capítulo 5, CAVAR SU PROPIA TUMBA

Después de esa conversación, la tensión que había entre Mary y Víctor se sentía. Ella no quería seguir tocando el tema, sin embargo, Víctor seguía insistiendo.

En esa semana, Mili recibió la sorpresa de la llegada de su novio, Maikel. Él decidió hacer la sorpresa en la empresa y averiguó todo mediante la información de las empresas. Llegó con un ramo de rosas rojas muy grande, chocolates y un anillo hermoso de compromiso. Llegó a la recepción, donde enseguida lo guiaron al piso de la oficina de Mili.

Cuando llegó a la oficina de Mili, ella no estaba. La secretaria de Diego que pasaba por allí lo atendió.

- Disculpe joven, ¿puedo ayudarlo? -preguntó la secretaria.

- Buenas tardes señora, ¿me puede indicar la oficina de la señorita Mili Ortega? -preguntó Maikel.

- Sí, está junto frente a ella, pero Mili está reunida con el joven Diego.

- Ok, entiendo. Entonces, ¿podría esperarla aquí?

- Sí, joven. Siéntese. Le ofrezco un jugo o café.

Al cabo de unos minutos, salió Mili con Diego riendo como siempre, haciendo bromas. Cuando Mili levantó la cara, vio a su hermoso Moreno de pie con un ramo de rosas y una gran sonrisa.

- ¡Maikel! ¡Eres tú! -exclamó Mili.

Mili caminó rápido y lo abrazó y besó apasionadamente. Diego y Camila, la secretaria, solo se quedaron de pie mirando la escena. Diego sintió cómo sus músculos se tensaron, tragó grueso y fijó su mirada a otro lado. Cuando Mili le contó que tenía novio, se sintió feliz por ella, pero justo en este momento, lo menos que sentía era felicidad. Esta sensación era algo inexplicable. No sabía qué sentía. Fue sacado de su momento cuando Mili le habló buscando su mirada.

- ¡Diego! ¡Diego, mírame! -dijo Mili.

- Sí, dime, Mili -respondió Diego.

- Él es Maikel, mi novio, y bueno, amor, él es Diego, mi mejor amigo.

- ¿Qué tal, bro? Mi nena me ha hablado mucho de ti. No sé por qué creí que eras bajito, pero hombre, me dejas chiflado. Eres bastante alto -dijo Maikel.

Diego solo extendió su mano y desvió su mirada hacia Mili. No dijo nada. Mili podía entender un poco la situación. Pasaba que Maikel era un chico muy hablador y extrovertido, y este temperamento chocaba con el Diego que era más introvertido y pasivo. Entonces, Mili lo llevó a su oficina. Diego continuó trabajando, y Mili se quedó hablando con Maikel.

Oye amor, ¿por qué tu amigo no habla? ¿Acaso es mudo y no me lo dijiste? Jajaja, ¿y cómo hace para trabajar aquí? Es como raro.

Para empezar, amor, jamás vuelvas a decirle así. Él sí habla, solo que es muy tímido y no sabe cómo hacer amigos o cómo comenzar a conocer gente, si me entiendes.

Ja, ja, ja, ok amor, no le volveré a decirle así, pero ¿por qué se le hace tan difícil eso teniendo ese porte? El men no es mal parecido, un poco flacucho, pero eso se arregla. ¿Y cómo es que está trabajando en semejante empresa?

Amor, te explico: él es una persona con Síndrome de Asperger, es un tipo de autismo. Solo trata de hablar calmado, sin tanto alboroto y, por favor, de manera literal. Nada de metáforas, refranes, cosas de doble sentido, porque tal vez no las comprenda del todo.

Oye amor, pero ¿por qué me dices todo esto? Vine a pasar tiempo contigo, no con él.

Sí, lo sé, pero este es mi lugar de trabajo y, de cierta manera, él es mi jefe. Quiere decir que me verás mucho con él.

Está bien nena, haré el intento. Agarrando suavemente su rostro y dando un beso muy salvaje.

Oye, oye, cálmate, estoy en mi sitio de trabajo, cualquiera puede entrar.

Cierto amor, entonces ¿qué hacemos?

Bueno, debo terminar unos reportes y entregarlos. Después de eso, nos vamos a mi casa.

Suena genial nena, te esperaré en este sofá súper cómodo.

Mili le da un beso tierno y se dispone a realizar sus reportes. Cuando ya estaba por terminarlos, entra Víctor a buscarlos, consiguiendo a Maikel acostado jugando con el teléfono.

Hermosa, ya están listos los...

Víctor queda inmóvil y con la cara arrugada al ver a Maikel, pero este estaba tan metido en el juego que no se percató de la presencia de Víctor en la oficina.

¿Tío, ya iba a llevártelos? Ya casi termino.

Mili, ¿él es...?

Maikel, levántate. Tío, disculpa, él es Maikel, mi novio. Vino a visitarme. Disculpa que estuviera acostado ahí, es que debe estar cansado.

¿Tu novio? -con cara seria y pocos amigos.

Maikel habilidoso se acercó extendiendo la mano.

Buenas tardes, CEO Víctor. Disculpe mi falta de educación, en efecto llegué cansado. Espero no dejar una mala impresión en usted.

No te preocupes, bienvenido. ¿Ya conoces a tu suegra?

No, aún no he tenido el placer.

Víctor le sonríe y se le acerca para que Mili no los escuche.

Es una mujer fácil de llevar, solo trátala con mucha confianza. No le gusta que la traten de señora ni de suegra. Llámala por su nombre como si la conocieras de toda la vida. Igual al esposo, ese no está con formalismos. Mientras más informal seas, te irá mejor, créeme.

Oh vaya, Víctor, gracias por los consejos.

Sí, pero los informales son ellos, no yo. A mí sí me gustan los formalismos, ¿si me entiendes?

Sí, sí, disculpe Sr. Víctor.

De pronto se escucha el sonido de la computadora apagarse y Víctor voltea y Mili que ya venía con los reportes.

Listo tío, ya todo está terminado. Disculpa lo tarde.

Tranquila hermosa, nos vemos mañana.

Víctor salió de la oficina. Maikel se sentía con ventaja para ganarse a la suegra según las recomendaciones de Víctor. Lo cierto es que Mary es una mujer muy dulce y todo, pero no le gusta que personas recién conocidas la traten con mucha confianza o abusen de la confianza que ella les pueda brindar. Por su parte, Boris es un hombre de protocolos. No sobrepasa los límites entre la confianza y el respeto.

Antes de Mili irse a casa, pasó por la oficina de Diego para despedirse y hacerle saber que se iría con Maikel. Después de eso, llamó a Mary y le explicó que preparara más cena porque llevaría un invitado especial. Mary estaba feliz porque sabía de qué se trataba.

Por otra parte, Diego se quedó en silencio, terminó y adelantó trabajo. Quería estar ocupado para no pensar ni sentir lo que sintió unas horas antes cuando vio a Mili con su novio.

Víctor llegó a su oficina para preguntarle si quería cenar con él.

¡Hola hijo! ¿Ya terminaste?

Sí, papá, ya estaba por recoger e irme.

Hijo, aprovecho para invitarte a cenar y así conversamos.

Está bien papá, además me gustaría quedarme a dormir con ustedes.

Muy bien, hijo.

Diego se fue con Víctor a cenar esa noche y ahí aprovecharía para hablar con él. Mientras tanto, Mili y Maikel se dirigían a la casa de Mary y Boris a cenar.

¡Hola familia, cómo están!? Ya llegué.

Hola hija, pasen. Bienvenido, Maikel.

Bueno mamá, papá, él es mi novio Maikel. Vino desde muy lejos a visitarme.

Bienvenido, pasen adelante. Ya la cena está lista.

Mucho gusto.

Maikel no tuvo mucho chance de hablar, ya que pasaron de una vez al comedor.

Maikel, espero que te sientas cómodo y te guste la comida.

Tranquila Mary, gracias. Sé que me gustará.

Mary, al escuchar que la tuteo, se sorprendió un poco, pero luego pensó que el chico debía estar nervioso. La cena transcurrió muy amena. Boris le hizo muchas preguntas y conversaron de todo un poco. Sin embargo, el chico a todos los trató de manera informal, como si fueran sus amigos. El rostro de Mary ya no era el mismo, estaba seria e incómoda. Boris solo carraspeaba y sonreía. Sabía que el chico estaba cavando su propia tumba al hablarle de esa manera a Mary. Mili también lo notaba, pero no encontró la manera de advertírselo al pobre Maikel. Una vez que terminaron de cenar, Boris y Mary van a la cocina a limpiar todo.

Son ideas mías o este tipo es un confianzudo.

Sí, noté lo mismo.

Por favor, ni siquiera nos conoce. ¿Cómo es posible que nos hable así?

Tal vez es su personalidad, mi amor.

No, al carajo su personalidad. A mí me respeta. Es más, encárgate de eso. Hazle saber su abuso de confianza.

Como ordene, mi hermosa esposa.

Te amo, mi amor.

En la sala, Maikel y Mili se quedaron con Neo y Boris Junior charlando.

Maikel: Creo que ya los tengo en el bolsillo, aunque esta gente es rarita. Primero el flacucho que no habla, y ahora este pobre en silla de ruedas. El calvo casi que tampoco habló y solo me miraba. Este mocoso (refiriéndose a Boris Junior) solo habla y habla, preguntándome por mis tatuajes. Y la suegra, uy, bueno, si la hubiese conocido a ella primero, tal vez fuera mi sugar mami. Esta comestible.

¡Maikel, me escuchas?

¡Ah! Sí, sí, amor. ¿Disculpa, qué me decías?

¿Que si reservaste en algún hotel?

Ah, no, amor. Creí que podría quedarme en tu apartamento.

¿Mi apartamento?

Sí, podemos quedarnos juntos esta noche, ¿no crees? La pasaremos muy bien.

Maikel, te dije que no estoy preparada aún. Además, no tengo ningún apartamento.

Mili, sabes que te deseo. Por favor.

Maikel, creo que no es el momento ni el lugar para hablar de eso. Si no reservaste, creo que puedes quedarte.

Solo si duermo contigo.

Ya, amor.

Está bien, me quedaré. Mañana buscaré donde hospedarme.

Después de seguir charlando un rato largo, donde Maikel se hundía cada vez más con respecto a la actitud que él tomó con su suegra, queriéndola tratar como a su hermanita pequeña, o tía, incluso mejor amiga. Por Dios, no sabía con quién estaba hablando. Todo esto fue una muy buena jugada de Víctor, que al parecer la primera fase estaba dando resultados.

Después de conversar, Mary se retira lanzando una mirada cómplice a Boris e indicándole a Mili que la acompañara. Se fueron a la habitación de Diego porque allí era donde se quedaría Maikel.

Boris le hace señas a Maikel para salir al jardín un rato y poder conversar mejor.

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