Introducción

En un lugar de la majestuosa Italia se encuentra la mansión de los Michelli, donde todos los miembros de la familia están reunidos para desayunar. Sebastián Michelli ocupa el lugar de la cabeza, como líder de la familia. A su izquierda está su hermana menor, Michell, quien representa a la segunda en el mando familiar. A la derecha de Michell se encuentra Valentín Moretti, su esposo, y finalmente, a la derecha de Sebastián se sitúa Verónica Urdi.

Michell después del trabajo quiero que tu y yo almorcemos juntos para poder hablar de algunas cosas de la empresa. - Dijo Sebastian cortando un pedaso de su pancake y viendo a su hermana.

Claro a qué hora quieres que esté en tu oficina? - Michell dijo mientras escribe algo importante en su celular.

A las 12:30 pm esta bien es que voy a estar en una reunión así que voy a necesitar que me esperes. - Sebastian vio su celular para revisar que hora era. Al ver que ya eran las 8 se apresuro para poder levantarse y poder retirarse al trabajo. Cuando Veronica lo interrumpió.

Sebastian no necesitas que yo los acompañe acuérdese que yo también tengo acciones en la empresa. - Al decir esto Veronica tenia una sonrisa que no contenía emociones.

No, Veronica no necesito que tú vayas con nosotros. - Dijo Sebastian con una cara seria.

Despues de esto Sebastián se levanto de la mesa y se acerco a su hermana para poder depositar un beso en su frente al terminar se retiro a la oficina.

Al llegar a la oficina, su secretaria Vanessa comenzó a coquetear con él, como solía hacer. Siempre vestía faldas bastante reveladoras y llevaba los primeros tres botones de su blusa desabrochados mostrando su sosten rojo. Sin embargo, Sebastián, como siempre, no le prestó atención.

Vanessa no quiero que me interrumpa nadie por favor avisame cuando la reunión empiece. - Dijo Sebastian sentándose en su silla y prendiendo su computadora para poder empezar a trabajar.

Está bien Señor Michelli. - Dijo Vanessa con una voz coqueta y seductora.

Al cabo de un rato, Vanessa entró en la oficina de Sebastián para informarle que Leonardo estaba esperando afuera.

Dejalo pasar por favor Vanessa. - Dijo Sebastian observando su computadora que tenia un coreo muy importante de la fiesta que estaban preparando.

Hola cómo estás. - Dice Leonardo con una gran sonrisa en su rostro

Bien supongo que viniste a la reunión. - Dijo Sebastian viendo a su amigo de reojo y son una voz de amargura.

Sí pero también vine a ver a mi mejor amigo. - Dijo Leonardo sentándose en el sofa que tenia Sebastian en su oficina.

Después de un rato de platicar Vanessa entra y les dice que la reunión ya va a empezar.

Leonardo necesito que contrates a un secretario. - Diciendo esto Sebastian se levanta de su escritorio para poder ir a la reunion que iba a empezar en unos cuantos segundos.

De verdad pense que Vanessa iba a ser mas profesional en su trabajo pero ya veo que no siempre andan detrás de el Gran Sebastian Michelli. - Dice Leonardo con una risa de burla

La reunión en la que participaron tanto Sebastián como Leonardo presentó algunas dificultades, pero al final lograron llegar a un acuerdo con los inversionistas. Cuando Sebastián llegó a su oficina, Michelle ya lo estaba esperando, sentada en un sillón.

Pensé que ya no ibas a venir. - Dice Michell levantándose del sillon para poder darle un abrazo a su hermano.

Perdón es que hubo algunas dificultades con los inversionista pero ya nos podemos ir. - Dijo Sebastian regresando le el abrazo a su hermana. Despues del abrazo Sebastian se encamina a abrir la puerta.

Está bien. - Dice Michell agarrando su bolso y dirigiéndose a la puerta.

Al llegar al restaurante, Sebastián da su nombre para que le asignen una mesa. Luego, hacen su pedido y, mientras esperan, comienzan a conversar.

Sabes que creo que tú necesitas una novia o esposa, estás muy solo. - Dice Michell de la nada sorprendiendo a Sebastian bastante.

Michell no empieces no pienso juntarme con nadie y mucho menos casarme con alguien. - Dice Sebastian fastidiado de que su hermana siga insistiendo con el mismo tema.

Después de aquella breve conversación, todo transcurrió con normalidad. Continuaron hablando de otros temas hasta que llegó su comida. Al terminar el almuerzo, Michell regresó a la mansión, mientras que Sebastián se dirigió a la oficina. Fue entonces cuando Sebastián comenzó a reflexionar sobre lo que su hermana le había dicho.

Sería que si tenía que conseguir a alguien?

Al reflexionar profundamente sobre esta pregunta, solo una persona venía a su mente. Sin embargo, no es que no quisiera a nadie en su vida; lo que realmente temía era que alguien se involucrara demasiado en la parte peligrosa de su vida y terminara saliendo lastimada.

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