Me encontraba caminado entre los puestos de comida y armamento admirando todo por ultima vez ya que no vería estas hermosas cabañas en un buen tiempo. Me acerqué a un puesto de provisiones y compre un par de cuerdas por cinco monedas. Al llegar a la salida del pueblo me detuve viendo todo mi alrededor para luego soltar un leve suspiro, y con una sonrisa en mis labios me fui adentrando en el solitario bosque.
Realmente era hermoso las aves cantaban los pequeños animales corrían y saltaban entre los árboles, las hojas eran de un verde claro hermoso y los pequeños rayos de sol que se traspasaban por las ramas de las enormes árboles. El camino era totalmente solitario y silencioso. Algunas personas pensaría que es aburrido o desesperante pero para mí es relajante ya que puedo apreciar el alrededor y organizar mis pensamientos. Estaba tranquila caminando entre los arboles hasta que escuche a alguien corriendo de tras mio mientras gritaba mi nombre así que me detuve y voltee para ver quien era. Al parecer era Italo un compañero que tuve en las clases de pociones de Harius.
— ¿Eirlys a donde vas?
— ¿Italo?
Este llego al lado mio para luego soltar un suspiro por tanto correr y con su típica sonrisa junto con sus ojos color café que desbordaban felicidad me miro.
— ¿a donde vas?
—pues para ser sincera aun no tengo un rumbo. ¿y tu?
—Me dirijo al pueblo Anvard, queda un poco cerca de aquí
—Es el pueblo donde viven tus hermanos mayores, ¿no?
—¡Exacto!, oye si no tienes por donde empezar porque no vas a Anvard, no es un pueblo muy grande pero los que viven hay son buenos estoy seguro que te ayudarán en lo que sea.
—si creo que si podría empezar por hay
—Pues vamos si es que quieres encontrar un lugar donde pasar la noche
Ambos fuimos caminando entre risas por los extensos caminos del lugar. La mañana fue cayendo haciendo que el cielo azul se fuera poniendo en naranja claro junto con unos toques en blanco. Todo estaba en silenció pero no uno incomodo sino uno relajante, hasta que Italo hablo.
—oye por cierto ¿quieres ver algo genial?
— si, pero no nos va a retrasar
—no tranquila, ven
Italo me tomo la mano para luego jalarme entre unos enormes arboles. Atrás de unos arbusto se encontraban dos hermosos zorros blanco. Era realmente fascinante sus hermosos ojos color miel y su suave pelaje blanco como la nieve, son tan fascinante
-son tan hermosos
-a que si, son uno de los animales mas bellos y astutos del bosque
La noche fue cayendo y el azul oscuro del cielo se fue haciendo cada ves mas notable. Los dos fuimos en busca de un lugar donde podamos descansar. En lo que Italo fue en busca de ramas y hojas secas yo fui tratando de encender una parte de la fogata la cual encendí rato después. Empecé acomodar nuestro equipaje debajo de un árbol para luego poner piedras al rededor de la fogata.
-no pude conseguir muchas ramas y hojas secas por la lluvia de ayer.
-tranquilo, creo que con eso es suficiente
La noche se fue poniendo cada ves mas oscura y fría, yo estaba recostada a un árbol que estaba frente de la fogata mientras miraba a la nada y Italo estaba totalmente dormido. Me estaba aburriendo, el sueño no me entraba y las ansias que tenia de llegar al pueblo no me dejaban dormir, así que agarre mi mochila y saque unos de los libros que me había dado Harius, exactamente tome el libro verde con detalles en oro y ese extraño símbolo en el medio.
Al abrirlo avían barias imágenes de pociones y arbustos al igual que ingredientes para pociones de nivel cinco. La mayoría de pociones las se ser pero aquí al parecer le ponían nuevos ingredientes que al parecer eran para fortalecer la poción para que fuera de un nivel tres a uno cuatro. Yo apenas se hacer un nivel dos y tres de pociones así que este tipo de datos me servirían demasiado por si me encuentre con los orcos, aunque no me e encontrado con ellos desde hace unos cuantos años.
La noche transcurrió en total silencio los búho cantaban y los grillos se escuchaban por todos lados. Rato después guarde el libro en mi mochila y me recosté cerca de la fogata para no pasar frio en la noche. La noche paso con tranquilidad hasta el amanecer. A la mañana siguiente nos levantamos temprano para seguir nuestro camino hacia el pueblo Anvard.
Raro después de tanto caminar nos encontramos con aquel pueblo. No era tan grande pero realmente se veía acogedor. Al llegar a la entrada del pueblo Italo se fue por su camino y yo por el mío.
Caminaba entre los puestos de armamento y vaya que me sorprendió todo lo que tenían y de muy buenos materiales como acero de Damasco, acero inoxidable, acero damasquinado entre otros.
Las cabañas eran realmente hermosas y la gente sin duda era amable y muy comunicativa. Caminaba tranquilamente mientras miraba los alrededores hasta que encuentre una posada. Al entrar todo muy bonito y recogido, me hacer que hacía la duende que atendía el lugar.
Al final me dieron una habitación era pequeña pero perfecta. Deje todas mis cosas en su sitio y me fui a recorrer todo el pueblo. A los alrededores avían muchos niños jugando adultos conversando y familias reunidas.
Me acerqué a uno de los puesto de comida para comprar unas chuletas de cerdo. Mientras almorzaba puede escuchar a varios magos y elfos ablando pero principalmente me llamo más la atención un elfo narrador que le estaba contando una historia a los niños o más bien leyenda.
Me hacer que a ellos escuchando atentamente la interesante historia del narrador.
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Comments
Lilian Benitez
la historia viene interesante, lastima las faltas de ortografía. Una pena que no revisen antes de subirlas.
2023-11-22
2
Ileanam Mayor
me dejaste enganchada en este capítulo pues el misterio y las descripciones del lugar los veo en mi mente como una película 🎞️🎥 de cine que maravilloso,danos el placer del siguiente capítulo por favor
2023-09-11
1