Capítulo 4

Siento que tocan a mi puerta, ese ruido me despierta, he dormido tanto que me siento débil, mientras trato de volver en si, Alejandra dice —Pao te traje pollito como te gusta, sal y comemos juntas… no les puedo negar que llevo más de 70 horas sin comer bien, tengo hambre así que salgo como puedo de la habitación y le digo — gracias por estar conmigo ahora… ella sonríe y me da un abrazo; mientras comemos Aleja dice —oye Pao un hombre guapísimo realmente hermoso con un porte de modelo y una actitud de misterio, mejor dicho que hombre, te dejo este paquete, después de esa descripción no aguanto mis ganas de reír y le digo — viste todo eso en él Jajaja… ella me mira y afirma todo lo que acaba de decir. Abro el sobre de manila que Enrique ha dejado y empiezo a leer los documentos, es el contrato de matrimonio, no pensé que fuera enserio, estoy muy sorprendida. Mientras leo Aleja me ve con intriga y dice — que estás leyendo con tanta concentración?… la miro con nervios y le respondo — nada importante solo es una propuesta… ella se queda con duda, pero no me vuelve a preguntar; dejo los documento a un lado y termino de comer. Después de unas cuantas horas largas hablando con Alejandra, ella dice —Pao debo irme porque Raúl me invito al cine… le doy un fuerte abrazo y le respondo — no sabes lo bien que me hizo tú compañía todo este tiempo, te quiero mucho y muchas gracias… después de que ella se va, alisto todo para ir mañana a trabajar, estoy tan agotada que no demoro en quedarme dormida.

A la mañana siguiente lo único que me motiva para levantarme es ir a trabajar, así que me ducho y alisto para recibir turno, mientras voy camino al hospital, recibo un mensaje de Enrique, que dice “hola Paola, buenos días, después de tu turno pasaré por ti, te invito a cenar, necesito que dejemos todo lo del contrato listo”, su mensaje me deja sorprendida, ha sido muy insistente en que se haga todo muy rápido, se que no me puedo negar, porque él ha hecho mucho por mi y también por orgullo, debo demostrarle a Gabriel que no importa mi físico, que aún así puedo tener un buen hombre a mi lado. Se que uno pasando por estos momentos no se pueden tomar decisiones de esa magnitud, pero enserio que a parte del dolor por el engaño y la pérdida de mi amor; tengo mi orgullo herido y Enrique me ofrece un poquito de satisfacción. Así que, le respondo al mensaje “hola, Perfecto te estaré esperando”.

Cuando llegó al hospital, todo sigue un ambiente normal, pues nadie sabe de lo que me ha ocurrido y creo que mi jefe ha sido prudente frente al tema, así qué pasó por su oficina, para presentarme y excusarme en persona por haberle dejado el turno tirado. Mientras hablo con mi jefe me entra una llamada de un número oculto, pienso que es Enrique, que me está llamado, así que termino la conversación con mi jefe y saliendo de la oficina contesto, para mi gran sorpresa es Camila, inmediatamente le cuelgo, no quiero escuchar nada de su boca traidora, ha sido una de las tradiciones más horribles que alguien a quien consideraba amigo me ha hecho. Cuando entro al consultorio veo un ramo hermoso de rosas, me sorprendo y tomo la tarjeta, cuando leo el mensaje me doy cuenta que es de Gabriel, inmediatamente llamo a la jefe del servicio y le digo — jefe, por favor podrías regalarle una flor a cada uno de nuestro pacientes… ella me mira con admiración y dice — doctora realmente quiere desahacer ese ramo tan hermoso… sin siquiera pensarlo por un minuto le digo — si jefecita… ella afirma y se lleva el ramo de rosas.

Ya son las 6 de la tarde ya cabo de terminar mi turno, mientras me estoy alistando me entra un mensaje de Enrique que dice – “estoy afuera, mi auto es azul, es un jeep rubicon”… cuando salimos con el equipo del servicio ellos empiezan a admirar el carro de Enrique, inmediatamente me hago la disimulada y espero que todos se dispersen para entrar dentro del auto. Una vez me subo, él dice — buenas noches Paola… no lo había detallado muy bien y enserio que Alejandra cuando lo describió se quedo corta, es un hombre de otro mundo, tiene un rostro Perfecto y su cuerpo esculpido por Dios, es realmente hermoso, siento que él se queda mirándome, esperando una respuesta, me sonrojo por al forma en que me mira y le digo — buenas noches Enrique, ¿a donde vamos?… voltea hacia el frente, enciende el auto y dice — es un restaurante muy cómodo para hablar sobre los que nos compete… ante su comentario afirmó con la cabeza y me abrocho el cinturón.

Cuando llegamos al restaurante, la anfitriona saluda de manera muy amable y seductora a Enrique, luego mirándome de arriba hacia abajo con prepotencia dice — siga Señor a su mesa… nos guía hacia un jardín hermoso, la decoración, la música y el ambiente es tan lindo que se siente muy cómodo estar aquí, Èl cómo todo un caballero me retira la silla para que me pueda sentar.

Él empieza la conversación diciendo — bueno Paola, leíste el contrato?… saco de mi bolso los documentos y le digo —si, todo me quedo muy claro en las cláusulas, aunque lo del dinero no es necesario… él me mira con seriedad y dice — de todas maneras es un contrato por lo tanto es una transacción contractual… hago un gesto de indiferencia, luego digo — si le soy sincera me parece una locura todo esto y por eso no los he firmado… mientras Enrique iba a hablar, escucho la voz de Gabriel decir — pero miren a quien me vengo a encontrar… cuando subo la mirada él está a mi lado, me pongo muy nerviosa y Enrique se da cuenta, inmediatamente él dice — señor Vallejo, gusto en volver a saludarlo… su mira es fría e intimidante, Gabriel lo mira con desconcierto y dice — puedo hablar contigo Paola?… después de todo lo que he vivido por su culpa lo que menos quiero es hablar con él, así que le respondo — no es prudente Gabriel, estoy con mi prometido y sería muy grosero dejarlo aquí solo… su mirada es de desprecio y sin tener el mínimo de respeto dice — aún no entiendo cómo te soporte por 5 años, eres una gorda fastidiosa… ante sus palabras Enrique se molestó tanto que se iba a parar, menos mal me di cuenta a tiempo y tomé su mano, hice un gesto de suplica y luego él dijo — señor Vallejo lo mejor será que se retire, sino quiere que su compañía pierda a uno de sus mejores proveedores… cuando Enrique dijo eso, Gabriel se quedo mirándolo aungutiado y dice — disculpe, pero mi mejor proveedor son las industrias Mercury, no creo que usted tenga inferencia en esta multinacional… Enrique lo mira con altivez y le responde — mucho gusto mi nombre es Enrique Mercury… Gabriel no supo dónde quedó.

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