suspire y baje del automóvil.

 Llego y voy directo y me tiro en mi suave cama.

Laura me manda un mensaje para salir de fiesta en la noche.

Mi rostro pálido, y sin ánimo de responder sus mensajes, me levanto de mi cama. Las imágenes de la noche anterior se repitieron en mi mente y un nuevo escalofrío se apoderó de mí.

Salí del cuarto con mi ropa en la mano. Ingresé al baño y me di una aliviada lucha caliente.

Salí de la ducha y me vestí con rapidez, tenía que  ir a comprar los alimentos para el almuerzo. Ya eran las 12:30 hs y el supermercado cerraba  media hora más tarde, así que tenía que apresurarme así que no pude secar bien el cabello y salí corriendo, sin darme cuenta que no cerré con llave la puerta.

...

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