En el día de Año Nuevo, los días nublados estaban despejados.
El cielo está despejado, está cálido y la nieve se ha derretido.
Incluso hubo calor anormal.
Hoy voy al palacio a saludar a varios hermanos mayores y sirvientas del palacio, y al final tengo que cenar en el palacio, comúnmente conocido como la fiesta del palacio.
Después de entrar al palacio, Dana fue al Palacio de la Emperatriz Viuda.
Cuando entró Dana, todas la vieron por primera vez, excepto para sorprenderse.
"¡Oh! ¿Esta es la Princesa de la Guerra? ¿Por qué no la hemos visto por un tiempo y ha ganado tanto peso? “
La concubina con un vestido de palacio rojo rosa se cubrió los labios con un labio, bromeando de risa.
La boca de Dana estaba ligeramente dibujada, ¿esto también se llama grasa? Hermana, ¿es saludable y regordete?
La Emperatriz es la madre del rey de la guerra. En este momento, naturalmente, no podía dejar que la acosaran. Ella se rió entre dientes y dijo: "¿Dónde está gorda? Como las raíces de loto, los músculos como la belleza ".
Volviendo a Dana otra vez, sosteniendo su mano cariñosamente, "Solía pensar que eras demasiado delgada, ahora está bien. Pero no aprendas de esos pequeños miembros de la familia, muriendo de hambre como una persona de papel".
La reina madre casi no controló su mano.
Pero no pudo evitar pellizcarle la cara.
Cada vez que Dana intentaba sacar su mano, la reina la miraba con expresión perpleja.
Se puede describir como gentil y perfecto.
Obviamente la conoció por primera vez y no fue fácil alejarla.
La reina es igual, la reina madre es aún más amorosa con ella, mirándola a los ojos con satisfacción.
Dana sonrió y no habló.
Después del banquete, Dana y el rey de la guerra salieron juntos.
El rey de la guerra entró en el carruaje con ella y el carruaje se balanceó lentamente hacia el palacio.
EL Rey de la Guerra bebió mucho vino, Dana arrugó la nariz incómoda y silenciosamente se alejó.
El rey de la guerra apoyó la barbilla, un par de ojos de fénix estrechos y la miró borracho.
"Princesa, ven aquí".
El rey de la guerra le dio unas palmaditas en su muslo y le indicó que se sentara.
La cara de Dana se congeló ¿El rey perro borracho esta loco?
Ella lo ignoró, pensando en su corazón, todos estos meses han pasado, que no hay noticias sobre la flor de Sangre de Dragón, al parecer no hay tal cosa en el mundo.
Dana estaba pensando seriamente en eso cuando, el Rey de la Guerra la atrapó directamente y acercó sus labios hacia su cuello, mezclado con un olor agrio, se precipitó hacia su estómago, con náuseas.
"¡Bofetada!", Dana lo lanzó hacia atrás con una bofetada.
El rey de la guerra la miró por primera vez por un momento, dijo con un tono frío: "¡Dana, eres tan valiente!"
Dana no lo miro, resopló fríamente, sacó el papel y se limpió donde le habían tocado la cara, el cuello y finalmente arrojó el papel a sus pies.
Dana le grito con enojó: "¿No dice el rey que la única mujer en sus ojos es Roy y que vivirán juntos por una vida? ¿No que jamás tocara otras mujeres? ¿Solo han pasado unos meses y lo has olvidado?"
El Rey de las Guerras se retorció un par de veces mientras escuchaba a Dana, pensando en Roy, volviendo la cabeza ligeramente.
Sin embargo, la mayoría de la gente no puede soportar los meses de soledad. Antes de que pudiera contestar se escucharon pasos apresurados de caballos, eran los guardias del palacio real e informaron al rey de la guerra: "Príncipe, la concubina ha comenzado en labor de parto, debes volver al palacio".
El rey de la guerra cambió de color cuando salió del auto y corrió a la casa después de agarrar un caballo.
Dana frunció el ceño disgustada por el alcohol restante en el carruaje.
Más tarde Dana se lavó y se durmió. Después de pasar muchos días aquí, también estaba acostumbrada a acostarse temprano y levantarse temprano.
Inmediatamente al lado de la almohada, su respiración se calmó.
En cierto momento, Dana abrió los ojos audazmente por instinto de peligro, en ese momento, una luz brillante penetró en sus ojos.
Un hombre enmascarado de negro estaba de pie junto a la cama, apunto de atacarla con un cuchillo.
Dana cogió la almohada y golpeó la cara del hombre de negro. Al mismo tiempo, saltó de la cama, sacó la ropa de la pantalla y la puso sobre el cuerpo, empujó la pantalla hacia el hombre negro.
Una serie de movimientos de una vez.
Dana se movió, rápidamente sacó el delicado y pequeño arco y disparó la flecha.
La cuerda del arco emitió un chirrido, al momento siguiente, ya estaba insertada en el cuello del hombre de negro.
El hombre de negro se cubrió el cuello, retrocedió involuntariamente y se retorció varias veces.
Dana ni siquiera miró al hombre de negro.
Al salir del patio, Dana se desmayó por un golpe de repente, había otro hombre de negro acechando en la obscuridad.
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