Sabiendo que mis padres.

Me siento en el sillón de la habitación y mira la chimenea que se ilumina, me pierdo en mis pensamientos. ¿Cómo puedo estar en una casa que ni siquiera tengo recuerdos? Una tristeza se apodera de mi corazón, pero rápidamente la criada de la casa viene con una taza de té y me la da, y así me saca de mis oscuros sueños.

— Hola cariño, tomar una bebida caliente, el viaje fue largo y sé que hace frío allí forra. - Ella sonreír con una simpatía amistosa. ¡¿Cómo puede tratarme tan bien si me conoce mal?! No veo la necesidad de responder a ella, solo tomo el té y lo tomo rápidamente aunque no estaba demasiado caliente.

— ¡Bébetelo todo así evitarás que te enfermes! - La miro de reojo mientras bebo el té y veo la mirada de preocupación y tristeza y termino haciéndole una pregunta.

— ¿Mis padres no me van a recibir? - ¿La cuestiono, no sé por qué está a mi lado hasta ahora si es solamente una empleada doméstica? ¡Lo correcto sería que llamara a los dueños de la casa y les dijera que he llegado!

— Bueno, quería, tus padres tuvieron un día completo y me pedirán que te acompañara y mañana ellos conversarían con más calma. - Veo en sus ojos que está intentando ocultarme algo, no sé si es en la entonación de su voz o si es por sus manos no parezcan quietas, veo su agitación entonces como una buena dama me levanto y le hablo.

— Muéstrame dónde está mi cuarto, quiero ir a acostarme. ¡Ya que es muy tarde de hecho! - Y así ella me hace guiando por los pasillos de una casa que yo nunca tuve la oportunidad de conocer, mientras caminamos por los extensos pasillos llenos de portar hecha de madera de roble, Sigo pensando en lo feliz que sería jugar dentro de esa casa en cuántos recuerdos podría tener aquí. Me entristece no crecer al lado de mis padres, pero sé que tuvieron sus motivos...

— Señora Lewis este es su cuarto y mañana traeremos sus cosas y una de las empleadas arreglaron todo. - Ella habla con la cabeza baja, así que la miro y hablo.

- Gracias por acompañarme al cuarto. - Ella me da las gracias con una sonrisa y cierro la puerta de mi nuevo cautiverio\, así es como me siento un animalito atrapado en su nueva silla de montar sin saber qué esperar de mi nueva celda de oro. La habitación está bien iluminada por las lámparas\, me pregunto si tuvieron tiempo para preparar todo\, pero no para recibirme.

Voy hacia una mesa de madera maciza que está en la esquina de la habitación con una jarra de plata y un vaso de cristal y lo lleno de agua lo tomo y luego cambio mi ropa y me quedo solo con las pesas íntimas y me voy a acostar. Intento dormir y termino la noche llena de problemas sin resolver, así que intento controlarme y con mucho costo duermo.

MAÑANA SIGUIENTE...

Me despierto con una mano pasando por mi cara y cuando abro los ojos veo un cabello rubio y ojos verdes en el tono de dos esmeraldas que termino no identificando, miro a sus ojos llenos de lágrimas y ternura y lo que siento al tacto es un amor que nunca sentí, pero siempre imaginé en mis sueños, este sentimiento que transmite a mí y sublime me quedo parada mirando para ella nunca tuve la oportunidad de vela en el convento que estaba. Era un internado, así que no teníamos permiso para salir y ni para recibir visitas, lo único que sabía era su nombre.

Resuelvo romper el silencio ensordecedor que estaba en mi habitación. - ¡Lucille Lewis! - Llamo por el nombre que tiene en mis cartas con la esperanza de ser mi madre, pero con el corazón afligido por esta engañada.

— ¡Sí, hija, soy yo, mi pequeña! - Ella me habla con la voz medio atrapada y ahogada por esta con el rostro pegado en mi cuello. Ella me aleja con delicadeza y yo con los ojos llenos de lágrimas no evito preguntarle.

- ¿Por qué fui enviado a ese lugar? ¡En una de tus cartas sé que me has explicado todo solo que quiero oír la verdad viniendo de ti y no de un papel! - Ella se sienta a mi lado y con la cabeza baja comienza a explicarse\, pero antes de que ella diga algo me doy cuenta de que su rostro está medio rojizo entonces la toco suavemente y termino preguntándole.

- ¿Qué es eso? - Ella se aleja y mira a la puerta de la habitación\, entonces ella se levanta y mientras ella habla va en dirección a la salida.

— Tuvimos nuestras razones para que fueras al convento, y debido a nuestros esfuerzos ahora podrás tener una vida mejor. ¡Y sobre mi cara no es gran cosa, ahora quiero que te vistas rápido y vayas a conocer a tu padre! - Ella coge el pomo de la puerta y sin mirarme habla una vez más antes de abrirlo y salir de mi habitación.

— Por nuestro bien espero que hayas aprendido a ser una dama completa y pesada que no desafía las órdenes de tu padre, aquí no es el convento que te has creado y la primera lección que debes aprender es que el orden de tu padre y la que cuenta solo obedece a él y todo estará bien! Lo hicimos porque te amamos y sé que puede parecer que no te amamos, pero eres nuestra posesión más preciada.

Ella sale de mi cuarto ordenando a una de las empleadas a venir a servirme, ella me ayuda a tomar mi baño y a secarme pone el corsé en mí y está bien apretado, ya estoy acostumbrada a eso y entonces ponemos la enagua del vestido y después de todos los preparativos que no son pocos finalmente el vestido viene por encima de la libra todo me siento en el tocador y criada me ayuda con los cabellos ella la trenza y pone algunos arreglos con piedras brillantes, Tomo un poco de polvo de arroz, todo bien ligero como me fue enseñado, rocío mi perfume y coloco mis joyas y después de buenas horas adornándome salgo de la habitación guiada por una muchacha de aspecto joven que trabaja en la casa hacia el comedor...

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Comments

Sami

Sami

quien sabe que le tendrán preparado 🙄🤔🤔

2023-04-05

1

Sami

Sami

hay mija el infeliz de tu padre le pega 😡😡😡😔

2023-04-05

1

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