cap 4

— Aún te acuerdas de cómo era tu hermano.

Dijo Erika con una sonrisa, si ambos se llevan bien todo seria mejor.

Gia asintió.

— claro que me acuerdo tía, no puedo negar que su belleza sigue igual, pero el hermano era más frío y jamás sonreía, me gustaba intentar hacerlo reír, además siempre me lanzaba una mirada de desprecio cuando los tíos no estaban.

Erika miro a su hijo con incredulidad, pero este simplemente miro gia.

— tiempo sin verte legeia.

Ella sonríe.

— tiempo sin verte Salvatore.

El miro el rostro de la mujer era sorprendente como alguien puede cambiar.

Mientras los dos se miraban Amelia llego.

— presidente, me permite.

El miro a Amelia su plan era que ella se hiciera pasar por su prometida.

— si me disculpan.

El se alejo, Rodrigo se acerco y dijo.

— gia dime quien es mas guapo tu hermano Leonard o yo, tu hermano Rodrigo.

Ella lo miro y luego a Leonard y negó.

— ninguno de los dos, narcisista.

Ella camino hacia otro lado, Rodrigo la siguió.

— oye gia definitivamente yo soy mas guapo, me escuchas respóndeme.

Leonard miro a su secretaria.

— que sucede.

— presidente lamento llamarlo pero recuerda el negocio de Inglaterra que queríamos, resulta que la esposa del duque del lugar esta aquí, pensé en decirle a la señora pero después de todo entre esposas se entiende mejor, usted entiende.

Amelia sonríe, solo tenia que hacer que el dijera que fingiera ser su novia después ella lograría enamorarlo y ya esta, seria la señora Salvatore.

Leonard miro a la mujer podía ver las expectativas en sus ojos, el iba a hablar cuando una persona brillo en su mente.

— lo entiendo espera un minuto.

El se alejo, Amelia quedo con cara de desconcierto.

— olvídalo ya volverá, solo es un minuto.

Leonard saco su teléfono, y marco a una parte de la agencia de su familia, la de inteligencia para ser exacto.

— presidente dígame que necesita.

— quiero saber la razón por que la señorita Martinelli esta aquí, lo quiero en cinco minutos.

— entendido presidente.

Rápidamente le dieron la información.

— por razones de protección nadie quiere casarse con ella en su país, bueno hablo de las familias grandes en el circulo, cada vez que se compromete los secretos sucios del novio o la familia salen a la luz, y ella tiene una escusa para negarse a casarse, la señora Martinelli enojada la envió a buscar una pareja a ciudad central.

– ya veo.

El colgó, Amelia se iba a acercar cuando lo ve alejarse en dirección contraria.

— presidente usted.

El no le presto atención en cambio se acerco a la mujer que charlaba agusto con otras damas y dijo

— gia, acompáñame un momento.

Todos se sorprendieron del apodo que le tenia a la señorita Martinelli.

Ella asintió

— por qué no.

Ambos subieron al segundo piso y entraron a una habitación.

— hermano Leonard dime, que se te ofrece.

Sonríe mientras observo la oficina, había varios sofás y un escritorio, una pequeña mesa en medio del sofá, varias estanterías detrás del escritorio y un enorme ventanal.

— gia, recuerdas por qué tú madre te envío aquí

El cuerpo de gia se tenso y miro a Leonard aún con una sonrisa

— hermano de que hablas.

— no tienes que fingir conmigo legeia

El se acerco y acomodo un mechón de su cabello detrás de su oreja.

— las familias ricas del país Z, te suena

Ella continuo sonriendo.

— ningún hijo se quiere comprometer contigo, la tía está muy preocupada por eso.

La sonrisa abandono el rostro de gia y su voz se volvió mas seria.

— y eso que tiene que ver contigo Salvatore.

Leonard se sorprendió por su cambio pero no por mucho en cambio dijo, poniéndose derecho frente a ella.

— la tía te envío a buscar un prometido estoy en lo cierto.

Ella frunció el ceño, desde donde estaba podía oler la fragancia del hombre, pero su mente estaba en un lío.

"no pienso buscar con quién casarme, simplemente vine a pasear, pensaba regresar en dos meses y decir que no encontré nada".

Pensó legeia, Ella aparto su mano con brusquedad, que se había acercado a su rostro.

— eso no debe de importarte

Su voz se volvió fría y aguda, le molesta que las personas se metieran dónde no las llaman.

El levanto sus manos en señal de rendición.

— no te enojes gia, no lo hago por molestarte, quiero proponerte un acuerdo, algo bueno nos beneficiara a los dos.

Ella levanto la cabeza, de hecho el era muy alto, 1.90, simplemente un gigante, y ella media 1.60, la diferencia de altura era enorme.

— hermano siéntate un momento, eres demasiado alto.

El acaricio su cabeza, recordó que la niña gordita también le decía lo mismo.

El se sentó A media sobre el escritorio, ella se acercó.

— por acuerdo a que te refieres exactamente, dime todo en detalle.

— sabes que mi madre me tiene buscando pareja también.

Ella asintió y se ríe.

— ahora Entiendo el ambiente tenso, de las mujeres, todas estaban esperando una mirada tuya Jajaja, no entiendo que tienen en sus cabezas mi madre y la tía, por qué están importante un matrimonio.

El asintió y hablo mas seriamente.

— escucha, el acuerdo es simple, hagámonos pasar por pareja.

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