Ingratitud

Llego al comedor acompañado con la mucama que aleja la silla para que me siente y así hago, Miro hacia adelante y percibo dos ojos marrones dominantes analizando mi postura, no tengo coraje de decir nada, solo su postura imponente hace que mi cabello se estremezca, me tomo un leve susto cuando escucho su voz ronca llenar el comedor.

— ¿Mi única hija no le dará un abrazo a su padre? - Miro asustada a mi madre y entonces la veo asentir con la cabeza para que yo vaya hasta él, me levanto delicadamente y arreglo a mis ropas camino hacia él que se levanta y me abraza apretado mi querido padre aprovecha el momento para susurrar en mi oído.

- Te extrañé cada día que no estaba aquí y hoy esta casa finalmente se llena de alegría - Algo dentro de mí no cree en lo que él dice\, pero aquella niña abandonada que ansiaba el abrazo de su padre grita dentro de mí y acabo derramándome en lágrimas.

- Usted no sabe cuánto esperé este momento\, hice todo lo que pude para que se sintiera orgulloso de mí! - Él sonríe y yo le retribuyo con sinceridad.

- ¡Pasa y vamos a desayunar en familia!

Qué palabra bonita familia siempre imaginaba como la mía sería si hubiera tirado más a mamá o papá, solo que la realidad es que no tengo los cabellos dorados de mi madre y sí los marrones de mi padre los ojos oscuros y profundos, pero con una ligera luz la piel blanca como la luna esa soy su una mezcla de los dos, pero me parezco a él me quedo allí admirando cada trazo de los dos e intentando descubrir los que tengo de los dos un momento mágico que no quiero que acabe nunca.

- Hija\, hoy te presentaremos en sociedad\, espero que estés preparada - Soy traída a la realidad.

Lo miro y solo saludo como forma de sumisión..., hora después solo comemos y no conversamos ellos no demuestran el mínimo interés en mi vida lejos de aquel lugar como si nunca hubiera salido de casa, llegamos a la iglesia bien rápido y escuchamos el sermón ya estoy acostumbrada en el convento erramos obligadas a ejercer este tipo de fe, así que el cura termina mis padres me guían para conocer al cura pasamos un tiempo charlamos y yo solo me quedo allí como una muñeca de porcelana viendo a mi padre presumir de la educación de su hermosa y prestigiosa hija..., Él no me ve en casa y mal me hablan, pero aquí afuera soy el bien más precioso de ellos.

De repente una chica muy bien vestida viene a nosotros y me saluda no encuentro en el derecho de interactuar con ella, así que solo me presento y ella se va.

— Buenos señores Lewis, vamos a presentar a su querida hija a nuestra sociedad en la fiesta benéfica que tendremos hoy en la plaza de la ciudad. Querida Daphne, no te preocupes, sé lo difícil que es salir de un convento y yo vine a la sociedad fue igual de difícil para mí, pero con el tiempo verás que somos un pueblo muy pacífico, puede confiar y buscarme siempre que quieras ayuda. - El cura toma mis manos mientras habla, él las alisa y algunas veces veo lujuria en mis ojos, entonces hago con las monjas, me enseñaron y delicadamente y retiro mi mano de él y se lo agradezco.

— Gracias por tu tiempo y compasión, pero ahora estoy un poco cansada del viaje. Padre, ¿podría volver a casa? - Miro a mi padre y hago algo raro de piedad.

- Si querida vamos a volver\, la bendición padre hasta la próxima.

- ¡Dios te bendiga mis hijos!

Salgo de allí con repulsiones y escalofríos en la columna, hasta que ya todos dentro del carruaje mi madre se pronuncia...

- Cariño\, como hoy la sociedad va a conocer a nuestra hija\, ¿por qué no le compramos algo mejor?

De repente veo a mi padre dar una bofetada en la cara de mi mano y eso me causa un poco de asombro y luego grita.

- ¡¿Cómo te atreves a gastar dinero en una mujer que cree que gano dinero sin hacer nada?! ¡Creo que va a ganar mi dinero duramente ganado comprando mierda!

Su ira es tan grande que cuando está a punto de recibir otra bofetada en mi mano, me propongo interferir...

— Querido papá, no te preocupes, tengo ropa que cosí muy bien en el convento y nadie me vio con ellas y tengo otras cosas que gané de las monjas, así que no tienes que preocuparte, no voy a causar gastos extra para ti. - Le hablo sonriendo, pero por dentro mi corazón arde de preocupación por mi madre.

Se ríe cuando termino de hablar y desvía toda la atención hacia mí, eso me alivia.

- Querida\, eres la mejor hija que podrías tener\, sé que darás una bella esposa\, Lucille llévala a la costurera y elige el mejor vertido\, nuestra preciosidad tiene que tener lo mejor de la ciudad. ¡Pero no gastes mucho!

- ¿Seguro que puedo? Como dije\, no me importa.

- Querida mujer\, debes andar como las flores y si eres la flor más hermosa de la noche sé que atraerás a la mejor abeja.

Su conversación se vuelve dócil, lo que me confunde con la situación..., cuando llegamos cerca a la tienda de la modista, mi mano no pierde tiempo y sale muy rápido del carruaje arrastrándome por el brazo y sujetándome un poco fuerte, cuando finalmente llegamos a la acera de la tienda ella suelta mi brazo y deferí palabras exacerbadas.

- ¡La próxima vez que tu padre y yo estemos discutiendo\, no te atrevas a interferir\, no quiero tu compasión\, mucho menos tu compasión\, piensas que puedes llegar aquí después de todo este tiempo y tomas la atención por ti! - Ella no gritaba\, pero hablaba con firmeza.

— Mi intención no era menospreciar a la señora, tenía miedo de que papá te lastimara más, no quiero verlo maltratar a la señora así. - Hablo mirando mis pies con la intención de mostrarle mi sinceridad...

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***