Los guardias ayudaron a Máximo a pasar por la puerta de la esquina y encontraron un lugar limpio y remoto en la habitación cubierta para que se acostara.
"A medida que se acerca el año nuevo, si alguien muere congelado frente a la mansión, será desafortunado".
Helena les dijo a los guardias de servicio afuera de la puerta: "Padre y hermano están ocupados con asuntos de estado, la tía todavía está enferma. Estoy a cargo de asuntos tan triviales, así que no los molesten".
Los guardias apretaron los puños y dijeron "sí".
Helena miró los muebles de la casa.
Solo hay una mesa, una silla y una cama con colchones viejos en la habitación. Hay una pantalla ligeramente dañada al lado de la cama. Es simple y pequeño, pero está limpio y ordenado. Es más que suficiente para resguardarse del viento y recuperarse, pero esta frio.
El niño estaba acostado en la cama de tablas duras, su rostro aún estaba pálido, solo un par de ojos aún brillaban con un poco de terquedad.
El pequeño gato salvaje que rescató se acurrucó impotente en la esquina, gimiendo suavemente.
Helena se agachó, acarició suavemente el desordenado pelaje mojado por la nieve del gatito con sus manos delgadas y le rascó la barbilla. La gata dejó de lloriquear muy rápidamente e incluso se frotó la palma de la mano con avidez.
"Ve a buscar dos edredones y haz una cama para el gato".
Una leve sonrisa apareció en la comisura de la boca de Helena, pero la reprimió rápidamente y miró a Máximo, que yacía rígidamente en la cama, "No lo congeles hasta la muerte".
El asistente, naturalmente, entendió lo que ella quería decir y fue a hacer los arreglos.
La lámpara de aceite estaba tenue y los ojos débiles de Máximo seguían cayendo sobre Helena.
Sus labios se movieron, como si estuviera a punto de decir algo.
Pero Helena se levantó y lo interrumpió. La bufanda de lana de conejo hizo que su rostro fuera delicado y encantador, y dijo con indiferencia: "No puedo dejarte vivir aquí".
Como resultado, la nuez de Adán de Máximo se movió, bajó los ojos y apretó los labios pálidos.
Helena no dijo nada más, se dio la vuelta y salió del refugio.
Detrás de ella, más de una docena de asistentes la seguían con linternas, abriendo un deslumbrante río de luz en el viento y la nieve.
Máximo observó que la figura esbelta y noble fuera de la puerta retrocedía gradualmente, se oscurecía y finalmente solo quedaba la negrura silenciosa.
Sus ojos parecían estar teñidos por la noche y no podía ver el fondo.
Aunque estaba preparado, no pudo ocultar su asombro cuando abrió los ojos y vio su rostro sin el velo justo ahora debajo.
Ha visto muchas bellezas en el mundo del deseo, pero todas son pájaros enjaulados, el polvo espeso difícilmente puede ocultar el entumecimiento del mundo, no tan hermoso como ella, que es natural y limpio.
Pero a ella no le gusta, Máximo puede sentirlo.
Todavía no entiende de dónde vienen sus odio. Cada vez que mira con ojos complicados, parece que está viendo la sombra de otra persona a través de él.
Puede ser más difícil de lo imaginado permanecer a su lado durante mucho tiempo.
Justo cuando estaba pensando en su próximo plan, escuchó pasos apresurados fuera de la puerta.
Máximo estaba atento, cerró los ojos y no se movió, resultó que el asistente entró por la puerta con la vieja colcha sobre la cama maldiciendo el clima helado.
El asistente arrojó el edredón sobre el sofá, lo tiró con indiferencia y se fue.
Tal vez fue un descuido, o tal vez fue porque no quería servir a un "mendigo", por lo que se olvidó de cerrar bien la puerta.
La puerta de madera medio cerrada fue sacudida por el viento del norte, los ojos de Máximo gradualmente se volvieron fríos, golpeó el borde del sofá con los dedos.
Máximo evocó una sonrisa pálida, extendió la mano y tomó la parte posterior del cuello de la pequeña bestia.
El gato parecía haber visto una bestia terrible.
"Si vuelves a moverte, te aplastarán el cuello". La voz ronca del niño sonó desde la oscuridad.
Entonces la pequeña cosa maulló y tembló.
Máximo lo arrojó a la vieja colcha e inmediatamente lo ignoró, se dio la vuelta y cerró los ojos, dejando que la puerta se abriera a medias, el viento frío soplaba y le dolía la piel por el frío.
La lámpara de aceite se apagó y la oscuridad lo envolvió.
…
Helena bostezó y se sentó frente al tocador. Se miró en el espejo con un círculo azul claro alrededor de los ojos mientras se sostenía la barbilla y preguntó con pereza: "¿Qué le pasa a esa persona?"
La sirvienta sostuvo el peine y preguntó desconcertado: "¿Qué persona?"
Helena frunció el ceño: "El que recogí anoche".
"Oh, ¿te refieres al mendigo herido?"
La sirvienta pensó por un momento y respondió con sinceridad: "Cuando me levanté por la mañana, no había movimiento en el cuarto de sombra, así que todavía debo estar dormido".
¿Será que quiere quedarse en la mansión? El majestuoso futuro Príncipe Regente en realidad hizo este tipo de cosas.
Pase lo que pase, esta vez ya no debes ser blando de corazón.
Helena ocultó sus pensamientos y sacó un par de cuentas de esmeralda del joyero que sostenía la criada, pensando que la nieve se derretiría a más tardar, por lo que debía despedirlo.
No importa cuán poderoso sea en el futuro, siempre y cuando no me moleste más.
Helena escuchó que la ciudad del Deseo fue quemanda, el tiempo se adelantó varios meses, en la vida anterior deberían haber sido destruidos por un incendio.
¿Será que con su renacimiento, muchas cosas están cambiando silenciosamente?
Pensó en Máximo.
Acaba de escapar desesperadamente de la Capital Inmortal del Reino del Deseo anoche, hoy está a punto de ser arrasada. ¿Podría ser... demasiada coincidencia?
Siempre se siente como si algo se estuviera pasando por alto.
Pensando en esto, Helena cerró los ojos y caminó rápidamente hacia la cabaña del patio trasero.
En una pequeña habitación en un lugar remoto, la puerta está entreabierta y no hay movimiento de personas en el interior.
"¿El se fue?" Helena le preguntó a la sirvienta.
La sirvienta sacudió la cabeza, pero también se quedó en blanco: "He estado prestando atención desde la mañana y no lo he visto salir".
Justo cuando estaba hablando, un débil maullido salió de la habitación.
Helena ya no dudó, subió los escalones de piedra y abrió rápidamente la puerta para entrar.
De repente, el aire frío golpeó la cara, la pequeña habitación con la puerta abierta de par en par era como una bodega de hielo, que en realidad era un poco más fría que el mundo helado de afuera.
Helena encogió el cuello y apretó rápidamente la estufa de mano en la palma de su mano.
Mirando hacia arriba, vio la figura delgada familiar acurrucada en el sofá con labios pálidos.
La mitad de la vieja colcha de algodón amarillenta colgaba en el suelo y la otra mitad estaba apilada bajo sus pies.
De la colcha, salió una cabeza de color esponjoso y le dio un lamentable "maullido" a Helena.
Ni siquiera había una palangana de carbón en la habitación, sólo una tetera de té turbio helado y dos bollos al vapor tan duros como el hierro sobre la mesa.
Helena miró la escena en la habitación y supo que los sirvientes debían haber menospreciado a un "mendigo" como ni siquiera se molestaron en cerrarle la puerta.
¿Cuál es la diferencia entre tal comportamiento y abusar de él?
Máximo le dio la única colcha a la gatita herida, la mayor parte de ella quedó expuesta al viento frío...
Incluso si Helena se quejara de Máximo nuevamente, se sentiría ansiosa al ver esta escena.
Ignoró al gatito que lloriqueaba y empujó el hombro de Máximo: "¡Oye, despierta!"
Tan pronto como la palma tocó su hombro caliente, se retiró rápidamente.
El joven magullado de negro temblaba mientras sostenía sus brazos, sus labios estaban pálidos y secos, pero sus mejillas estaban anormalmente rojas y su respiración era pesada y corta, obviamente el viento frío que soplaba toda la noche había agravado sus heridas y causado un fiebre alta.
Si esto continúa así, su vida realmente se habrá ido.
El corazón de Helena estaba bloqueado, ella giró la cabeza y dijo: "¿Qué estás haciendo todavía aturdida? Ve a buscar un médico".
La sirvienta también estaba asustado y dijo apresuradamente: "¡Oye, bien!
"Esperar." Helena la llamó: "Entra y sal por la puerta de la esquina, no molestes a tus padres".
Especialmente su hermano demasiado inteligente.
Tu sirviente lo sabe.
Esperando que la criada invitara al médico, Helena miró al joven Máximo con los ojos cerrados, con emociones complicadas.
La única silla en la habitación estaba cubierta con una fina capa de polvo, Helena le gustaba estar limpia, por lo que no se atrevió a sentarse en ella.
Después de pensarlo, se acercó al borde del sofá, retiró un cojín de la esquina y se sentó con cuidado en el borde del sofá, examinando a Máximo, que estaba gravemente enfermo.
En su vida anterior, cuando Máximo sufría dolencias en las piernas, sentía frío y temblaba por todas partes, por lo que se mantuvo caliente con Helena. Ella hizo lo mismo, quedándose a su lado toda la noche.
Pero incluso en ese momento, era fuerte y dominante, como si nada en el mundo pudiera destruirlo.
Era completamente diferente al pobre joven frente a ella, que estaba tan débil que moriría en cualquier momento.
¿Podría un hombre tan joven estar relacionado con la destrucción de la capital de las hadas del Reino del Deseo?
¿Cómo se convirtió paso a paso en el lunático que todos temen?
La respiración de Máximo era cálida y corta, entrelazada con su vida anterior, era la primera vez que Helena se sentía confundida.
Extendió la mano y cubrió a Máximo con la colcha vacilante.
"No soy tan genial como tú. Si mueres, todavía estoy dispuesto a darte un lugar adecuado. Es solo..."
Ella bajó los ojos: "Nunca pensé en matarte".
Mientras estaba distraída, la mano metida debajo de la colcha barrió accidentalmente el cuello de Máximo.
Con una fuerza muy ligera, el adolescente en coma de repente abrió sus ojos oscuros como si hubiera despertado de un principio.
Al momento siguiente, le dolía la muñeca a Helena.
Inmediatamente, sus ojos se pusieron boca abajo y Helena fue presionó firmemente contra la cama.
El joven la contuvo con condescendencia, su visión estaba floja y su aliento caliente rociaba el costado de su cuello uno tras otro, causando un temblor familiar perdido hace mucho tiempo...
Los ojos de Helena se abrieron, la expresión débil y feroz de Máximo se reflejó en ellos, como si hubiera regresado a su vida anterior.
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