El Hilo Del Destino
Samanta caminaba apresuradamente por el pasillo del edificio de departamentos en el cual vivía, con el corazón latiendo desbocado en su pecho. Su mente luchaba por aceptar lo que sus ojos habían presenciado apenas unos minutos atrás: su esposo, Darío, estaba en los brazos de otra mujer. El dolor y la confusión se entrelazaban dentro de ella, formando un nudo en su estómago.Finalmente, con las lágrimas amenazando con escaparse de sus ojos, salió del departamento que compartían desde hacía tres años.
La muchacha se había retirado más temprano de lo habitual del estudio de abogados en el cual trabajaba como secretaria, por qué sus jefes habían salido de viaje y no la necesitarían en el lugar hasta el día lunes, al salir a ella se le ocurrió darle una sorpresa a su esposo Darío, así que antes de llegar pasó por el mercado, compró todo lo que le haría falta para preparar una exquisita cena, teniendo la seguridad de que Darío iba a llegar aproximadamente dos horas después, sabía que el tiempo le rendiría perfectamente. Luego de dejar las bolsas en el piso, metió la llave en la cerradura y empujó la puerta para abrirse paso.
Al adentrarse en la sala, Samanta fue recibida por el sonido de risas femeninas, le pareció extraño, mas teniendo en cuenta del lugar del que provenían. El temor y la duda comenzaron a hacer mella en su interior y deseando que todo fuera producto de su imaginación caminó hasta la habitación que compartía con su esposo, pero al llegar allí la imagen era inconfundible: Darío, su marido, abrazaba a una mujer desconocida con una intimidad que solo debería ser para ella.
-¡¿Qué está pasando aquí?! - exclamó Samanta, con su voz apenas sonando cómo un susurro roto. Darío y la mujer se separaron rápidamente, sus rostros se veían llenos de culpabilidad y sorpresa al encontrarse con los ojos invadidos de lágrimas de Samanta.
-Sam... no es lo que parece- balbuceó él, intentando encontrar alguna justificación.
-No me digas que esto no es lo que parece-, replicó ella llena de amargura. -¿Qué tienes que decir ante esto? ¿Cómo pudiste hacerme esto?.
La mujer desconocida permaneció en silencio, mostrando en su rostro una mezcla de vergüenza y remordimiento. Sabía que había sido cómplice de la traición de Darío hacia su esposa.
-Sam, por favor, déjame explicarte- suplicó Darío, tratando de acercarse a ella.
-¡No te acerques!- exclamó ella, retrocediendo rápidamente para mantener su distancia, sin poder soportar su cercanía en ese momento.
La muchacha se encontraba hundida bajo una avalancha de emociones. Las promesas de amor eterno que una vez compartieron ahora se desvanecían frente a sus ojos. No podía creer que su esposo le hubiera sido infiel, que su vida de ensueño se hubiera desmoronado de tal manera.
-Esto no tiene explicación, ni excusa, Darío- dijo ella, con la voz ahora más firme, decidida a no dejarse engañar por palabras vacías. -Has roto mi confianza, has destrozado nuestro matrimonio.
Las lágrimas corrían libremente por las mejillas de Samanta mientras luchaba por encontrar un equilibrio emocional, que estaba muy lejos de conseguir. Observar a su esposo con otra mujer le había arrebatado la certeza y la seguridad que una vez tuvo en su amor.
En ese momento, la única certeza en la vida de la muchacha era que debía salir de allí y como fuera lograr sanar su corazón roto. Miró a la mujer desconocida por última vez y se prometió a sí misma dejar atrás el dolor y encontrar la fuerza para seguir adelante.
-Adiós, Darío- le dijo con una mezcla de tristeza y determinación en su voz. -No puedo estar con alguien que me ha traicionado de esta manera.
Con esas palabras finales, Samanta se dio la vuelta y abandonó la habitación, dejando atrás a su esposo y a la mujer con la que había compartido su intimidad. Sin saber qué le deparaba el futuro, prometiéndose a sí misma encontrar la felicidad. Aunque este capítulo de su vida terminaba en dolor, sabía que tenía la capacidad de comenzar uno nuevo lleno de esperanza y redención.
Esa noche Samanta se quedó en una habitación de hotel, intentando que su mente dejara de pensar, y que los recuerdos no volvieran a arrojarla al momento en el cual descubría el engaño de Darío. Ella aún no terminaba de comprender cómo había ocurrido aquello, se preguntaba que tan tonta o ilusa había sido como para no darse cuenta de nada, en ningún momento tuvo sospechas, todo en su vida parecía absolutamente perfecto.
Darío era un esposo dulce, cariñoso, detallista, compañero, era el hombre perfecto. Pero al final resultaron ser solo apariencias por qué él había terminado siendo igual que muchos otros hombres. En un momento llegó a culparse de la infidelidad de Darío, pensó que tal vez él hubiera actuado así por un descuido de parte suya, pero luego teniendo en cuenta muchas otras cosas comprendió que simplemente Darío era como todos esos hombres que no tienen la capacidad de respetar a la mujer que dicen amar.
Las lágrimas caían por el rostro de Samanta, se sentía desolada y triste, y lo peor era que no queriendo preocupar a las personas que amaba se había encerrado allí, sin contarle a nadie lo ocurrido.
Decidió darse una ducha, pensando que quizás de esa manera pudiera lograr quitarse todo eso que le estaba pesando mucho. Estuvo bajo el agua por largo rato, dejando que las lágrimas se mezclaran con las gotas de la regadera que iban cayendo sobre su cuerpo, finalmente al salir del baño lo hizo peor de lo que estaba.
Se tiró en la cama, cerró los ojos e intentó descansar, al cabo de unos minutos logró quedarse dormida solo para revivir una y otra vez el horrible momento que evidenciaba la traición.
A pesar de estar dormida las lágrimas caían por sus mejillas y la angustia se acumulaba en su interior. De pronto oyó su móvil sonar, abrió los ojos, miró a su alrededor intentando hallar su bolsa para buscar allí el aparato que no dejaba de sonar, cuando por fin lo vio se levantó de la cama y tomando el bolso sacó el móvil para responder.
-Hola- dijo con la voz entrecortada.
-Hola, Sam- dijo la voz masculina del otro lado- ¿Qué te pasa? ¿Estás bien, nena?- Jonás, su hermano gemelo le preguntaba con curiosidad y preocupación.
-Hola, sí cariño. Estoy bien- respondió ella intentando que no se le notarán las emociones. Cosa que sabía resultaría imposible.
-Si está todo bien... Entonces ¿por qué me siento tan triste y angustiado?- indagó el joven- Sabes que no puedes ocultarme nada por nuestra conexión- agregó haciendo referencia a la manera en que algunos hermanos gemelos conectaban sus emociones.
Sintiendo alguno de los dos, las cosas que al otro le pasaban.
-¡Maldición!- gruñó la muchacha desconcertada y luego le contó a su hermano lo que había ocurrido.
-¡Ese infeliz!- refunfuñó Jonás y Samanta escuchó con mucha claridad el golpe que su hermano le asestó a algún mueble.-¿Y qué piensas hacer?
-No lo sé- respondió ella angustiada.
-¡Ya sé!- exclamó Jonás luego de unos minutos de silencio, en los que cotejó las posibilidades- Vente a vivir conmigo- prácticamente ordenó y Samanta sabía que cuando su hermano se le metía algo en la cabeza no desistía hasta obtenerlo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 79 Episodes
Comments
Martha Gomez
Buen comienzo. Leamos como se desarrolla la trama.
2024-07-07
1
Martha Gomez
Por lo menos, no está sola, tiene el apoyo de su hermano y poco a poco, va a superar su separación.
2024-07-07
0
Maris Benitez
Que bueno, su hermano gemelo la va a ayudar,no está sola 😞😞
2024-06-10
0