Helena buscó por el patio trasero, pero no pudo encontrar a Máximo, así que se dio la vuelta y fue directamente al establo de la esquina.
El guardia hizo pasar al caballo, como si estuviera a punto de salir a hacer algunos recados.
Antes de que pudiera saludar, Helena le arrebató las riendas, pisó los escalones de piedra y se subió al caballo, le dio una palmada en las nalgas y gritó: "¡Conduce!"
"Señorita, este caballo..."
El guardia estaba horrorizado: ¡Este caballo no ha tenido tiempo de ponerse una silla de montar y una almohadilla en el futuro!
Antes de que fuera demasiado tarde para perseguirlo, el corcel ya había desaparecido en la esquina oscura de la calle con la chica vestida de civil en su espalda.
Helena buscó por la calle frente a la mansión, pero nunca vio a Máximo.
Estaba tan oscuro y estaba herido de nuevo, ¿a dónde podría ir?
Con un destello de inspiración en su mente, Helena pensó en un lugar, inmediatamente giró la cabeza de su caballo y corrió hacia la calle.
El mercado está cerrado y las luces en la calle son pocas y distantes entre sí, no hay nadie allí.
Las casas quemadas de la capital inmortal del Reino del Deseo se alzan al final de la oscuridad como huesos negros. Y debajo de la puerta chamuscada y en ruinas, la figura solitaria de Máximo realmente se apoyaba.
Escuchó el sonido de los cascos del caballo y se enderezó, la sombra proyectaba una sombra larga y solitaria bajo sus pies.
Pero sus ojos estaban tranquilos, sin ninguna sorpresa.
Quizás Máximo no tiene hogar y fue "desterrado" de la mansión por su padre y su hermano. Su destino subconsciente sigue siendo esta capital de hadas del mundo del deseo, que otorga un sinfín de daños y humillaciones.
O tal vez se escondía aquí a propósito, donde ella pudiera encontrarlo.
Ya sea intencionalmente o no, Helena debe recuperarlo.
Ya sea un dios o un fantasma, ella lo dejará ser la futura bendición de la familia del general.
"Estas aquí"
Máximo levantó la cabeza ligeramente, su pequeña figura de ella montando un caballo que se detuvo abruptamente se reflejó en sus ojos.
El corcel levantó los cascos en alto, el dios del lomo del caballo sostuvo las riendas con fuerza. Su cabello negro suelto volaba arriba y abajo como nubes, sacando una luz deslumbrante como hilos dorados detrás de ella.
No tuvo tiempo de lavarse y cambiarse, así que la persiguió con una chaqueta blanca lisa y una sola falda, revelando una sección de su tobillo blanco como el jade y pequeños zapatos bordados debajo del dobladillo ondeante de la falda.
Los caballos estaban desnudos, ni siquiera ensillados.
Helena controló al caballo para que caminara un poco y miró hacia abajo con sus ojos de albaricoque claros y hermosos.
Mirándose el uno al otro, Máximo escondió su brazo izquierdo fuertemente vendado detrás de su espalda, tratando de ocultarlo.
Helena todavía vio el rojo brillante que rezumaba de la gasa, por lo que no pudo evitar fruncir los labios, el dulce y cálido olor a óxido parecía desbordarse de sus labios y dientes.
Ella dijo de repente: "Dijiste que no tienes un nombre, así que te daré uno".
Máximo la miró y escuchó en silencio.
"Tu nombre en clave original era demasiado difícil de pronunciar, así que tomé la última palabra Qi y tomé el nombre del país 'Wei' como apellido".
El pecho de Helena se agitó ligeramente, su mirada pareció penetrar al joven frente a ella, regresó al pasado lejano y dijo palabra por palabra: "Antes de encontrar tu nombre real, te llamaras 'Wei Qi'".
Máximo ocupó el séptimo lugar entre los muchos príncipes. "Wei Qi" era el seudónimo que él habían dado en sus vidas anteriores cuando dejaron Beijing para recuperarse de sus enfermedades.
Era un nombre que solo ella conocía.
Máximo abrió ligeramente los ojos y un color extraño brilló en sus pupilas estancadas.
Nunca antes había oído hablar de este nombre, pero por alguna razón, había un sentimiento indescriptiblemente familiar.
"¿Wei... Qi?" el Repitió.
La voz baja, ronca y ligeramente dudosa de un joven descendió con el suave sonido del viento.
Helena asintió.
La mano que sostenía la rienda se apretó y luego se aflojó, se inclinó lentamente sobre el lomo del caballo y extendió la mano hacia Máximo por primera vez.
"Ven a casa conmigo, Wei Qi". Jadeó con sus labios rojos ligeramente entreabiertos.
La palabra "hogar" no es más que la palabra más ridícula del mundo, pero cuando sale de sus labios, hay una tranquilidad inexplicablemente convincente.
La manzana de Adán de Máximo se contrajo, se quedó atónita por un momento, el levantó lentamente su mano derecha limpia y colocó suavemente los nudillos en su palma.
Él dijo: "Está bien".
Esa pequeña mano era delgada y delicada, pero cálida y suave. Con solo un ligero tirón, Máximo fue subido al lomo del caballo.
El chico deprimido y la chica delicada comenzaron una apuesta con un futuro desconocido en este momento y esta noche.
"Tu mano izquierda está lesionada y tu figura es inestable. Será mejor que me atrapes. No soy responsable de levantarlo si se cae". La voz baja de la chica vino desde el frente.
Máximo bajó los ojos, extendió la mano vacilante y rodeó su cintura con fuerza.
Esbelto y suave, como si pudiera ser pellizcado por dos palmas.
Por primera vez en su vida, sentía curiosidad por el cuerpo de una mujer.
Solo preguntándose de qué tipo de nefrita está hecha debajo de su palma, vio un codo apuñalando hacia él, y llegó la delicada advertencia de la niña: "Toma la ropa, no la toques al azar".
"Sí señorita."
El joven detrás de él tenía una voz suave, pero en sus ojos había una sonrisa oscura y obstinada claramente.
La mansión del general todavía está brillantemente iluminada.
Helena entró por la puerta lateral y condujo a Máximo al pasillo lateral.
En el camino, los asistentes se inclinaron y saludaron uno tras otro, pero nadie se atrevió a mirar o decir una palabra.
Al ver el regreso de su hija, el general y la señora primero dieron un suspiro de alivio, luego sus ojos se posaron en el joven de negro detrás de ella, sus cejas que acababan de aflojarse fruncieron el ceño inconscientemente.
"Padre, madre, hermano, Sui Sui ha vuelto".
Observó cuidadosamente las reacciones de su padre y su hermano para ver si reconocían la identidad de Máximo, pero inesperadamente, además de un ligero dolor de cabeza e insatisfacción, no había nada inusual en la expresión de su padre y su hermano.
No conocían a Máximo.
Frente al impresionante escrutinio del general , Maximo también tenía un rostro tranquilo, pero sus ojos se oscurecieron un poco.
Al ver la mirada de Helena, inmediatamente sonrió, como la brisa de primavera derritiendo la nieve.
"Baja a descansar primero, toma comida y medicina para heridas, enviaré a alguien a tu habitación".
Helena bajó la voz, sus ojos almendrados eran firmes, delicados y deslumbrantes.
Máximo fue muy obediente, se inclinó de mala gana ante el general y la señora y luego se retiró.
"Hermana pequeña, tu corazón es demasiado blando".
Huanchen respiró hondo y habló primero: "Todavía no has dejado el gabinete, está en peligro, no importa cuán leal te sea ese esclavo sin nombre, no puede ..."
"Él no es un esclavo mendigo".
Helena miró a Huanchen y dijo con seriedad: "Tiene un nombre, Wei Qi".
"El nombre no es importante en absoluto, tu reputación es lo más importante".
Huanchen dijo hacia adelante: "Incluso si él te salvó la vida, tú también le salvaste la vida en la fuerte nevada. Los dos se anulan entre sí. No le debes nada en absoluto. Enviándolo fuera de la casa con una gran recompensa. es el mejor final".
Helena tomó la capa que le entregó la sirvienta y la envolvió alrededor de su cuerpo, sonrió levemente: "Hermano, sabes muy bien en tu corazón que lo salvé con un poco de esfuerzo, pero él me salvó pero luchó con su vida. ¿Cómo se puede comparar?"
En la esquina del corredor, los pasos de Máximo se detuvieron un poco después de escuchar estas palabras.
Aunque todo estaba bajo su control, estas palabras suaves y firmes aún arrojaron un círculo de ondas en el lago de su corazón muerto, fugaz.
Las comisuras de sus labios se curvaron en una media sonrisa, se dio la vuelta y caminó hacia la sombra del interminable corredor.
En el pasillo lateral, Helena dijo con calma: "Mi padre me enseñó desde que era un niño a ser leal, recto y de mente abierta. Ya que estaba protegido por otros, ¿cómo podría hacer algo en contra de mi conciencia porque tenía miedo de otros? chismes de la gente?" .”
"No lo tratamos mal. La plata que doné es suficiente para que la use toda la vida. Se negó a tomarla..."
Murmuró Huanchen, pero cuando Miel le dio un codazo, se calló.
Helena siempre se había comportado bien y era obediente, pero esta era la primera vez que era tan terca, la señora solo podía suspirar y guiñarle un ojo a su esposo.
El general se calmó, mostró una mirada de alivio y asintió una y otra vez: "¡Como se esperaba de la hija, ella es leal y responsable!"
"Esposo, Sui Sui no es un hombre, ¿de qué sirve la lealtad?" La Sra. Yu lo miró.
"Sui Sui, hermano, habla demasiado, no puedes ser ..." Huanchen dudó en hablar.
La apariencia del niño era extremadamente buena y agradable, incluso mejor que la de Aron. Le preocupaba que su hermana menor fuera ingenua y arriesgara su propia felicidad de por vida para devolver su amabilidad.
Después de todo, Aron es su buena pareja.
Helena entendió lo que quería decir su hermano, sacudió la cabeza apresuradamente y dijo: "No te preocupes, hermano, puedo notar la diferencia entre la amabilidad y el afecto entre un hombre y una mujer".
En estos días, Helena ha estado pensando en cómo decirle a su padre y a su hermano la identidad, a fin de persuadirlos de que apoyen a Máximo, para que en el futuro pueda confiar en este patrocinador más poderoso para descubrir al verdadero culpable. el marco de la familia.
Pero la razón del extraño poder de "vida pasada y vida presente" es absolutamente difícil de creer para la familia.
Y ahora que la pista del destino se ha desviado, ella ha cambiado la crisis de la caída y ahora cada día es una nueva experiencia, ya no es posible predecir el futuro como evidencia.
Justo ahora, al ver que su padre y su hermano no reconocieron a Máximo, quien era el séptimo príncipe, concluyó que no podía usar la profecía del renacimiento como excusa para convencerlos.
De lo contrario, el príncipe exiliado que no fue reconocido por los ministros importantes de la corte sería reconocido y recogido por él mismo que se crió en el tocador. Ni Máximo ni su padre y su hermano podrían explicarlo, solo complicaría las cosas.
El plan actual es descartar algunas presentaciones y dejar que el padre y el hermano lo descubran por sí mismos.
Cuando mi padre y mi hermano descubrieron la identidad de Máximo, es posible que haya invertido el temperamento brutal y de sangre fría de Máximo. En ese momento, será mucho más fácil persuadir a mi padre y a mi hermano para que apoyen a un príncipe en problemas con virtud y virtud que persuadirlos para que apoyen a un lunático violento.
Al pensar en esto, Helena frunció el labio inferior: "En realidad, lo traté de esta manera no solo porque me conmovió su sinceridad, sino también porque sus ojos y su comportamiento me dijeron que esta persona definitivamente no es alguien en la calle".
Miró a Padre con sus ojos transparentes, apostando por su lástima por los talentos, y dijo en voz baja: "Padre dijo una vez que el ejército de la familia no enterraría ningún talento, ¿no es así?"
"Sui Sui me recordó esto, pero recordé que el joven parecía débil, pero estaba extremadamente dispuesto a morir. Incluso si tuviera el coraje de cortarle las muñecas y alimentarlo con sangre, tendría que respetarlo con asombro".d
Helena cruzó los brazos alrededor de su pecho, frunció el ceño y dijo: "Justo ahora estaba parado al pie de los escalones, ni humilde ni autoritario, y su temperamento definitivamente no es el que pueden tener los esclavos comunes".
Por un lado, los ojos resueltos del general se habían suavizado.
Golpeó el reposabrazos de la silla con los dedos y el general suspiró: "Buena chica, ¿cómo planeas lidiar con ese niño?"
Sin dudarlo, Helena levantó la vista y dijo: "Sal de la esclavitud y sé promovida a ministra invitada, y trátense con cortesía a partir de ese momento".
…
Después de cuatro o cinco días consecutivos de lluvia, las nubes finalmente se abrieron y el sol se aclaró por la tarde.
Estos días Helena estuvo cosiendo estas botas mocasín de hombre...
Después de la cena termino de coser las botas.
Helena pensó por un momento, despidió a la sirvienta, llevó la lámpara y las botas se fue sola al patio trasero.
Como tenía que confiar en él en el futuro, tenía que mostrar algo de sinceridad.
La casa de Máximo es mucho más espaciosa que la anterior, la puerta está entreabierta y hay una cálida luz amarilla en la casa.
Aún no ha dormido.
Helena vino en silencio, temerosa de despertar a los guardias dormidos de los vecinos, así que bajó la mano para tocar la puerta y empujó la puerta hacia adentro.
Tan pronto como pisó una pierna, se congeló en el lugar con una linterna.
Junto a la caja del candelabro, Máximo se quitó la mitad izquierda de la ropa y expuso el pecho y los brazos, cambiando el vendaje de la herida sangrante en el antebrazo.
Si ignoras la horrible herida de cuchillo en la parte superior.
Al ver a Helena corriendo, Máximo nunca entró en pánico.
Inclinó la cabeza, mordió un extremo del vendaje y lo ató con un nudo. Él sonrió antes de vestirse, como si verla fuera algo muy feliz, se puso de pie y llamó: "Señorita".
Helena cerró la puerta con el revés, se aclaró la garganta y preguntó: "¿Cómo está tu herida?"
"No duele". Sacudió la cabeza, y había una luz inexplicable y tenue en sus ojos negros.
Helena no pudo contenerse y dobló los labios.
Poniendo las botas de mocasín sobre el escritorio, dijo directamente: "Es para ti".
Máximo tocó las botas de mocasín, sus dedos vendados recorrieron los finos puntos poco a poco, levantó la cabeza y preguntó: "¿La señorita me lo hizo?"
"Lo recogí en el almacén".
Sin levantar los ojos, Helena dijo con calma: "Intenta ver si encaja".
Se puso las botas, se levantó y dio dos pasos con ligereza.
"muy adecuado."
Cuando levantó la cabeza, la sonrisa en sus ojos se profundizó un poco y preguntó: "Pero señorita, ¿cómo sabe el tamaño de mis zapatos y botas?"
"..." Helena casi se ahoga.
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