Tres

De un momento para otro, siento cómo todo mi alrededor va tomando una tonalidad un poco más clara y, a su vez, un poco más fácil a mis ojos, ya que puedo observar todo muy bien.

Al parecer, estoy en una especie de habitación y parece ser que estoy acostada en la que supuestamente sería mi cama.

Aún un poco confundida por todo lo que he presenciado hasta ahora, pero aun así me siento un poco rara obviando el hecho de que estoy desnuda y que yo estoy boca abajo sobre el colchón. En mi línea de trabajo, nos enseñaron a nunca estar desnuda y mucho menos dar la espalda, pues no se sabe nunca qué situación se pueda llegar a pasar, así que tuve la intención de moverme tan solo un poco.

Pero algo curioso pasó, y es que al más mínimo movimiento en mi cuerpo siento cómo completamente todo en mí se estremece y que por tal movimiento y la fricción con mi ropa, siento como pequeñas descargas recorren mi espalda, generando así un dolor indescriptible.

...(Pensamiento)...

...Me pregunto qué me habrá pasado como para encontrarme en tal situación. Me siento tan débil y al más mínimo movimiento, aun por pequeño que sea, es una agonía constante por los calambres dolorosos que siento en toda mi espalda....

--Uff, qué dolor--

Mientras analizo todo de mi cuerpo como puedo, me voy inclinando un poco mi rostro para poder observar todo a mi alrededor.

Sin poder evitarlo, sale de los salones de mis labios un silbido mientras digo:

--Vaya, sí que esta habitación es muy lujosa y, sobre todo, muy espaciosa. Fácilmente podría ser del tamaño o incluso mucho más grande que el espacio en el que convivía con mis hermanas...--

La cama en la que estoy es muy suave y, a simple vista, se logra ver que es muy grande, con sus bordes cubiertos de plata y oro. Digna habitación de la Emperatriz Airy Ayami, y saben qué es lo mejor: esa Emperatriz soy yo...

Por estar divagando en mis pensamientos, había olvidado lo de mis movimientos y luego, en un intento brusco de mi parte al tratar de extender uno de mis brazos, por lo que termina porque el dolor en mi espalda vuelve e incluso sea un poco más intenso, logro sentir como un líquido escurre por mi espalda. Siendo así, esta recorre de un lado a la cadera. Logro percibir que esta impacta con las sábanas. Luego de eso, no siento nada más, pero mirando más detenidamente voy observando que las sábanas, las cuales están manchadas por lo que parece ser mi...

--¡SANGRE...! --

--¡Maldición! ¡Pero qué dolor tan indescriptible estoy sintiendo! --

Logro decir con un poco de dificultad en mi voz. En eso, escucho cómo las puertas de mi ahora habitación son abiertas y pasos que se acercan hasta mí.

^^^--Majestad, ¿pero qué hace? ¡Sabe que no se puede mover o los dolores serán peores! --^^^

^^^me habla aquella voz, la cual llamaremos número uno.^^^

^^^--Ay majestad, cómo me duele verla en ese estado --^^^

 dice la voz número dos.

^^^--Y todo por culpa de la zorra de la concubina Ría--^^^

habla la voz número tres.

...Pensamiento....

...-Ella me agrada.-...

Estoy en mis pensamientos cuando escucho cómo la dueña de la voz número uno y la dueña de la voz número dos regañan al mismo tiempo a la voz número tres.

^^^--Taynni, no digas ese tipo de barbaridades -- hablan los dos.^^^

Por lo menos sé que una de las voces se llama Taynni, la cual vendría siendo la voz número tres y se está convirtiendo en mi favorita desde ya.

^^^--¿Por qué me regañan si es algo que todas pensamos, pero que por miedo al emperador callamos? Pero no es justo que esa bastarda, que se hace llamar la concubina favorita del emperador, mande a castigar a mi señora por meras estupideces que el emperador acepta... Si no, mírenla cómo se encuentra ahora nuestra señora --^^^

Al parecer, cuando Taynni termina de hablar, ella me señala, pues escucho cómo todas hacen silencio y luego escucho a una de ellas contener el llanto absorbiendo la nariz.

Intento moverme para mirar los rostros de quienes son esas personas, pero además del dolor de mi espalda, ahora siento que también está afectando mi cabeza porque llegan a ella recuerdos que invaden por completo mi mente, nublando mi razón. Pero pues ya que gracias a esos recuerdos llegan a mí.

...Flashback (Un poco largo)...

Me encuentro en mi jardín trasero, la parte más alejada del Palacio de la Emperatriz, o sea, mi Palacio expuesto ante mí, ya que me encuentro rodeada de las concubinas de mi esposo. Estamos tomando el té por invitación mía.

En total, el emperador tiene seis esposas, entre ellas yo soy la primera esposa y a la vez su Emperatriz Airy Ayami.

Sentada a mi derecha se encuentra la primera concubina y segunda esposa de nombre Ría Isboa.

De piel blanca y cabello castaño y ojos amarillos, en verdad es muy linda, pero detrás de su mirada encuentra la soberbia que esconde a una mujer llena de odio hacia mí y no sé el por qué ese sentimiento.

Junto a ella se encuentra la tercera esposa y segunda concubina de nombre Isis. Al igual que Ría, ella también tiene piel blanca y largos cabellos de hebras de un color tan negro como su corazón. Aunque su rostro es hermoso y sus ojos color violeta, que a veces los rayos del sol hacen que sus ojos y su cabello se complementen y sea muy hermosa. A todo eso se le incorporan sus atributos en cuanto a su figura, ya que es catalogada como la mujer más sensual según lo que dicen los empleados y soldados del palacio.

A mi izquierda se encuentra la cuarta esposa y tercera concubina llamada Ming, con tan solo 17 años.

No te dejes engañar por su rostro angelical y su mirada cargada de inocencia, esa chica es malvada... en toda la extensión de la palabra.

Sentada a su lado se encuentra la sexta y quinta esposa llamada Sumi, que al igual que Ming tiene 17 años. Es un poco ingenua y es por eso que se ha dejado llevar por la influencia de las demás en su odio hacia mí.

Y se preguntarán, pues falta una esposa y sí, falta una. La que a mi parecer es la peor de todas. Su nombre es Lanía Gris, quinta esposa y cuarta concubina del emperador. Pero no te confundas, que ella sea la quinta esposa no fue impedimento para que ella se volviera la favorita del emperador, desplazando así a Ría. Pero su favor tampoco fue tanto como para que el emperador no buscara una sexta esposa y quién sabe si más tarde llegará una séptima u octava esposa.

La chica de cabellos rubios como el oro y el sol supo jugar muy bien sus cartas y es por eso que ella hoy goza del favor y las atenciones del emperador, mientras yo solo soy receptora del desprecio no solo de él, sino de todas ellas.

...Pensamiento...

...Lograré que algún día mi esposo me ame así como las ama a ellas o por lo menos dejara de mirarme con desprecio como lo hace hasta ahora....

Por estar confiada pensando en tonterías, en mi ingenuidad pensaba que estaba teniendo un rato ameno y agradable con las que son las mujeres de mi esposo. Hasta que de repente escucho cómo Sumi empieza a toser como si tuviera algo en su boca.

Al principio estamos un poco desconcertadas por tal comportamiento de su parte, por eso esperamos que lo que sea que le esté pasando a Sumi pase rápido.

--Concubina Summi, ¿se encuentra usted bien? --

 le pregunté de manera amable con mi tono un poco suave.

Pero a ella eso no le importa, ya que ella posa su mirada sobre mí y me queda mirando de una forma acusatoria, y en sus ojos puedo ver el odio hacia mi persona. Ella, con mucha dificultad y entre ataques de tos, me dice:

^^^--cof cof... ¿Qué me... cof cof... hiciste algo cof cof... habrás puesto en mi café cof cof... acaso quieres envenenarme cof cof... cof cof...---^^^

Al término de sus palabras, todas las demás concubinas me miran con asombro, pero yo no hago más que estar confundida por su acusación.

--Concubina Sumi, ¿cómo me puede acusar usted de algo muy serio? Yo sería incapaz de atentar contra su vida o la vida de alguien más. Por favor, piense muy bien sus palabras y recuerde a quien está faltando el respeto---

Ella todavía tose desmedidamente y su rostro se va tornando un poco rojo por el esfuerzo, pero todo se va agravando y vemos cómo de su boca salen coágulos de sangre.

Es ahí cuando ella y nosotras nos angustiamos un poco, y al parecer ella toma en serio su actuación. Su temor se puede notar en sus ojos que su vista es posada hasta donde me encontraba, y desde aquí nos mira a todas y cada una de nosotras, hasta quedar sus ojos se en Laniia, donde ella se encontraban. Y es ahí cuando Summi cae en la completa desesperación y presa del pánico por saber qué pasará con ella.

^^^--Cof cof... Me engañaste cof cof... cof cof... Maldita cof cof...--^^^

con un poco de dificultad en su voz.

Todas estamos confundidas, pues no sabemos qué es lo que ella está tratando de decir. De forma apresurada, ella se levanta desde donde se encuentra sentada y corre hacia mí y me dice:

^^^---Con cof... Emperatriz, ayúdame cof cof... -^^^

su voz cada vez se nota con mucho más esfuerzo y sus labios están tomando un color un tanto morado, un poco escalofriante.

--Por Dios, pero qué es esto Sumi, qué te está pasando--

--Veneno cof cof... Ella cof cof... Veneno cof cof... Engaño...---

--Rápido, llamen al doctor y traigan a este lugar urgentemente ---

El grito que se escuchó en la dirección donde se encontraron era completamente ensordecedor. En dirección a los soldados y las mucamas, los cuales estaban a la espera de cualquier necesidad que tuviéramos nosotros.

Estas personas, a mis gritos, corrieron inmediatamente en busca de lo que mandé hacer.

--Tranquila, Concubina Sumi, pronto llegará la ayuda--

No sé por cuánto rato debimos esperar. No sé si fueron segundos o minutos. Es que la ayuda demoró demasiado y Sumi terminó por caer desmayada.

Luego de su desmayo, a los pocos minutos, de la habitación y por ellas pasa nuestro esposo, el emperador.

Se detiene un momento, analizando toda la situación, y pasa su vista sobre cada una de nosotras, hasta terminar donde me encuentro yo, con una Sumi completamente desmayada. En sus ojos solo puedo ver cómo el desprecio está a simple vista. No puedo evitar encogerme ante su mirada.

--¿Se puede saber por qué todo este escándalo y qué está pasando aquí?--

Está preguntando, pero esa pregunta no va dirigida a mí. Él vuelve a mirar a cada una de nosotras hasta que descansa su mirada donde está sentada Laniia.

Sí, es a ella a quien el Emperador está pidiendo una explicación, pero no es porque dude de ella... es solo que la palabra de ella es la única que vale entre nosotras.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

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...Aquí vamos con el capítulo número tres. Espero les guste y perdonen la falta de ortografía. Se sabe que trato de leer y releer para ver si se me escapa algo... pero siempre hay algo que me es invisible a mis ojos y solo lo noto cuando vuelvo a leer una vez que ya está publicado, y aun así trato de arreglarlo una vez más......

......Gracias por su apoyo y seguimos con más capítulos.......

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