|[1]|: Hombre sexy

CAPÍTULO 1

Me levanto por los rayos

del sol entrando por la ventana, y, además, de la estúpida alarma que me

despierta para ir a la Universidad.

Me doy una pequeña ducha,

me visto, y luego, bajó a la cocina encontrándome con mi papá haciendo el

desayuno.

–Buenos días, papa - saludo

una vez estando en la cocina

–Buenos días, hija - me

saluda con una sonrisa

–¿Qué haces, papá? -

– Tu desayuno favorito

–Gracias, papito - corro a

abrazarlo

–Por ti lo que sea, mi amor

- le sonrió

–Te amo, papá.

–Y yo a ti mi vida - me sonríe

y luego pone su cara de preocupación -, tengo algo que decirte, hija.

–¿qué pasa, papá?

–Me transfirieron a Griñón,

esta vez no puede hacer nada, hija. - me sorprende mucho, aunque siempre supe

que este momento llegaría.

–Está bien, papá, yo estaré

bien. - le sonrío para que no se preocupe.

La verdad es que desde el

día que mamá murió, papá nunca quiso dejarme sola, por eso, durante estos

últimos años ha hecho lo posible para que no lo transfieran a otra ciudad, pero

al parecer, esta vez no pudo hacer nada.

–Y, ¿cuándo te vas?

–Mañana, hija

–Bueno, entonces mañana

vamos a salir a pasear, antes de que debas irte

–Está bien, hija, va a

hacer como los viejos tiempos, mi amor

Después de desayunar, me

dirigí a la universidad, y, en este momento, estoy esperando a mi mejor amiga,

Samay. Después de un rato veo como llega en su auto como siempre. Sale del auto

y se acerca a mí con una sonrisa.

–¿Como es la mejor amiga

del mundo mundial?

-Bien y no sé qué quieras,

pero, hay que entrar rápido, antes de que empieces las clases

–Está bien, está bien,

Kath, pero te tengo que decir algo - le doy una mirada reprobatoria -, pero,

será después de las benditas clases.

–Entremos

-

Acabadas las clases fuimos

a una cafetería que estaba cerca de la universidad.

–¿Qué me ibas a decir,

Samay?

–Bueno, te acuerdas que

hace una semana, te conté, que conocí a un chico

–Aja

–Ese chico, ayer me invitó

a ir esta noche a un club, y me dijo, que podía llevar a una amiga, ya que, él

iba a llevar a un amigo también

–Y decidiste que yo te

podía acompañar

–Si - sonríe -,

¿podrías?

–No sé, déjame

pensarlo

–Por favor, por favor,

Katherine, no seas mala- dijo agarrándome de los hombros y sacudiéndome

–Está bien, está bien, iré

contigo.

–! YEI! - grita dando

saltitos, yo solo comienzo a reírme

–Pareces niña, May - niego

mientras rio de lo que May hace

-

Llegando a casa, junto con

Samay, porque si, decidió venir y cambiarse aquí, a mi casa. Papá está en la

sala viendo televisión.

–Hola, papá

–Hola, señor Simón - dice

mientras nos acercamos

–Hola a las dos

–Papa, esta noche, voy a

salir con May a pasar el rato, y también van unos chicos

–¿Me estas pidiendo

permiso, con 23 años?, sabes que no debes hacerlo hija,

–Lo se papa, pero es la

costumbre.

– Ten cuidado con aquellos

–Está bien, papa - digo

riendo

–Nos retiramos, señor -

decimos también riendo Samay y yo

Después de hacer las tareas

de hoy, nos comenzamos a arreglar para ir al bar, la verdad necesito ir, para

poder quitarme el estrés de toda la universidad. Por suerte este es el último

semestre, y ya tengo trabajo para pasado mañana, es en una editorial muy

famosa, eso es algo muy bueno, aun no le cuento a papá ni a Samay, ya que,

quiero que sea una sorpresa.

– ¿Cómo me queda esto,

Kath? - me dice Samay probándose un vestido de mi closet

–Te ves hermosa, May,

siempre lo haces

– Gracias, pero ahora, es

tu turno de probarte un vestido y ya tengo el indicado

-

Luego de tanto luchar para

no ponerme el vestido que Samay quería, accedió a que me pusiera algo a mi

gusto, y me puse una blusa con una falda que se ajustaba a mi cuerpo, mis

curvas se marcaban, además, aquella falda era corta y eso dejaban mis piernas más

descubiertas, no me desagrada la idea de estar vestida así, me gustaba.

Cuando entramos al club,

May me dijo que su novio y el otro chico estaban en la parte V.I.P del club.

Cuando llegamos Samay me señala hacia una mesa y cuando miro hacia aquel lugar,

veo a un hombre muy hermoso, demasiado para pertenecer a este planeta, es muy

guapo y se nota de lejos que tiene un cuerpo que va al gym todas las mañanas.

Sigo observando, hasta que

él hace lo mismo y nuestras miradas se conectan, eso hace que me ponga roja,

miró hacia otro lado avergonzada, al parecer él lo nota y me da una sonrisa

ladeada.

– Kathe, ¿qué ves? - no

sabía que mi amiga me llamaba hasta que me dio un leve empujón y así puede

salir de los encantos de aquel hombre -, te estoy llamando y no me contestabas,

¿qué pasa?

– Nada, solo me distraje un

momento.

– Ok, bueno vamos, que mi

hombre espera - reí con aquello y la seguí

Una vez que llegamos a la

mesa Samay se lanzó a los brazos de su hombre, como le llama ella. Yo por otra

parte tuve que sentarme al lado de aquel hombre que por unos momentos me

hechizó con sus encantos. Cuando lo vi de cerca pude ver sus ojos grises, su

cabello negro, sus brazos y cuerpo, estaba tomando una copa de vino. se veía

muy sexy y eso hizo que mis hormonas se alborotaran.

– Amor, ella es Katherine,

mi mejor amiga - dijo mi amiga cuando por fin se separó de su novio -,

Katherine él es Alexander, mi hombre - todos reímos incluso aquel hombre, y su

risa es demasiado sexy,

– Hola, mucho gusto

– Mucho gusto, el hombre de

ahí - señalo a aquel hombre que destilaba sensualidad -, es lastimosamente mi

mejor amigo, Areu - me limité a sonreír por cómo llamó a aquel el hombre, que

al parecer se llamaba Areu

– Imbécil - le dijo a su

amigo- Hola - esta vez se dirigió a mí, tenía   una voz ronca

– Hola, soy Katherine

– Y yo, Areu - dijo con una

sonrisa.

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