El prometido

Todo el reino se preparaba para la llegada de las diferentes monarquías de todos los reinos aliados. Poco a poco, con el transcurso del día, muchos llegaron con increíbles presentes. Algo extraño era visitar al emperador Daniel, ya que él jamás había permitido el ingreso a su reino desde la muerte de la emperatriz. Aunque se especulaban muchas cosas, anuncios o celebraciones, nada era seguro. Solo queda esperar al gran evento.

- Padre, ¿qué es lo que planeas?

- Ya lo verás, hoy será una gran noche.

- Papá, no esperes que coopere con algo que no es de mi interés.

- Solo asiste a la fiesta, cariño - él sonríe y se va dejando a su hija sola en la habitación.

Una empleada la ayuda a arreglarse para la fiesta, pero Esmeralda no tenía ganas de asistir. Aunque era una oportunidad única de conocer a los líderes de otros reinos, podría conocer lo que le esperaba luego como emperatriz.

- Se ve hermosa, señorita - sonríe.

- ¿Tú crees? Puede que sea demasiado llamativo.

- Sí, un poco, pero así no habrá joven que se le resista...

- Mmm, ¿para qué? Solo se acercarán a mí por el título de Emperador. Solo les interesa eso, poder... Y como yo soy mujer, necesito algún idiota al cual manipular fácilmente para que yo pueda gobernar y no él.

- Señorita, no diga cosas así. ¿Qué pasaría si la escucha su padre? - se persigna.

- Sabes que soñar es algo que puedo hacer sin restricciones.

- Señorita, quizás algún día el amor llegue a usted.

- No, eso jamás. Los hombres solo buscan placer, dominación, ejercer poder, hijos y fama. Yo, por otro lado, creo que el amor es innecesario y los hombres un estorbo. ¿Qué pasa si solo quiero vivir mi vida sin la preocupación de que necesite a algún hombre para hacer algo, o para salir o simplemente para gobernar un reino, mi reino, mi hogar? Me niego a entregarle el poder de mi hogar a un forastero...

- Ya está lista, señorita. Su peinado y maquillaje quedaron hermosos con su vestido - la mira y sonríe.

El salón ya estaba lleno de invitados. Muchos compartían y charlaban alegres. La aristocracia completa estaba ahí, e incluso los reyes de Turman...

Emperador Daniel: Queridos invitados, gracias por aceptar visitar mi hermoso reino. Sé que muchos han hecho un largo viaje y otros deben estar agotados por el extenso recorrido, pero les doy las gracias por tomar parte de su tiempo para venir. Hace mucho tiempo que tengo muchas ideas en mente para mi imperio. Sé que muchos conocen que no tengo un heredero varón, que solo tengo a mi bella y hermosa hija. Todos la buscan con la mirada en el salón, pero nadie da con ella. Y ahora quisiera que la conocieran. Esmeralda, por favor, acércate, cariño... Todos observaron a la joven que bajaba con gracia las escaleras. Su extremada belleza no dejaba a más de uno sin palabras.

Emperador Daniel: Ante ustedes, Esmeralda, mi hija, la luz de mis días y la joven más hermosa del reino.

León se quedó pasmado con lo que veía. Jamás había imaginado que esa joven tan hermosa y bella podría cautivarlo de esa manera. A su alrededor, muchos elogiaban al emperador por su reino y su hija, pero León solo tenía concentración para Esmeralda, hasta que dos jóvenes se acercaron...

Príncipe: Permítame presentarme, soy el príncipe Mastus de Plagna. Es un verdadero honor estar hoy aquí ante usted. Le agradezco el habernos recibido tan cálidamente...

Emperador Daniel: ¿En qué te puedo ayudar?

Príncipe: Me gustaría pedir la mano de su hija en matrimonio.

Emperador Daniel: ¿Crees ser merecedor de mi hija?

Príncipe 2: Su alteza, con el debido respeto que se merece, permítame sumarme a la petición y pedirle que me conceda a mí el honor de despistar a la princesa...

Emperador Daniel: Esmeralda, cariño, dime qué opinas. ¿Deseas despistar a alguno de estos príncipes?

Esmeralda: Querido padre, ¿por qué torturas sus corazones con una mujer ya comprometida? - Su padre la observa y levanta una ceja. Ella se acerca y le susurra- Tú planeaste esto desde un principio. No dejaré que te salgas con la tuya. - Él sonríe-

Emperador Daniel: Oh, lo olvidaba. Cariño, preséntanos a tu prometido... - Le sonríe divertido-

Esmeralda: No creo que sea necesario... - Mira a su padre suplicante-

Emperador Daniel: Claro que sí. Todos ellos merecen saber quién es el hombre que cautivó el corazón de mi hija... - La observa- Te esperamos, cariño...

Esmeralda: Mi prometido es... - Busca por todo el salón alguien que siguiera su coartada hasta que lo toma del brazo y lo acerca al frente- Les presento a mi prometido...

Todos se sorprenden al verlos juntos y el emperador sonríe.

Emperador Daniel: Jajajaja, esto es increíble. Mi hija se casará con el mismo joven que yo quería para ella. Debe ser el destino. Aquí, aclamado por las naciones, victorioso en todas sus batallas, ante ustedes, el Dios de las batallas, el príncipe León de Turman, el futuro emperador de Crecía y el compañero de vida de mi hija... - Esmeralda no podía creer lo que escuchaba y, sin dejar de sonreír, se dirige a León en un tono apenas audible-

Así que el dios de las batallas...

¿Qué te puedo decir? Ellos me aman.

Porque no me lo dijiste, habría escogido a un sirviente...

¿Tú crees que me quiero casar contigo?

Dudo que tengas mejores opciones.

Todo esto es tu culpa. Ahora, ¿cómo saldremos de esto?

No lo sé, aún lo analizo.

Analiza rápido...

Rey Leopoldo: Esto es una enorme felicidad para nuestras naciones, vernos unidos no solo por la amistad, sino también por matrimonio.

Emperador Daniel: Esto es fantástico, habrá que fijar la fecha de la boda. León y Esmeralda se observan asustados. Ojalá lo antes posible.

Rey Leopoldo: Eso sería espléndido. ¿Qué tal que sea a comienzos de la primavera?

Mira, mocosa revoltosa, en lo que nos has metido.

Lo siento, arreglaré esto.

Y como... -finge una sonrisa- la primavera comienza en dos semanas...

¿Qué? -se asusta- ¡Yo!

Dime ahora que no consideraste ese insignificante detalle.

No, yo solo pensé en no salir con esos dos idiotas...

Ajajajaka -León explota en risa y todos lo observan- Lo siento, mi prometida es algo traviesa. Jajaja.

Veo que te adaptas rápido a esto -se enoja-.

Bueno, creo que el título de Emperador no me irá tan mal...

Tú canalla.

-Cuidadito en cómo te diriges a tu prometido, cariño. Eso no es prudente en una princesa... jajajajaja.

Te odio.

Ajajjaa.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play