Capitulo 2

Cinco meses antes

Argentina

Un empresario exitoso, enamorado, dispuesto a compartir su vida entera con la mujer que para sus ojos es la más bella de todas.

A sus 39 años, ha alcanzado una fortuna sin ayuda de nadie, cuando solo era un joven de 25 años, decidió darse la aventura de viajar a otro país, para aliviar un profundo dolor, un país que amaba de niño, su acento le encantaba y todo él, Argentina, al poco tiempo conoció a un amigo, de su mismo país, Venezuela, juntos empezaron en el mundo empresarial, alcanzando el éxito siendo una empresa textil muy famosa, cinco años después conoce una cubana, despampanante, modelo en su empresa, se enamoró profundamente, amor a primera vista, dos años estuvo tras ella, hasta lograr tenerla como novia, amante y hasta vivir juntos, por seis años, ahora estaba por tomar la decisión más importante de su vida, no necesitaba pensarlo.

¿📲 Donde estás amor?

📲 En el apartamento, extrañándote, Cuando regresas?_

📱_ En dos días, lo prometo._

El hombre colgó con una sonrisa, quería darle una sorpresa, sin saber que la sorpresa se la llevaría él.

_Llévame al apartamento._

_Si señor._

El carro condujo hasta el gran edificio, bajo con una sonrisa, sus manos estaban ocupadas, una llevaba un ramo de rosas y la otra el gran anillo de diamantes, subió al ascensor y su sonrisa seguía, sus nervios iguales.

Abrió y frunció el ceño, una música muy alta sonaba, la habitación estaba entreabierta, camino a pasos lentos, no sabía por qué sentía nervios, como si presintiera que algo no andaba bien, la música se detuvo y cuando pensó abrir, escucho una voz muy conocida.

_Tienes que hacer que te pida matrimonio, asegurar un buen futuro._

_No es tan fácil, pensará que estoy desesperada._

Los puños de quién escuchaba, estaban apretados, estaba a punto de abrir y desenmascararlos, pero lo pensó primero, ¿por qué no jugar de la misma manera?

Salió con el ramo de rosas y se la dio a la recepcionista, pidiéndole que no dijera nada de su visita, se fue a un hotel a descansar y pensar un poco, la noche la paso pensando y tratando de asimilar que la mujer de la cual está enamorado, lo estaba usando, solo lo tenía como un generador de dinero.

La mañana llegó y él apareció en la empresa, su gran amigo lo recibió con un abrazo.

_No esperaba verte aquí._

_¿Dónde está mi asistente?_

_No ha llegado, supongo que no sabía que llegabas hoy._

_Claro que no lo sabía y agradezco no avisarle._

Su amigo frunció el ceño.

_¿Por qué lo dices?_

¿Después de contarle todo, su amigo quería matarlo, tenían todo muy guardado, como no se dieron cuenta antes?

_¿Qué piensas hacer?_

_Jugar con ellos, hacer como si no pasara nada, hasta que nos vayamos, sobre la propuesta que me hiciste, creo que es hora de volver._

Su amigo estaba feliz, tenía ganas de volver a su país, por supuesto que sin dejar atrás su empresa en Argentina.

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Venezuela

_¿Qué? ¿Como que esposos? ¿Acaso mi abuelo se volvió loco?_

_Tu abuelo nada más, no, el mío también._

Ambos chicos estaban molestos por la locura de esos viejos, solo eran unos chicos de 18 años, ni siquiera sabían lo que querían en un futuro y ellos los tenían comprometidos, a un matrimonio que no tendría futuro.

Anderson, de ojos negros, piel bronceada, cabello desordenado y un cuerpo de Dios griego, que lo disfruta al ser un Playboy de primera, Sofía era más niña de cara, piel canela, ojos marrones, cabello castaño largo con ondas y un cuerpo que aparentaba más edad, su personalidad no era lo que su cara aparentaba, caprichosa y obsesiva, cuando se lo proponía, dos personas muy diferentes, quienes sentía un gran amor de hermanos, la sola idea de ser esposos, les daba náuseas.

_Que pasa chicos?._

Aitana franco, una rubia cabello lacio, ojos claros, una modelo, reservada, mejor amiga de Sofía, se criaron en el mismo jardín y Sofía la defendía siempre que la molestaban.

_¿Mi abuelo y padrino, nos quieren casar cuando cumplamos los 20, puedes creerlo.?_

Eso fue un balde de agua fría para Aitana, su mirada se posó en Anderson, quien le guiñó el ojo, le gustaba molestarla o eso pensaba él.

_¿No son muy jóvenes?_

_Éxato, además, estar con Anderson, es como estar con un hermano._

_No tienes hermano._

_Ya lo sé, tonto, solo digo que debe ser así, qué asco._

Una sonrisa de medio lado salió de los labios de Aitana, su corazón sentía una gran punzada, se sentía mal al sentir eso, jamás imaginaba traicionar a Sofía y sentía que lo estaba haciendo al estar enamorada de su prometido.

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_Amigo mío, que bueno verte._

_Sí, nos vimos ayer._

Ambos se carcajearon, Felipe López, un viejo de 70 años, abuelo de Sofía y Arturo mallorquín de 70 años, abuelo de Anderson, dos hombres que querían cuidar de su gran imperio y que mejor que casar a ambos chicos, no lo querían hacer obligados, ellos pensaban en que podía haber una química más adelante.

_¿Hablaste con mi ahijada?_

_Aún no, espero que pida algo grande de regalo._

_¿Piensas chantajearme, abuelo?_

_Qué astutos son estos viejos, creo que sería mi oportunidad para que mi abuelo me dé el auto que tanto quiero._

_ No seas, idiota, no pienso casarme contigo _

Ambos viejos veían a los chicos y no podían ver un matrimonio entre ellos, aunque no se darían por vencidos.

_Les tengo una propuesta._

Ambos tomaron asiento, sin una pisca de ánimo y ganas, cualquiera fuera la idea de esos viejos, no les gustaría.

Una vez sentados, esperando que ambos viejos hablarán, para que ver qué tenían en mente.

_Les daremos cinco meses para que compartan más, cuando ese tiempo pase, hablaremos del matrimonio otra vez._

_Esa no es una propuesta, es otro chantaje._

_Yo jamás voy a ver a esta caprichosa como mujer, no soportaría tener a una mujer obsesiva a mi lado, me gustan más las sumisas, las consentidas._

¿Salió con una sonrisa al terminar de hablar, los viejos no dijeron nada, que podían hacer? Solo eran dos jóvenes de 18, aún les faltaba disfrutar de la vida, de la juventud.

_¿Qué pasó nena?_

_Cinco meses, tengo para encontrar el amor de mi vida._

_¿Sigues con la idea esa?_

_Por supuesto._

Aitana volteó los ojos, tenía que aguantarse a su loca y obsesiva amiga, cuando se metía algo en la cabeza, no había nada ni nadie que le hiciera cambiar de opinión.

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_¿Todo listo?_

_Sí, en un mes estamos inaugurando una sucursal internacional en nuestro país._

_Genial, le daré la noticia a mi abuelo._

_Lo matarás de alegría._

Él sonrió, tenía años que no lo veía, lo extrañaba, siempre se aseguraba de que estuviera bien, sería una gran sorpresa, estaba dispuesto a vivir una vida tranquila, sin preocupaciones y dejando a un lado el amor.

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