Capítulo 5

Gabriel avergonzado dice — mil disculpas señor por mi atrevimiento y grosería… Enrique lo mira con indiferencia y dice — pídale una disculpa a mi prometida y luego lárgate de mi mesa… Gabriel muerto de la rabia dice — perdón Paola por mi atrevimiento… hago una sonrisa fingida y después él se retira.

Cuando nos quedamos solos, le digo a Enrique — muchas gracias por defenderme… él me mira con seriedad y dice — firma, así me agradecerás… sin más dudas ni cuestionamientos, tomo un bolígrafo y firmé. Aún no puedo darles una explicación más sencilla del porqué firme, porque ni yo se cual fue el motivó.

Logro ver una satisfacción en la mirada de Enrique, parece que esto le agrada mucho y realmente no entiendo; entonces le pregunto — Enrique, quisiera preguntarle algo sin ánimo de ofender pero, esque realmente me tiene muy intrigada… él levanta la mirada y dice — por supuesto… suspiro y le digo — ¿ por qué hacer un contrato matrimonial con una desconocida?, usted podría tener a la mujer que desee por voluntad y sin necesidad de tanta cosa… en ese momento llega el mesero por la orden, realmente yo no he visto el menú, así que escucho ordenar a Enrique y sin saber de qué trataba dije — lo mismo por favor… Enrique sonríe de medio lado, después cierra el menú y se lo entrega al mesero.

Luego de eso, junta sus manos y dice — las mujeres que me rodean solo desean mi dinero y las que no; entonces desean tener sociedades para mejorar sus intereses, por donde quiera que veo las mujeres que me rodean solo están interesadas en lo que les puedo brindar monetariamente, por eso decidí, hacer las cosas más fáciles, conseguir una extraña sin que conociera mis extractos bancarios o supiera mis ganancias anuales, con el objetivo de proponerle este negocio, y pues apareciste tu, perfecta para el cargo y a diferencia de el resto de mujeres a ti no te motiva el dinero sino la venganza… sus palabras me dejan en silencio, no puedo creer que un hombre como él, no pueda hablar sobre el amor, todo lo que lo rodea es una transacción; luego le respondo —sabe que pienso, que no ha conocido a esa mujer que le haga sentir más allá de una atracción fisiológica, que le abra su corazón permitiéndole mostrar un mundo donde los sentimientos si existen, donde el amor existe, y en cuanto a que quiero venganza, tal vez pero más que eso es por orgullo, porque Gabriel me ha vuelto mierda la vida, y pues debo confesar que no lo he dejado de amar, un amor tan bonito como el que vivimos por tanto tiempo es difícil borrar y olvidar; no se si esto que acabo de aceptar me ayude en algo o tal vez no, pero por lo menos haré que esas palabras de humillación se desvanezcan y le quede claro que yo no valía por estar con él sino que yo tengo un valor por simplemente ser yo; bueno primero debo encontrarlo porque esto que viví me hizo perderlo… él me mira admirado, como si nunca en su vida hubiese sentido algo parecido al amor, lo entiendo porque antes de conocer a Gabriel vivía en ese mismo estado de planicie, pocos minutos después llega el pedido, es un restaurante de alta categoría, por lo que no estoy acostumbrado a estos platos, debo ser educada y comerme todo, a parte que medio vi los precios y un solo plato vale la módica suma de una quincena de mi salario, así que me debo comer todo.

Este hombre misterioso que Dios tenía destinado para que se cruzara en mi camino con algún fin que aún no logro descifrar, me ha hecho pensar en que la vida te demuestra de mil formas que nada de lo que te rodea puede ser un para siempre, que el único para siempre de tu vida eres tú mismo, sin embargo, como seres humanos siempre estamos en la constante búsquedas de ese por siempre, y no digo que esté mal al contrario creo que cuando pase la tusa que traigo hoy, muy seguramente empezaré nuevamente en buscar mi para siempre, y aquellos que consideran que no lo buscan siempre terminan encontrando el suyo sin saber que inconscientemente si lo buscaron.

No puedo mentirles que durante la cena una que otra vez miraba hacia la mesa de Gabriel, es muy difícil para mi tener que verlo y no poder besarlo y decirle que lo volvamos a intentar. Sé que es estupido de mi parte, pero mi corazón es él que todavía late por él. Se que llegará el momento en que esto solo sea un recuerdo.

Después de unas horas de ultimar detalles del contrato y hablar sobre mis funciones como prometida y futura esposa, terminamos la cena de trabajo y Enrique me lleva a casa, al despedirnos él me dice una frase que me deja pensando todo el resto de noche y fue “Paola nada en esta vida es casualidad, todo es causal”, desde que nos despedimos, no he dejado de pensar en esa frase.

Entro a casa y el portero me recibe con un paquete, se me hace extraño porque no estaba esperando nada, lo subo al apartamento y cuando lo abro, veo que es el anuario de mi promoción del colegio, es increíble que lo tenga en mis manos; cuando lo abro hay una nota que dice “ espero que logres recordarme amor mío”, es muy extraño todo esto, porque en el colegio nunca tuve pretendientes y menos novios, como para darle una explicación a esto.

No se que pensar, me pongo a mirar el anuario y empiezo a buscar a la persona que me pudo enviar esto; hasta que veo a Luis Enrique Arévalo, él era el niño más guapo y popular del colegio, que raro y también se llama Enrique, diría que son el mismo con Enrique, por su mirada y su porte, pero el apellido no coincide y no creo que sean la misma persona.

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