Cerrando el trato

Estaba cada vez más metida en esta situación que nunca pedí y que por lo visto me estaba absorbiendo sin control. Todo se trataba de lo que quería o lo que necesitaba Tom, nada de mí, y aún así parece que el secreto deseo de que pasara algo que me sacara de lo corriente, de la monotonía en que se había convertido mi vida estos últimos años, desapareciera, me estaba empujando cada vez más a meterme en este lío.

No quería aceptar que internamente esto me sacudía, sentía que estaba en riesgo y aún así segura. Sentía el miedo ante lo nuevo y la anticipación ¡que diablos! Hacía tiempo quería conocer alguno de los países asiáticos, hace más de 15 años que aprendí su idioma y hasta el momento para lo único que lo usaba era para leer libros y ver dramas, estaba pensando en aprender algún otro de los idiomas de ese eje también, para lo mismo, leer historias, ver dramas, investigar y seguir postergando el ir cuando pudiera, pero no pensaba decírselo al principito con el que estaba volando en este momento.

—No te conozco lo suficiente aún, pero por lo que he visto de ti, estoy seguro que no estarías aquí si realmente mi propuesta no te interesara aunque fuera un poco.

Me senté en el comedor y apoyé mi rostro en mis brazos para luego mirarlo de lado. Parece que este hombre está muy bien versado en la negociación.

—Hablas mi idioma con mucha fluidez, has aprendido sobre el folclore, las leyendas, y tienes una somera idea de la forma de vivir. Para una investigadora como tú, la oportunidad de sumergirte en lo que quieres conocer, además de una familia con fuertes tradiciones como la mía debe de por sí ser una idea tentadora.

Le mira fijo a la cara, cuando entra en su papel de negociador gana seriedad y mucho atractivo, puede que también sea mi propia debilidad por los hombres inteligentes la que hace que lo vea de esa forma. Él continuó con sus palabras sin prestar mucha atención a mi mirada.

— Además , por lo que me has contado y lo que hablamos, quieres hacer un posgrado fuera de tu país para asegurarte un mejor ingreso, casarte conmigo te da acceso a las más importantes universidades, que obviamente pagaré yo, lo que significa que además puedes mantener tus ahorros y como mi esposa tendrás estatus legal por lo que si quieres trabajar lo podrás hacer o si quieres vivir con el estipendio que te asigne al mes pues  estoy más que seguro que podrás ahorrar lo suficiente para cuando esa bonita cara pierda frescura y tus ganas de comerte el mundo ya no sean compatibles con tu energía física.

—Qué forma tan poética de decir: "Para cuando estés vieja, fea y enferma" — dije con una risita irónica en el rostro — ¿Me estás diciendo que si lo quiero, vas a pagarme la universidad y un sueldo por ser tu esposa?

— Mi familia es muy tradicional, en mi país se estila que las mujeres dejen el trabajo cuanto se casan, así que se dedican a administrarlo todo en la casa de su esposo, sería imposible sin una asignación para gastos y gustos en familias como la mía que tienen con que, pero debido a que eso ha hecho que las mujeres sean reacias a casarse porque  truncan su carrera o porque es difícil que una hombre promedio pague todos los gastos en un país con tanto desarrollo, el gobierno quiere cambiar la mentalidad haciendo que demos ejemplo con nuestras  esposas "trabajadoras" por lo que mis mayores inventaron cargos de muy baja responsabilidad , alto sueldo y nombre para mi hermana y mi tía y mi cuñada…

—Para ahí, entonces ¿mientras estudio puedo tener un trabajo de medio tiempo en una empresa que por lo que dices es muy reconocida, con un título que ponga a babear al reclutador que lo lea? Pero será muy aburrido si no uso mi cabeza para nada.

Tom sonrió, supo que ya me tenía interesada, y puso en la mesa una tarjeta con fondo rojo y una sola letra en blanco al frente, esa letra era el símbolo de una empresa muy conocida a nivel internacional, trague saliva, tome la tarjeta y mire al respaldo que solo tenía un código QR.

—Estoy seguro que en cualquier parte del mundo una referencia nuestra y decir que trabajaste en la casa matriz será muy favorable para ti, con tu formación y experiencia puedes trabajar conmigo y usar ese cerebro que tienes.

—De veras, ¿Quién eres, no vas a resultar siendo el SEO - Heredero - Macho alfa - Súper Frio que idealizan las mujeres que no han aprendido a ser queridas?

Tom cambió su expresión de hombre serio negociante a una más divertida y se sentó a mi lado en el mullido comedor.

—Soy tu hada madrina, pero no tienes tanta suerte, ya te dije que el SEO es mi hermano y tengo toda la intención de que siga siendo así, es otro de los motivos para casarme contigo.

Me enderece en la silla, ya había tomado mi decisión, aunque viniera luchando con ella, como él lo dijo, tengo algo de idea sobre su sociedad y sería una irresponsable si solo me hubiera basado en las novelas, es como creer que Egipto es un solo desierto o que Suramérica es un solo país que al tomarle una foto de inmediato toma tonalidades amarillentas. Se que no todo será color de rosa, que la presión es grande y solo esperaba no arrepentirme, de todas maneras, esta no es la vez que más riesgos he tomado, su firma es muy conocida y además de una que otra noticia económica sobre ellos no hay escándalos, parecen ser personas que se mueven en los marcos de la ley, esos escándalos jugosos de los adinerados son capaces de cruzar océanos y el que no hubiera escuchado de él, con todo y lo que parece que contradice a su familia,  es una buena señal, espero...

—Si vamos a hacer esto — Dije volteando mi cara hacia él para mirarlo directo a los ojos — quiero que seas honesto y respondas mis preguntas con sinceridad.

Él sonrió, pude ver en sus ojos que estaba seguro de cerrar el trato, no había más caras de póquer, no hacían falta en este momento, pero giró su silla y la mía para que estuviéramos de frente y no más lado a lado (no sabía que se pudiera hacer eso, pero tiene mucho sentido, después de todo esto es un avión).

—Seré tan sincero como pueda.

No supe qué pensar de esa respuesta pero empecé.

— ¿porque ahora? ¿Quiero decir cuántos años tienes 31- 32?

— 33

—Ok 33, es decir ¿porque no a los 29 porque no a los 30, porque en este momento?

— es común que los hombres de mi país se casen al rededor de mi edad, pude evitar el tema de la boda hasta este año, ahora me han obligado a ir a citas a ciegas, logré hacerle el quite viajando por negocios y este viaje por salud mental  pero parece que ya decidieron encontrar a alguien por mi, así que necesito cubrir el puesto de esposa con alguien que me agrade y yo escoja que una decidida por mis padres, soy filial pero no estoy dispuesto a casarme así, además lo vi pasar con mi hermano, no ha sido bonito y no quiero eso para mi.

—Ósea que es cierto lo de la cuñada sufrida…

—En parte, la historia de Perseo y Quim es algo complicada de explicar, sobretodo en un país donde las enfermedades mentales son un tabú…

—Ok no preguntaré más sobre eso. ¿Porqué conmigo y no con una mujer de tu país?

—¿Puedo ser brutalmente honesto?

—Por favor, no espero menos.

— Creo que el que seas de un país diferente lo hace más fácil para ti, ya te dije antes que como persona me pareces confiable y con un marco ético personal y una edad apropiada para poder analizarlo, además de todo eso, En mi país aún hay un estigma para los divorciados, cuando nos separemos yo enfrentaré el juicio al respecto, estoy preparado, pero tú volverás a tu país o puedes ir a vivir en cualquier país del exterior donde no tienen por qué saber o importarles nuestra separación, además, me has dicho que no habías considerado el matrimonio, por lo que si vives con alguien este no necesita enterarse que has estado casada, para las chicas de mi país nada de eso es una opción bien vista.  

Se que no serán fáciles los juicios de la sociedad pero al menos tus papás no harán parte de los que te estén culpando y no creo que te traten como una falla.

—He escuchado que para los hombres también es difícil como divorciados encontrar un buen matrimonio y por lo que dices tú si lo tienes en tus planes.

—La gente olvida muy rápido esos asuntos cuando el divorciado tiene dinero y renombre, y poco tiempo después de que pase el escándalo y haya una nueva historia para seguir ya no será problema. Quiero una socia en este contrato, no una víctima. Necesito que ellos se enteren y que se haga un poco de revuelo, registrar nuestro matrimonio al llegar para que no puedan evitarlo y lo más importante necesito que sepas, no quiero engañarte a ti o si llego a enamorarme de alguien tampoco a ella. Somos dos adultos y espero que podamos actuar como tal.

Terminadas sus palabras, guardó silencio para permitirme pensar las cosas. Siempre he tenido una facilidad para aceptar meterme en problemas si no me hacen entrar a un enredo.

—Bueno, "Amorcito" tenemos un trato— dije extendiendo mi mano hacia él. Sonriente aceptó mi gesto, justo entonces salió la misma mujer que un momento atrás me acomodaba en la silla, traía dos canastas, podía ver que además de productos de limpieza facial traían dos pares de pantuflas y las ponían una al lado de la otra junto a la cama y sobre la cama ponían dos hermosos pijamas que parecían de ceda en color gris. El comenzó a acariciar mi mano, entendí claramente que el personal de esta nave solo hablaba inglés y por lo mismo había evitado usar ese idioma durante nuestra charla… Me trajo hacia él abrazándome. La mujer sonreía pero evitaba mirarnos directamente.

—Señor, señora, queremos manifestarle nuestra alegría por poder acompañarlos en este viaje, aunque no podemos dejarlos solos, por obvias razones, se nos ha instruido para darles la mayor intimidad y servicio. De parte de la tripulación, quiero felicitarlos por su reciente unión. El señor A. Nos acaba de llamar para informar que la noticia en todos los medios de la isla y nuestro destino, y quería ser el primer allegado en felicitarlos, le ha enviado un mensaje al señor J. Por mensajería pero supuso que no estaría revisando sus mensajes en un día tan emocionante.

Ella se quedó en silencio esperando algo, claro, estaba en servicio necesitaba ser dispensada, yo iba a decir algo pero no sabía que decir, él nuevamente tomó mi mano y la apretó suavemente para que le dejara manejar todo.

—Bien, agradecemos de nuestra parte a la tripulación y al señor A. El trato ha sido excelente. Puede retirarse con tranquilidad, y si tenemos cualquier inquietud o necesitamos algo llamaremos, ¿cierto querida?

—Es muy cierto— dije mientras pasaba suavemente mis dedos sobre el dorso de su mano, acariciando suavemente, íntimo pero no exhibicionista, un punto que creo apropiado para empezar nuestro negocio.

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