Capitulo 4

1 mes después

Tal como lo dijo Sofía, no fue a la cena y se excusó diciendo que su amiga la necesitaba, no estaba para nada interesada en conocer a ese hombre, Anderson reía de sus mentiras, pero tampoco la delataría.

Aron, le costó un mes de mucho trabajo junto a su amigo, pero ya estaba establecido en su oficina, su empresa no era tan grande como la de su abuelo, pero sí la única en esa rama.

_¿Qué tal fue la celebración de bienvenida? No me contaste.

Él sonrió, al darse cuenta de que la futura esposa de su hermano, era muy difícil de tratar, su abuelo no la dominaba, tanto que no le había interesado conocerlo.

_Muy buena, aún no conozco a mi cuñada, parece muy mal educada y caprichosa, un mes y no he visto su rostro._

Luis se echó a reír, ya tenía una idea de cómo era, sin conocerla.

_Ja, ja,ja, mejor Vamos por un café._

Asintió y salieron, luis era una poco más bajo, corte bajo, ojos claros y barba.

Los dos hombres robaban miradas en cada paso que daban, las miradas en el café estaban puestas en ellos, mientras ellos solo hablaban de todo lo tenían planeado para su empresa, para su vida.

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_Vamos ya, necesito un postre, el azúcar me baja con tanto número._

Aitana levantaba una ceja, esa chica tenía unas cosas, sabía cómo chantajear a cualquiera, pero era única para todos, a veces justificaban sus caprichos, perdió a sus padres muy joven y solo su abuelo lucho con ella.

_Yo las sigo después, necesito hacer algo._

Aitana sintió que su corazón se arrugaba, ya sabía qué hacía, volteo los ojos y camino rápido, no quería saber quién se robaba sus besos y caricias.

_Usa protección, no quiero criar niños ajenos._

Anderson se burló y se fue, ambas chicas caminaban y entraron al café, estaba a una cuadra de la universidad, Sofía tenía su vista en el celular, hasta que una voz, única, potente, llamo su atención, detallo al dueño de esa y salieron unas palabras de su boca que solo Aitana escucho y aun así tapo su boca y volteo a todos lados, asegurándose que nadie escuchará esa locura.

_Me enamoré, ese será mi hombre._

Aitana buscaba con la mirada y abrió los ojos, era un hombre mayor, no viejo, pero sí era mayor para ella, una chica de solo 18.

_¿Estás loca?_

_Sí, quiero saber su nombre._

_Aron, este café está bueno, seremos fieles clientes._

Su amigo le llamo por su nombre, haciendo que Sofía sonriera, la voz de la cajera las interrumpió, tomaron su postre y se acercaron a una mesa donde ella podía verlo y él no a ella, ese sería su lugar favorito, se convertiría en su acosadora, solo para verlo, ya tenía en mente convertirlo en su SUGAR DADDY.

_Vamos sofi._

_Un momento más..._

¿Sofía puso un puchero al ver que ambos se levantaron y salieron, detallo todo su cuerpo, no pudo evitar sonrojarse al imaginarse que había bajo toda esa ropa, su cuerpo se erizó, podía ser tan grande para ella?

_Ya vamos, mañana y todos los días vendré a verlo, seguro viene seguido._

_¿Qué? ¿Estás loca?, Si Anderson te descubre se molestará._

_Nena, sabes que él hace lo que le da la gana, deja de preocuparte tanto por nosotros, jamás nos enamoraremos, no nos odiamos, nos amamos como hermanos, estás más cerca tú de enamorarte de ese idiota._

Aitana sintió que había sido descubierta, así que no dijo nada, solo la siguió pensando que la volverían loca, ninguno ponía de su parte, sentía celos y preocupación, su mejor amiga y su amor imposible, dos locos.

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_Esos muchachos no colaboran, si siguen así, no tendremos opción._

_Déjalos estos meses tranquilos, son unos inmaduros aún._

Ambos abuelos ya querían descansar y sus nietos se encargaban de darles dolor de cabeza.

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Respiro profundo, al ver la camioneta en el estacionamiento de la casa, Aitana ya sabía que su padre había llegado, pensaba en que tenía su madrastra en mente para qué la castigarán.

Extrañaba a su madre, deseaba cumplir su mayoría de edad e irse de la casa, aunque perdiera todo, extrañaba a su padre amoroso.

Metida en sus pensamientos, entró a la sala, donde estaba su padre en el sofá, con las piernas cruzadas y su madrastra haciéndole un masaje.

_Tana, llegaste, te llamé varias veces, para decirte que tu padre había llegado._

_Estaba terminando unas maquetas._

_¿Cómo van tus estudios?_

_Bien papá, ¿cómo estás?_

_¿Segura? ¿Aitana? Lola me mostró tus notas y no son las mejores._

Aitana la quedo viendo, ¿de dónde saco esas notas? Si ella era una de las mejores junto a Sofía y Anderson, sentía tanta rabia, su padre estaba ciego, no le respondió, agachó su cabeza y apretó sus ojos, ya no quería llorar.

_Déjala mi amor, puede mejorar, apenas empieza la universidad._

Su padre se levantó y se acercó, quitó las llaves de su auto de sus manos.

_Desde hoy te llevará el chófer, no tienes permitido salir a ningún otro lado, solo a la unidad._

Aitana asintió y corrió a su habitación, su cama fue la única que escucho sus lágrimas, quería llamar a su amiga, pero no lo hizo, la conocía y seguro iría a insultarlos.

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_¿Qué quieres? Estoy muy feliz para que me arruines mi tarde._

_Llego el padre de Aitana._

Sofía se levantó como un resorte, si era así, algo tenía, esa mujer siempre se salía con la suya, para molestarla.

_Tengo que ir por ella._

_Espera, vamos mañana, sabremos si la hicieron llorar._

Sofía asintió a regañadientes, pero su noche no fue nada buena, la paso pensando en su SUGAR DADDY y su amiga, su cabeza ya no daba más, amaneció con lentes de sol.

_¿Por qué esas gafas, mi niña.?_

_No dormí nada abuelo, llegó el demonio y seguro hizo llorar a mi amiga._.

Su abuelo suspiró, algo tenía planeado esa niña, solo esperaba no meterlo en eso, aprovechaba si poder para pleitos.

_No pongas esa carita abuelo, me portaré muy bien._

Beso, su cabeza y salió, ya Anderson la esperaba afuera, con unas gafas también, ya quería ver a esa niña tímida.

_Buenassss, hola Nanita, donde está Aitana?_

Sofía entró al comedor sin importar que estuviera ese demonio.

_Están en su casa._

_Ya quisiera yo, tener la casa que tiene mi amiga._

Sofía le restregó que la casa era de Aitana, era parte de su herencia, como todo lo demas, y esa mujer quería adueñarse de ella.

_¿Cómo está señor.?_

_Muy bien, señorita López._

_Ya vamos Aitana, Anderson me dejó sola, tú me llevas._

_Ya le digo al chófer..._

_¿Qué chófer? Noo, en tu auto nena, necesitamos llegar rápido, más las mejores de la clase jamás llegan tarde._

Aitana no sabía qué hacer, que decir, Sofía se dio cuenta y antes que hablara, el padre de Aitana le dio las llaves.

_Nos vamos ya, feliz día señor._

Sofía ignoró a la mujer, que apretaba las manos y la mandíbula, siempre se metía en los problemas de Aitana, la niña timida y tonta se estaba desapareciendo y todo era culpa de sus amigos.

Una vez que en el auto se detuvo en la universidad y ambas bajaron, Sofía quitó las gafas de su amiga, tenía sus ojos hinchados.

_Dame una razón para no matarlos._

_¿Aitana...?_

Anderson llegó y la abrazo, Besaba su cabeza, al darse cuenta de lo mal que se podía interpretar, le desordenó el cabello, disimulando un poco.

_Deja de llorar, te verás más fea._

_Idiota._

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