Capítulo 8

En la novela la villana no fue a la prueba de magia, pero yo sí voy a ir

Camino hacia el armario, lo abrió, al ver los vestidos coloridos, elegantes y pomposo, involuntariamente su ceja derecha se arqueó.

Sin ponerle tan importancia, comenzó a buscar de un lado a otro dentro del armario.

"TOC-TOC"

Al escuchar que tocaban la puerta, enderezo la espalda, con voz tranquila, dijo - Pase -

Miró que la puerta se había y entraba una sirvienta, en sus manos traía una bandeja de comida, en ningún momento Carolina dejo de verla.

Clarisa: "¿Esta persona no es la espía del protagonista masculino?"

Su rostro se volvió frío, al reconocer a la mujer que tenía delante de ella y miró la bandeja de comida con desconfianza.

Al ver que su señora no se acercaba, fingiendo preocupación, le preguntó - ¿Se encuentra bien, Duquesa? -

- ¿Quién es? - Clarisa fingió no conocerla.

-… -

- No recuerdo conocerte - se hizo la tonta

Clarisa: "¿Quiere fingir?, no eres la única que puede fingir, Mmm."

-... - no pudo decir nada por un momento, luego dijo - s... soy su dama de compañía, Anna - al confirmar que Clarisa de verdad había perdido la memoria, al principio pensó que solo fingía.

Pero al verla, toda sospecha había desaparecido.

Pero lo que no sabía era que en el cuerpo había otra alma cruel, despiadada y fría, más que la anterior señora.

Carolina podía ver en su mirada que ya no sospechaba de ella. Pero ella ya no la quería estar viendo porque era una de los secuaces del cuerduno de su "esposo".

- Puede retirarte - ya no quería estar en el mismo espacio que su enemigo, no podía dejar a una persona tan peligrosa a su lado.

Ella no era la villana original que confiaba en ella y le contaba todo sus pensamientos, y planes.

Pará que luego Anna fuera con el protagonista masculino y le contará todo.

Esa era una de la razones de porque los planes de la villana flacasaban.

No podía confiera en una persona así, no sabes en qué momento te vayan a entregar a tu enemigo en una bandeja.

Pero tampoco la puedes despedir, poque si lo hace, van a sospechar que anda algo mal con ella, le van a hacer preguntas y no quiere eso.

Y relacionado con el protagonista masculino y femenino no le importa con la vida y la muerte de esos dos.

Anna había escuchado la conversación del primer ministro y el doctor Castro en el pasillo, no se quería ir antes de averiguar lo que había escuchado fuera verdad y ya sabía como hacelo.

- ¿Señora, se vengara de la señorita Elisabeth por lo que le hizo? - pregunto con el rostro serio, pero sus manos donde no se podía ver les temblaban.

Sabía que al sólo escuchar el nombre Elisabeth, su señora se enojaba y comenzaba a malnecer vulgarmente.

Clarisa: "¡Crees que voy a caer?, ¡qué ingenua!."

Fingió pensar antes de contestar - No se quien es esa tal Elisabeth, ¿la debería de conocer? -

Carolina se rio en su corazón al ver la explencio en blanco de Anna.

Anna quedo paralizada al escucharla, sin poder creerlo, le preguntó - ¿De verdad no recuerda quien es la señorita Elisabeth, Duquesa? -.

- No, no la recuerdo - cerro la puerta del armario y camino hacia la mesa redonda que tenía sobre ella la cena - si era eso es todo, puedes irte - dijo Clarisa sin mirar a Anna.

Sin otra opción, Anna se inclino y salió de la habitación, una vez fuera, miro la puerta cerrada.

Anna: "¡tengo que decirle al Duque!."

Se alejo con pasos rápidos, sin saber que desde adentro de la habitación Carolina miraba fríamente por el lugar donde había salido.

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