capitulo XI

Hemos llegado. Estoy tan cerca de mis padres que es una oportunidad única de escapar de sus garras. Veo por la ventanilla y no reconozco el lugar. Este no es Nueva York. ¿Dónde me ha traído Tetsu? Estoy sorprendida de este lugar. Técnicamente estamos en Nueva York o a las salidas de él. No te preocupes, aquí serás más libre. Podrás salir a explorar el castillo. Te va a gustar mucho. Lo mandé hacer especialmente para ti, para que te sientas libre. Ríe en forma de burla Baja a tu hogar dulce hogar. Verás que aquí serás muy feliz, o quizás no.

Yamato lleva a Ayame a su habitación y ya sabes cuál es.

Yamato: Como ordené, señor. Acompañe a la señorita, la llevaré a su habitación.

Melany: Ayúdame, por favor. Estoy secuestrada. Este tipo está loco. Mis padres deben estar preocupados. Por favor, ayúdame. Yo no he hecho nada para que me trate así. Por favor.

Yamato: Lo siento, señorita. Yo solo obedezco a mi jefe. Lamento lo que le está sucediendo, pero no puedo hacer nada más. Así que no insista con lo mismo. Esta es su habitación, puede irse acomodando.

Esta habitación es grande y muy lujosa, pero ¿qué pasa aquí? Esta es ropa de él. ¿Qué hace esto aquí? Se supone que es mi habitación. ¿No pensará dormir conmigo o sí? Está loco.

Yamato: Señor, ¿por qué ordenó que se llevara las cosas de Ayame a su habitación? ¿Acaso usted...?

Basta, Yamato. No dejaré que me cuestiones. Estás aquí para obedecer, no para decirme qué debo o no debo hacer. ¿Entendiste? Ahora, retírate. ¿Qué se creen ahora cuestionando mis decisiones? Pero si tienen razón, hay un fin por el cual llevé sus cosas a mi habitación. Esta noche, Ayame será mía, quiera o no.

Melany: Me estoy duchando, pero escucho que alguien entra. Estoy un poco asustada y le meto seguro al baño. No quiero salir. Siento que algo no está bien...

De repente, escucho que alguien toca la puerta desesperadamente.

Ayame, abre la puerta y sal de inmediato, o te saco yo mismo.

Salgo lentamente del baño, envuelta en la toalla. Me acerco hasta donde se encuentra sentado en la cama.

Tetsu, toma, ponte esto "se la habienta" y no demores o te voy a sacar de ahí.

- ¿Qué es esto? - pregunté algo incrédula.

- Tu regalo - dijo Tetsu.

Me dirigí al baño para ponerme lo. Es una pijama muy sexy y con muchos hoyitos que no deja nada a la imaginación. Ni pienses que me lo pondré, está loco.

- Sal, quiero ver cómo te quedó, muévete.

Melany estaba bastante apenada y se quitó la bata poco a poco. Vi su cara de deseo y la verdad no lo negaré, me siento caliente cuando noto esos ojos posarse sobre mi cuerpo. Ver cómo me desea y quiere lanzarse a mí como un lobo feroz.

- Tetsu, date la vuelta, quiero verte completa - ella se giró lentamente. Es muy ardiente, tiene un cuerpo espectacular y de imaginarla desnuda en mi cama me vuelve loco. Ven, acércate un poco más, no te haré nada malo, ven.

Me acerco tímidamente, sé que me quiere comer, lo veo en sus ojos y siento cómo su respiración se agita cada vez que me acerco más y más. Estoy parada junto a él, quiero que me toque, me agarre con esas manos grandes y fuertes que tiene. ¿Está mal desear a mi secuestrador?

- Tetsu, hoy serás mía, pequeña florecita - le toco el pecho. Para mi sorpresa, no me quita la mano. Los masajeo lentamente, están muy calientes. Sus pezones lo dicen todo, parados y listos para mí.

Mi lengua toca poco a poco cada uno de ellos, bajo lentamente por su cuerpo hasta llegar a su intimidad. Está muy mojada, quiero saborear sus jugos. Paso mi lengua entre sus piernas y ella se tuerce de placer. Están ricos, me vuelve loco.

La levanto y la poso sobre mis caderas para darme paso a todo su ser. La meto lentamente, ella aún es pura, debo tratarla con mucho cuidado. Es tan estrecha que me cuesta trabajo abrirme paso, pero la sensación de tenerla es más grande cuando logro entrar en pieza con movimientos lentos. Luego intensifico el movimiento, más y más duro. Ella lo disfruta al máximo, es como tocar el cielo.

Esta florecita está tan deliciosa que no me cansaré de comerme la.

Melany... ¿Qué me pasa? Este hombre me vuelve loca. Cuando su boca tocó mis pechos, un enorme deseo se apoderó de mí y quería más, sentir más. Poco a poco siento sus manos recorrerme, cuando llega justo a ese punto y pasa su lengua, siento una enorme electricidad recorrerme.

Sentí chispas brotar de mí. No paré de gemir. Ese hombre me vuelve a dicta a él. Cuando terminamos, quedé tan exhausta que me dormí en su pecho, y escuchar su palpitar fue música de cuna y me quedé dormida.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***