Marcos Turizo.

Hablemos un poco de Marcos Turizo.

Un joven de 27 años, tiene 3 hermanos, procedente del estado de Montana.

Cuando tenía 25 años, después de terminar su carrera de administración en recursos humanos, decide abrirse paso en el mundo empresarial, es un chico bastante guapo, atento, dedicado y sobre todo mujeriego, emigro a la ciudad de Nueva York, en busca de más oportunidades para hacerse independiente.

La ciudad es costosa, por lo que se quedó sin dinero mucho antes de poder conseguir un buen empleo, sin más remedio tuvo que trabajar en una cafetería de medio tiempo, dónde lo que gana es prácticamente para pagar el arriendo.

Un día, estando en su día libre, dedico a conseguir un mejor empleo, imprimió varias síntesis curriculares y salió a caminar por las calles, llego hasta Manhattan, un lugar muy bonito aunque bastante transitado, cualquier persona que haya crecido en un lugar como Montana seguro pensaría que es bastante ruidoso.

Con las esperanzas a mil camina por los lugares, entregando su síntesis curricular.

Aunque hay muchos hoteles por las calles, hay uno que le llama mucho la atención por su nombre, decide entrar y de pronto pueda tener suerte.

—Buenos días, señor, bienvenido al hotel Capriccio, ¿en qué le puedo ayudar?—la recepcionista le sonríe ampliamente, y es que puede sonar raro, pero los empleados que son la cara del hotel deben mantener una sonrisa agradable al cliente—¿tiene una reservación, va a querer una habitación?—le vuelve a sonreír.

Marcos es un hombre muy agradable, cariñoso, (de sangre liviana, como decimos coloquialmente).

—Señorita, es usted muy amable, solo quería saber, sí, de casualidad, aquí en este hermoso hotel estén necesitando un empleado.

Marcos la verdad es que no le importa trabajar así sea de botones, en un lugar tan bonito seguro la paga sería buena.

Y no se equivocó, porque en cierta forma los empleados son bien remunerados y cuentan con muy buenos beneficios.

—Lo siento, señor, pero en este momento estamos solicitando solo un asistente administrativo.

—¿Tiene que ser mujer?

La joven lleva mucho tiempo trabajando para la familia y nunca ha visto un asistente presidencial, algo que olvidó decir.

—Bueno, la verdad eso no lo sé.

—No sé preocupé, solo dígame cuando serán las entrevistas de lo demás, me encargo yo—le guiña un ojo, la joven se ruboriza y le explica que la CEO está realizando las entrevistas personalmente.

Marcos decide quedarse e intentar conseguir el puesto, quién sabe si más adelante podría trabajar en su especialidad.

La joven le indica el piso donde están los postulantes y llega.

Se da cuenta de que tiene bastante competencia, muchas mujeres hermosas, de todos los tamaños y colores, bien vestidas, con elegancia, él estaba con sus mejores trapos, pero aun así decide quedarse.

Llega el turno de su entrevista, Britany y el director de recursos humanos lo miran con extrañeza, ya que es el primer hombre en postularse.

—Buenas tardes, ¿no tienen problemas, es que sea un hombre?—pregunta con un poco de temor.

—La verdad no—dice Britany—cuál es su nombre.

—Marcos Turizo tengo 25 años, soy licenciado en administración de recursos humanos.

((Muy interesante))—pensó la CEO.

El joven expuso sus capacidades y sus argumentos, acotando lo siguiente.

—Si me da la oportunidad le aseguro que no se va a arrepentir, primero porque soy hombre y no tendrá problemas de envidia, chismes ni nada parecido—los presentes se ríen, incluyendo a Britany.

—¿Qué hay si se enamora de su jefe?—pregunta el señor flores jefe de RH.

¡Oh!, ¿es una mujer?, eso sí será un gran problema, ya que me gustan mucho las mujeres—se pasa la mano por la nuca.

—Entonces no estás apto para el puesto.

—Necesito el puesto, le prometo que no miraré a mi jefa con ojos de mujer—hace una promesa. ((Seguro es una vieja bien fea)) piensa.

—Muy bien nosotros le llamaremos si decidimos por usted.

Marcos sale esperanzado de allí, cuando el sol le da en el rostro decide irse a casa.

Al día siguiente, mientras estaba en la cafetería, recibe una llamada que no contesta porque estaba en horas de trabajo.

Al salir a un descanso de 10 min, se percata de la llamada y la devuelve, con temor.

—Buenas tardes, hotel Capriccio—escucha al otro lado de la línea.

—Buenas tardes, disculpe es que tengo una llamada de este número.

—¿Cómo es su nombre?—el departamento de RH llama a diario a muchas personas.

—Marcos Turizo—responde nervioso.

—Señor Turizo, le hablo del departamento de RH del hotel Capriccio, ¿se puede presentar mañana a las siete en punto en el hotel?

—¿Me está hablando en serio?—La emoción no le cabe en el pecho.

Así fue como comenzó Marcos en el hotel, a pesar de que ha tenido la oportunidad de emigrar al departamento de RH, no lo ha hecho, le parece mucho mejor trabajar con Britany.

Quieren saber cómo fue su reacción cuando supo quién iba a hacer su jefa.

La quijada le cayó al piso y aunque estuvo enamorado de ella un par de días, lo superó satisfactoriamente.

Volvamos a lo nuestro.

Morgan se prepara para la inauguración de su nuevo restaurante.

—Señor, la mesa que está al fondo será la mesa que usted tendrá con la señora Conti, ella no podrá hacer cambios porque todas las mesas están ocupadas.

Buen trabajo, Julio esperó que ella no se moleste por lo del restaurante.

—Sabe que sí lo va a hacer, pero eso a usted le encanta.

Morgan le dice a su asistente que ya puede irse a su casa, él se quedara en el hotel terminando algunas cosas que tiene pendiente.

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