Capítulo 4

...FIORELLA FERRAZ...

La fiesta de compromiso es en un salón gigantesco. El lugar es perfecto, lleno de rosas blancas, hay camareros por todas partes. Y para mi desgracia, hay varios guardias armados alrededor. Aquí está lleno de personas de mal carácter. Si la policía llegara aquí, haría una fiesta por arrestar a los jefes de la mafia más peligrosos.

Llegamos en un coche sin los Romanov, ellos vinieron antes para recibir a los invitados. La mayoría me mira, parece que ya saben que soy la novia de Jared. La gente está bien vestida, los hombres en traje y las mujeres en elegantes vestidos.

No sé qué voy a hacer aquí sola, maldición. No conozco a nadie, no tengo amigas, nada para hacer que el tiempo pase volando. Un camarero pasa a mi lado, estiro el brazo y cojo una copa de champán.

- ¿Qué crees que estás haciendo\, Fiorella?

- Ahora soy mayor de edad\, papá. ¿Quieres prohibirme beber también?

- Nunca has bebido\, Fiorella.

- Siempre hay una primera vez. - aparto mis brazos de él y camino entre la gente. Voy sin rumbo\, solo quería alejarme de mi padre.

Miro hacia atrás cuando siento una mano agarrar mi hombro.

- ¿Bailas conmigo?

Jared está guapo vestido con un traje. El pelo peinado hacia un lado, sus ojos medio verdes brillan en la luz del salón.

- ¿Bailar\, ahora? Acabo de llegar. - dudo.

Él me sujeta la cintura y gira mi cuerpo. Abro los ojos de sorpresa al sentir una mano de hombre en mí. No sé cómo reaccionar, mi corazón se acelera.

- ¿Sabes bailar este tipo de música?

- Nunca he bailado\, Jared.

- Lo estás haciendo bien. Abraza mi cuello. - dudo\, pero hago lo que me pide. Sosteniendo la copa\, abrazo el cuello de Jared. Este chico parece cariñoso. - Fiorella... - susurra en mi oído. - Tienes un nombre precioso.

- Hm\, gracias.

- Entiendo que no estés de acuerdo con nuestro matrimonio\, yo tampoco lo estoy.

- ¿En serio? - lo miro\, y... ¡wow! Estamos muy cerca. Los ojos de Jared se encuentran con los míos.

- Eres perfecta\, Fiorella. Un bombón muy sabroso.

- ¿Qué? - me aparto bruscamente. - ¿Sabroso?

- Lo siento. Es la costumbre.

- ¿Llamas a todas sabrosas? - él se rasca la cabeza sin saber qué decir. - Ya entendí\, "mi prometido".

Me alejo de allí y lo dejo atrás. En el escenario, escucho a Loretha anunciar el compromiso de su hijo.

- ¡Buenas noches! Invitados. Agradezco a todos por venir a esta fiesta de gran importancia para nosotros. Nuestro único hijo y heredero\, Jared Romanov\, se comprometerá. - Ella se emociona y todos aplauden. - Me gustaría llamar aquí al señor Adalberto Ferraz\, el padre alemán de nuestra futura nuera.

Ay, menos mal que no me llamaron. Corro de allí, no quiero subir a ese escenario y ser presentada como un trofeo. Entro en un pasillo con varias puertas. La primera que entro es la cocina, está llena de camareros y cocineros. Vuelvo y entro por la siguiente puerta, está muy oscuro aquí dentro. Cierro la puerta detrás de mí y respiro aliviada.

- Genial\, estoy escondida de todos\, aquí no podrán encontrarme. Fiesta aburrida\, gente aburrida donde solo hay personas con un ego enorme. - me desahogo apoyada en la puerta con los ojos cerrados.

Oigo el ruido de un mechero encendiéndose y abro los ojos, asustada. Delante de mí veo una llama encendida, pero se apaga rápidamente.

- ¿Quién eres tú? - la persona no responde. Busco el interruptor y enciendo la luz\, haciéndome cerrar los ojos por un momento debido al brillo. Mi corazón se detiene cuando veo a Argo Romanov sentado en una mesa fumando un puro y mirándome.

- ¿Juzgas que somos aburridos y con un ego enorme? - suena una voz grave en la habitación.

¡Mierda! Escuchó mi desahogo.

- N-no\, no es eso... - mi voz no sale. No sé qué me pasa. Él está ahí mirándome\, y su cara no es la de un perro rabioso\, solo me mira con atención.

- ¿Te ha comido la lengua el gato?

- L-lo siento. - abro la puerta para escapar.

- ¡Espera! - me detengo cuando gruñe y miro hacia atrás.

Argo se levanta de la silla y se arregla la corbata. Su ropa está pegada al cuerpo, resaltando sus brazos y pecho. Es un monstruo de grande y ancho. Intento dar un paso atrás cuando me doy cuenta de que se acerca a mí, pero la pared detrás de mí me impide retroceder.

- ¿Por qué estás huyendo? - él cierra la puerta a mi lado y se planta frente a mí\, manteniendo una distancia considerable entre nosotros.

- Yo... por nada\, señor Argo.

- ¿Tienes miedo de mí?

- M-miedo? ¿Por qué habría de tener miedo?

- Pareces una niña asustada.

- ¿Una niña asustada? No soy una niña\, ya tengo 18 años\, soy una mujer. - él me mira y no muestra ningún enojo\, espero a ver fruncir el ceño como siempre lo hacía. Veo una leve sonrisa en la comisura de sus labios. - ¿Qué es lo gracioso? - pregunto.

- Tú diciendo ser una mujer. - él se acerca un poco más.

Mi corazón se acelera, lo que me asusta aún más es sentir mi vientre arder. Un choque en medio de mis piernas y un escalofrío en la piel. Nunca había sentido esto por nadie. No sabía que un cuerpo podía reaccionar solo al sentir a la otra persona tan cerca. Qué sensación increíble, mi boca se seca al verlo mirar mis labios. Este hombre que más parece un animal rabioso despierta sensaciones en mí, sensaciones que nunca había sentido.

- Yo... soy una mujer\, señor Romanov. - hablo pegándome a la pared y ejerciendo presión hacia atrás. Quiero entrar a través de esa pared y huir de aquí. Siento deseo por él\, pero también siento miedo.

- ¿Sabes cuándo serás una mujer?

- ¿C-cuándo seré una mujer? ¿Cuándo me case con su hijo?

- Cuando seas follada por un hombre de verdad.

Mi ropa interior se humedece. Abro la boca asustada por lo que él dijo. No esperaba que Argo Romanov me dijera eso. Él se aleja, dejando espacio para que pueda respirar. Aunque asustada, lo veo con la guardia baja y me provoca.

- ¿Quién sería ese... hombre de verdad? ¿Su hijo? - trato de hablar sin que mi voz tiemble\, pero es difícil con él tan cerca.

- Jared nunca será un hombre. - dijo con una sonrisa despectiva.

Noté que no se llevaban muy bien. El padre maldiciendo a su propio hijo. Argo me da la espalda, su cuerpo parece una muralla de espaldas. Nuevamente se sienta en la silla y abre las piernas. Me separo de la pared y me acerco a la mesa con mucho recelo.

- Señor Argo\, no tengo nada en contra de ustedes en específico. Simplemente\, no quería que fuera tan pronto\, y con alguien que no me gusta\, ¿entiende?

- Sabes hablar sin tartamudear\, eso es excelente.

Señor, dame paciencia con este hombre. Ignoro su provocación y continúo.

- ¿Me entiende? Por favor\, olvide este matrimonio.

Él cruza las piernas y enciende un puro nuevamente.

- Lo entendí\, ¿quieres que deshaga el acuerdo con tu padre\, cierto? - y da una calada\, soltando el humo en mi dirección. Toso un poco y agito la mano frente a mi rostro. Qué mierda de puro es este. Tiene un olor dulce\, parece a fruta cítrica.

- Si... usted pudiera deshacer este acuerdo\, estaría feliz.

- ¡Ok!

*¿Eh! ¿Dijo "ok"?*

- ¿Qué dijo\, señor?

- Dije\, ok. - afirmó.

Siento mi pecho tan ligero, desde que llegué aquí, esta es la primera sonrisa que puedo dar. Sus ojos castaños se cruzan con los míos mientras sonrío. Después de todo, Argo no parece TAN malo. Saqué conclusiones precipitadas acerca de él.

- Solo no diga nada sobre mí. Mi padre no me perdonará si se entera de que he hablado contigo.

- Para usted es señor.

- ¿Señor? -confusa\, pregunté.

- Quiero que me llames señor Argo.

- Está bien\, señor Argo.

- Así es mejor. -él pone el puro en el cenicero y se levanta. Cuando abre la puerta\, yo voy justo detrás de él.

No puedo creer que estoy libre de este matrimonio. Me siento tan ligera, siento que puedo volar.

Argo sube al escenario, observo a ese gran hombre en medio de los invitados. Comienza a dar las buenas noches y se disculpa por su ausencia, miente diciendo que estaba resolviendo algunos asuntos cuando, en realidad, estaba en la oscuridad de una habitación haciendo sabe Dios qué.

- A petición de Fiorella Ferraz. - señala hacia mí\, haciendo que todos me miren. Ya estaba haciendo todo mal\, le dije a este maldito que no hablara de mí. - La pobre está muy ansiosa por la boda y no aguanta esperar.

- ¡Ah\, no! - gimo y me agarro el pecho al escucharlo hablar.

- Quiero adelantar esta boda para dentro de 1 mes.

"No, no, no, él no hizo esto, no puede ser".

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