Capítulo 2

Pedro

Estaba en casa tranquilamente cuando me dio un hambre tremenda, miré el reloj y eran las 12:40, así que decidí bajar la colina e ir a comer algo a casa de Tía Marina. Ella abrió un pequeño restaurante en la colina hace unos 3 meses, con mi ayuda, pero entre nosotros, fue difícil convencer a esa mujer. Solo aceptó cuando le dije que entonces me pagaría en cuotas todo lo que me debía. Entre nosotros, esta mujer me crió como a una madre, quien le debe algo soy yo, pero en fin, es difícil convencer a Tía Mari de algo, especialmente cuando se trata de dinero del tráfico. Le llamé a JC para decirle que iba a su casa para comer algo, él me avisó que estaba ocupado resolviendo algunos problemas y que ya iría.

Llegué a casa de Tía Mari y Manu ni siquiera me dejó bajar de la moto, corrió hacia mí. La agarré en brazos antes de siquiera bajar.

Pedro - Hola mi amor, ¿cómo estás?

Manu - Bien papi.

Sí, Manu me llamaba papá desde hace 1 año y 3 meses. Fue complicado al principio, pero hoy todos estamos acostumbrados a la situación, ella no lo entiende y además no tiene una figura paterna. Su padre era un adicto que me debía mucho dinero en drogas y solo no lo eliminé por consideración a Manuzinha, pero lo hice irse de aquí, él no era ningún ejemplo para la niña. No que yo lo sea, pero él llegaba borracho y drogado a casa, y solo no le puso una mano encima a Tía Mari porque JC y yo estábamos encima y el día que intentó hacerlo JC casi lo noquea. Ese tipo, si no fuera por Manu, ya estaría comiendo gusanos hace mucho tiempo. No queríamos que ella algún día supiera que matamos a su padre.

Marina - Hola hijo, ¿cómo estás? Apuesto a que tienes hambre, ¿verdad?

Fui sacado de mis pensamientos cuando Tía Marina me llamó.

Pedro - Ah, hola tía. Bueno, ya sabes cómo soy, estoy muriéndome de hambre y vine al mejor lugar para comer algo, ¿no?

Marina - Ven, baja de esa moto, voy a prepararte una mesa aquí, ven aquí Manu.... Ven, hija.

Manu - No, mami, quiero a papi.

Pedro - Entonces, ¿qué te parece si almorzamos juntos, chaparrita?

Manu - Sííí (dijo levantando los brazos)

Marina - Ya almorzaste, mocosa.

Manu - Otra vez, mami.

Marina rodó los ojos y se fue adentro a prepararme una mesa.

Senté a Manu en el tanque de la moto para poder bajar y luego la tomé en brazos y fui adentro.

Cuando llegamos, estuve jugando un rato con Manu y no pasó mucho tiempo antes de que João llegara.

Pedro - ¿Y qué tal, hermano? ¿Cómo estás?

JC - Qué pasa, maricón, ¿todo bien? Veo que la chiquilla ya está pegada a ti.

Pedro - No hables así de ella. (Mientras hablaba, Manu sacó la lengua, jajaja, la niña era terrible).

Tía Marina, que vio que João había llegado, aprovechó y nos trajo comida a los tres.

JC - Hola vieja, ¿cómo estás?

Marina - Vieja será tu madre, chiquillo. (Dijo haciendo una mueca hacia él y luego se volvió hacia mí)... ¿No quieres que me quede con ella para que comas tranquilo, querido?

Pedro - No te preocupes tía, él es mi paz diaria en este lugar (dije abrazando a mi chiquitina).

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