***Lucía ***
Hemos estado ahorrando, los niños y yo un poco de dinero para fin de año y mañana les daré la sorpresa de llevarlos al shopping más elegante, compraremos juguetes y aprovecharemos para almorzar allí, estoy muy emocionada con los planes de mañana mientras preparaba la cena, llegan Mario con unos compañeros de trabajo, como siempre traen muchas bebidas -la noche será larga. - me digo a mi misma, mientras me acerco a ellos a saludar.
- El es Roberto, Martin y Lucrecia.- me señala Mario a sus respectivos invitados, le tiendo la mano. - Mucho gusto, pasen la cena ya va a estar.-digo poniéndome a un costado y dando paso a los recién llegados.
Terminamos de cenar, ellos están en la sala hablando y riendo, y por supuesto practicando el deporte favorito de Mario, beber.
-Me tengo que ir.- escucho decir a uno de sus invitados y desde la cama lo observo levantarse de su silla. -Yo también ya me voy.- responde otro de los hombres. -Lucrecia te acerco a tu casa. -se ofreció uno los caballeros a llevar a la muchacha, que ya se veía muy ebria. -Todavía no iré, es muy temprano. -responde mientras mira a Mario como un trofeo. A Mario se lo ve muy animado, al ver su rostro de inmediato puse los ojos en blanco, me acurruqué entre las cobijas y cerré los ojos fuerte. Los hombres salieron, lo sé al escuchar la puerta cerrarse. También escucho a la mujer y a Mario cuchichear, reírse y a la par besándose. -No Mario, tu mujer se dará cuenta.-Dice la muy cínica. -Ella no dirá nada, porque si lo hace ya sabe lo que le espera. -Agrega Mario, mientras los besos continúan. -Ven aquí.- fue la voz de Mario. Se adentran al baño. -Desgraciados. - es lo que dije a mis adentros y puse la almohada sobre mi cabeza, tratando de apaciguar los gemidos. Unos minutos después salen de la casa y doy gracias.
Amanece, como todos los días me levanto, hago mi aseo, preparo el desayuno y se los llevo a los chicos, con la sorpresa de que hoy iremos de compras, Mario no durmió aquí, así que me apresuro en salir antes que llegue, baje uno de los cuadros de la pared y saque el dinero que había ahorrado, lo pongo en mi pequeña bolsa y salgo emocionada, cuando llegué los niños corren a mi encuentro, los beso a cada uno, compartir con ellos son las únicas veces que me siento dichosa.
-Niños ¿ Qué creen?. - les pregunté entrecerrando los ojos, como si tramase algo.
- ¿Que?. -gritaron al unísono
- ¡vamos de compras!. -los niños estaban muy felices.
Después de haber desayunado nos dirigimos hacia la parada, todos cogidos de la mano, a mi derecha iba caminando Ana y a mi izquierda Jorge, Jorge va tomado de la mano de Esteban y Esteban de Martín.
-Ya tienen planeados ¿qué comprar?. -les pregunte, como si ya supiese sus respuestas.
-Yo quiero una muñeca con su carriola. -comenzó Ana.
-Y yo quiero una pelota de fútbol y así salimos al parque a jugar.- continuo Martín.
-En cambio yo me comprare un auto a control.- Dijo Jorge
-Pues si tu compras un auto a control yo me comprare un tanque bien grande que también sea a control. - terminó Esteban.
Durante todo el camino miré atras que Mario no nos estuviera siguiendo, si él se entera de esto, seré su saco de box. Cuando llegamos a la sección de juguetes, todos se soltaron de las manos y van corriendo a la jugueteria. -¡Con cuidado!. -les dije ya después de dejarme muy atrás, mientras sonrio al ver muy felices a los niños. En el momento en el que yo también iba a entrar al local, una cálida mano me toma de la muñeca. -No puede ser Mario me encontro. - Pensé cerrando fuerte los ojos.
-Hola.- la voz me resultaba conocida pero en definitiva no era la de Mario, abrí los ojos uno a uno y para mi sorpresa, se trataba del joven que hace semanas casi tuvimos un accidente, respiro aliviada y le devolví el saludo.
-¡Hola!. -respondi mirando nuestras manos, aun me tomaba de la muñeca. Me sonríe y lejos de separar su mano de la mía, los unió, pasando de mi muñeca a la mano delicadamente y sin soltarla. Sentí un calor recorrer por mi cuerpo.
-¿Me recuerdas?, la última vez no nos presentamos, yo soy Adrian... Tu ibas corriendo y el chofer, bueno ya sabes...- mientras me decía parecía nervioso y eso me resultó tierno.
-Si te recuerdo, estoy mucho mejor. No pude demandarte porqueno sabía su nombre- Él se ríe de mi comentario. - Que bueno, porque ni los mejores abogados me podrían salvar de caer preso en tus encantos. -Me respondió mirándome fijo a los ojos, mientras sentía que mi rostro se tornaba en rojo.
- Este me podrás comprar Lucía. -Era Ana quien traía una hermosa muñeca bebe en su mano. Y solo en eso nos dimos cuenta que seguíamos de la mano, rápidamente nos soltamos.
-Claro que si preciosa. - respondí a Ana después de haberme sentado para ponerme a su altura y ver el juguete. -Primero preguntemos el precio nena. - Sugerí a Ana, ella esta de acuerdo y cuando nos dispusimos entrar al lugar. - Por el precio no se preocupen yo los comprare. - lo mire extrañada.
- No es necesario, no queremos molestarlo.
- Entremos. - esta vez útilizo una voz de mando, me tomó de la cintura y fuimos junto a los demás niños. Yo no podía creer lo que me estaba sucediendo.
-Entonces te llamas Lucía, tu nombre es tan bonita tanto como tú. -Y de nuevo sentí ponerme roja pero ahora con un cosquilleo en el estómago.
Los niños eligieron sus respectivos juguetes, fuimos a la tienda de ropas para niños, estaban felices y yo por ellos, Adrian se ofreció a pagar todo, sentía mucha pena.
-¡Tengo hambre!. -exclamó Ana tocando su barriga. -Que les parece unas hamburguesas con papas fritas. -Dijo Adrian. -Siii. -gritaron de nuevo los chicos dando pequeños saltos. -¡Vamos!. - Adrian me invita a que lo tome de la mano, lo miro y me sonríe, siento derretirme ante tanta caballerosidad, lo tome y le devolví la sonrisa, ahora nos dirigimos al patio de comidas. Ana va empujando su carriola de muñeca, se ve muy linda.
Me retira el asiento de la silla para sentarme, lo hago. -Ya vuelvo.- Adrian se fue a hacernos los pedidos, unos minutos despues venia con un par de bandejas y otras más los traía el trabajador, -Si. -de nuevo los niños felices. -Por fin te encontré, donde te metiste, hice la compra toda yo sola. -Reclama una mujer de tez blanca de cabello largo, lacio y negro que vestía una blusa blanca con jeans. -También haciendo compras. -responde Adrian. La joven nos mira extrañada y vuelve a mirar a Adrian. -Ella es Lucía y ellos son sus hijos. -Me atragante con la bebida. -¡Hola!.- la salude desde mi asiento. -ella es Ana, Jorge, Esteban y Martin, y si bien los quiero como si fuesen míos no lo son. -Hola. -Los niños saludaron al mismo tiempo. -Siéntate.- Adrian le ofrece su silla, después de haberme mirado confundido. -Yo soy Marta, la amiga de Adrian. -Se presentó y sentí que de nuevo me convertía en un tomate rojo. Adrian trajo otra silla de a lado y se sienta junto a ella. Hubo un silencio, hasta que Adrian vuelve a hablar. -¿Quieres que te pida algo?. -pregunto a Marta. -No, solo me comere tus papas. -Dice acercando su bandeja a ella. -Están de vacaciones chicos. - pregunta Adrian. - Jorge quien es el mayor responde apenado. -No, nos vamos a la escuela. Así es, pero Lucía nos ha ayudado a leer, escribir.-Respondio animado Esteban comiendo sus papitas- y yo soy un buenazo en las mates. -Respondió Martín. -Y yo se pintar. Seré un gran artista. -Añadió Ana la más pequeña. -Por supuesto que si, todos serán grandes profesionales. -Dijo amablemente Marta puesto que Adrian quedó en silencio, supongo que procesando que los niños no van a la escuela. -Los dejo sigan pasando bien. -Dijo Marta levantándose de la mesa y Adrian se separo también de la mesa hablaron en secreto y Adrian regresó. - Que tal si ahora nos vamos de compras, pero esta vez ya para Lucía, que aún no se compró nada. -dijo Adrian y los niños respondieron por mi . -Si.- arrastrando la "i" . -No es necesario.- digo ya cuando todos me estaban levantado a fuerzas. Nos dirigíamos de nuevo a las tiendas de ropas. -Prueba este vestido. -Todos me trajeron ropas diferentes. Me probé todas y todas me gustaron, cada vez que salía del vestidor con los distintos atuendos, Adrian se portaba muy amable. Te queda perfecto, Eres bellísima... y un sin fin de calificativos positivos. Cuando me probé la ropa que Adrian eligió de inmediato se puso de pie, eran unos Jeans que alzaba mis glúteos y una remera gris que se ajustaba a mi cuerpo. Se acercó a mi sin dejar de mirarme, me toma de la mano y me hace girar lentamente. -Eres la mujer más bella que he visto en mi vida. -Lo dijo acercándome de nuevo a él, sentía su respiración tan cerca mío, creí que me besaría cuando una de sus manos sentí en la cintura y la otra en mi mejilla, cerré los ojos y lo separé para mostrarle mi anillo de casada.
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Comments
Cinzia Cantú
Ella le muestra que está casada (creo que, más que nada, lo hace para evitar problemas)
2025-02-24
0
💐@💫 LEO 💫 MOSQUERA 💫💐
definitivamente no, así no aunque muera en el intento les voy es dando machete o un baño de agua caliente, me respetan o me respeta
2024-07-04
3
Ninfa Camargo Lopez
jajajaja qué buena esta
2023-09-30
2