"Cielo azul."

Eran alrededor de las 4 de la madrugada y él estaba de vuelta a su apartamento. Entra al lugar y en la oscuridad camina a su habitación donde se acuesta y trata de descansar. El trabajo que tenía le permitía tener un ingreso bastante alto, ya que al ser riesgoso y difícil de mantener por la ilegalidad el salario era alto.

Pero él pudo adaptarse al trabajo, requiriendo fuerza y resistencia física. El cargamento de mercancía a los muelles portuarios y almacenamiento en Bodegas necesitaba de hombres lo suficiente capaces para el traslado, al realizarse vía marítima, las embarcaciones llegaban en las madrugadas.

Llevaba buen tiempo trabajando allí, y al conseguirlo omitió el hecho de ser un Omega, pasándose por un Beta. Siendo un beneficio, ya que al ser alto y tener la fuerza, lo trataban como a un igual. Aun así, no importaba que tan fuerte fuera, su cuerpo nunca podría compararse al lado de un Alfa o Beta, por lo que daba lo mejor de sí mismo.

Su segundo trabajo, era de conductor y ayudante de construcción. Fue el primer trabajo que consiguió sin experiencia a sus 26 años, y aunque no le generará tanto ingreso como los cargamentos de mercancía le permitía la accesibilidad de mantenerse al tanto de los bienes raíces y la construcción en zonas de adineradas.

Su cuerpo descansa al mantenerse en una sola posición pero su mente se mantiene activa, produciendo pesadillas que le hacían despertarse agitado y con paranoia. Por lo cual el tomar su medicamento lo ayudaba a tranquilizarse, pero le privaba del sueño.

Cuando la alarma de las 6 de la mañana suena, el Omega despierto y sentado en la cama, apaga esta. Se adentra a ducharse y a prepararse para un día de trabajo. Pone las noticias y sale del baño húmedo con la toalla alrededor de su cintura.

Rasca su nuca, donde estaba formado el vínculo y cierra sus ojos. Sentía al Alfa, era un sentimiento que le producía desagrado. El saber que su Omega se veía aferrado aun por su 'Pareja destinada' le hacía pensar que toda la mierda de destinación entre Alfas y Omegas solo era un enterramiento o quizás, su destino era ser abusado por su Alfa. ¡Ja! Que se pudra su subgénero. Él era más que un simple Omega, su vida no iba a limitarse por aquello.

Saliendo de su apartamento, cierra la puerta con seguro. Ve el cielo azulado y oscuro, quien era el primero en recibirlo todas las mañanas. Trata de sonreír pero fracasa. Camina por el pasillo hasta llegar a las escaleras y bajar hasta la primera planta, donde una anciana ya estaba despierta tan temprano y barría el césped.

"Buenos días, Señora Mary." Saluda Misael a la anciana quien lo saluda con una sonrisa.

"Buenos días, Querido. Que tengas un buen día." Saluda de vuelta la anciana que vivía sola en el apartamento del primer piso y siendo ella la dueña del condominio.

"Igualmente, Señora." Pasa por el camino que va a las fuerzas del edificio y con su bolso de trabajo caminaría por donde lo llevaría a la estación de metro.

"Buenos días, Misael." La voz masculina a sus espaldas tensa al mencionado, quien aferrándose a su bolso y la navaja que llevaba en su bolsillo gira apenas su cabeza para ver quien lo había nombrado. "Se dice así, ¿Verdad? No soy bueno con la pronunciación, apenas estoy aprendiendo el idioma." William, el hombre que se había mudado ayer lo saluda como si fueran conocidos, lo que causa que el Omega sin una pizca de delicadeza responda.

"Si, así se pronuncia." Regresa su cabeza y se aleja, dejando a un confundido hombre, quien llegaba de trotar por el vecindario.

Su vecino no le había dado una buena impresión y no sabía si debía reportarlo a la policía por la posesión de armas. Pero algo le decía que si lo hacía, iba a morir, por lo cual quería llevarse bien con aquel hombre para así evitar problemas, siendo él apenas un llegado.

.........

"Buenos días, Misael." Su compañero de trabajo llamado Christopher, alegre como normalmente era lo saluda.

"Buenos días, Christopher. ¿Ya has adentrado los materiales a la camioneta?" El Omega camina al garaje de aquella compañía donde estaba los instrumentos de construcción y vehículo de transporte. Deja su bolso en el casillero y saca su uniforme.

"Falta la madera." Responde el Beta a su compañero quien se pone el uniformado sobre la ropa. Baja el portón donde estaban los materiales para la construcción de una piscina, siendo cuatro maestros de construcción y dos ayudantes. "El jefe solicitó que pasaron a buscarlos a las 8 de la mañana." Informa.

"Bien, sube a la camioneta, pasaremos primero a desayunar." Sabía muy bien el Omega que su compañero de trabajo tenía 32 años y que este era su principal fuente de ingresos para el sustento de su esposa e hijos a quien alimentar.

"¡Eres el mejor!" Christopher se sube al vehículo en el asiento del acompañante él se sube al asiento del conductor tras equiparse. Era un establecimiento de negocios que tenía varios trabajadores y eran contratados por los bienes raíces para la construcción de casas, edificios o demás. Y esa vez, iría a una vivienda que pronto sería comprada por lo cual tenían trabajo que hacer.

Y, cosa del destino. El vecindario donde irían vivía su agresor, en el centro de la ciudad en las zonas residenciales, lugar donde solo gente adinerada podía costearse una vivienda allí.

Y joder, su plan estaba yendo lento pero seguro.

...…...

Eran las 12 del medio día, los trabajadores tomaban un descanso de una hora, para retomar y finalizar antes de las 2 de la tarde. El Omega comía un empaquetado barato y una botella de agua. Observaba la vivienda del frente, una mansión de tres pisos y un gran espacio de zona verde.

"Mi esposa dice los que compran una casa así de grande solo buscan llenar un vacío en sí mismos." El comentario de Christopher lo hace bufar.

"Solo es gente que tiene dinero y compran una casa así porque quieren, Christopher." Responde con simpleza, masticando su emparedado.

"Le diré a Martha." Acusa el Beta.

"Calla, idiota." Empuja al Beta, soltando una risa seca.

Aquel Beta y su esposa se habían vuelto buenos amigos de Misael, siendo gracias a la recomendación de Christopher que entró a ese trabajo y conociendo a Martha tiempo después cuando quedó embarazada de su primer hijo.

"¡Y le diré que no te invite al Baby shower!" Continúa el Beta tras ser empujado.

"¡Eres molesto, hombre!" Lo empuja más duro, recibiendo risas de Christopher.

"¡Hey, ustedes dos!" El dúo se detiene ante la voz de su jefe quien venía a hacer supervisiones algunas veces a las obras. "Vengan aquí, muchachos. El dueño de la casa quiere conocer a los maestros de construcción y sus ayudantes."

Ambos se miran entre sí y se enderezan, limpiando el polvo pero no la suciedad de sus uniformes. Siguen a su jefe del jardín al centro de este, donde la piscina estaba casi terminada. Los maestros de construcción hablaban con el duelo del lugar.

Inmediatamente, Misael se tensa, reconociendo el rostro y porte del hombre que parecía ser el dueño. Su Omega se encoge y el sudor de sus manos se hace evidente, pero él ignora aquellos sentimientos primitivos y con la cabeza en alto llega donde su jefe los señala.

"Señor Jack, ellos son los dos ayudantes. Christopher Sadler y Misael Joss." El jefe señala a los dos trabajadores, recibiendo la mirada del dueño. Un hombre mulato de cabellera rizada.

Inmediatamente, el hombre mira a ambos trabajadores, pero se detiene en Misael.

"¿Cómo se llama ese?" Señala al Omega que sin ninguna expresión en su rostro se mantiene erguido.

"Misael Joss, un excelente trabajador. Ha estado trabajando con nosotros hace tres años." El jefe da la breve descripción de su trabajador.

El rizado asiente con la cabeza, era extraño. Recordaba ver esa cara en alguien más, alguien del pasado de juventud. Pero no podría ser él, según el registro estaba muerto, confirmándolo con Víctor quien aseguró haberlo golpeado hasta la muerte.

Pero entonces por qué aquel trabajador se parecía a Luke Hamilton... El parecido era tremendo. Hace una seña para que desaparezca de su vista, tendría que hablar con Victor para confirmar la muerte de Luke.

"Pueden seguir en su descanso." Menciona el jefe a sus trabajadores quienes obedecen.

Uno de ellos con una maldita sonrisa cínica en su rostro al dar con el paradero de uno de sus agresores.

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