" Porque me pones así chico guapo, eres un completo desconocido, porque apareces y mueves todo mí mundo y mí tranquilidad " Melina se dijo en voz alta mientras caminaba rumbo a su casa.
Alexander estaba pasando por lo mismo, él estaba sentado en su asiento del autobús d regreso a casa, iba tan pensativo y sólo miraba por la ventanilla, cómo si quisiera ver caminar a un lado a la chica del overol gris.
" Qué me está pasando, me estoy volviendo loco, es éso, estoy perdiendo la razón " Alexander también se dijo en voz alta, olvidó qué él autobús iba repleto de estudiantes, todos voltearon a verlo y sé soltaron riendo.
Alexander se sintió avergonzado por tal acción, había quedado en ridículo ante todos sus compañeros.
Alexander al fin llegó a su casa y bajó apresurado, no sin antes qué todos le repitieran las palabras qué se decía pará él mismo.
Se le hizo el trayecto larguísimo, sólo quería bajar y que no le vieran su rostro rojo cómo un tomate.
Entró a la casa y estaba sóla, sólo un enorme silencio lo acompañaba, su madre Alma trabajaba todo él día y no regresaba hasta caer la noche, muchas veces Alexander sufría al ver a su madre trabajar tan duro, todo pará darle a él un mejor futuro del qué ella no tuvo, sabía qué su madre sufría en silencio, la había escuchado llorar desconsoladamente por las noches, se le partía él corazón al escuchar y no poder hacer nada, intentó en muchas ocasiones hablar con ella de todo éso qué llevaba cargando en su interior, pero siempre le evadía sus preguntas, Alexander aprendió a escuchar a lo lejos y a sufrir junto con ella.
Le daba la impresión qué su madre no había podido superar él abandono de su padre, en veinte años seguía sufriendo por su ausencia.
Alexander se sentía culpable por arruinarle la vida, su juventud y su alegría, todo éso él se lo arrebató al momento de llegar a su vientre.
Alexander qué había pasado todo un día pensando en una desconocida, ahora su sentimiento cambio a uno de tristeza, era inevitable sentirse así al llegar a casa y no encontrar a su madre, de no poder entablar una conversación con sus cosas.
Empezó a preparar algunos alimentos, se sentó a la mesa y dejó preparados para su madre, siempre le dejaba pará su llegada, al menos no tendría qué llegar cansada y seguir en la cocina, Alexander le ayudaba con los que a seres de la casa, todo pará qué su madre llegará directo a descansar después de un largo día de trabajo.
Alexander estaba terminando de lavar los platos, tenía qué barrer y lavar alguna ropa...Sus pensamientos regresaron a la normalidad, se olvidó de la chica con todo lo qué llegó haciendo a su casa.
Ni siquiera Alexa se cruzó en su memoria, su móvil quedó inservible y no tenía manera dé qué ella lo llamara.
Estába por caer la noche y Alexander recien terminaba de ducharse, llevaba una toalla en la cintura, su casa tenía una segunda planta aún siendo muy pequeña, su madre tenía su recámara en la parte de abajo y él dormía en la parte de arriba, tenía su propio baño.
Escuchó qué alguien tocó a la puerta, su madre aún no llegaba, estaban insistiendo mucho, Alexander creyó qué era su madre y había olvidado sus llaves, se puso un shorts con rapidez y bajó rápidamente a la puerta, al abrirla se sorprendió al ver de quién se trataba, Alexa estaba parada frente a la puerta.
" Hola mí amor, me extrañaste " Alexa sonrió al verlo con coquetería.
" Alexa " Alexander se quedó mudo, la presencia de Alexa lo tomó por sorpresa, no esperaba su visita, es más la hacía aún en su viaje con sus amigas.
" Qué té pasá mí amor, acaso no te da gusto verme " Alexa sonrió y lo miró con lujuria.
Alexander solo llevaba shorts y gotas de agua aún escurrían de su cabello y sobre sus pectorales hacía su abdomen.
Alexa lo encontró exquisitamente antojable qué se mordió un labio, verlo recién bañado y con gotas cayendo de su piel la acaloro al instante.
" Por supuesto qué me encanta verte, sólo qué no té esperaba y me tomaste por sorpresa " Alexander dijo al ver cómo ella lo miraba con tanto deseo.
" No vas a invitarme a pasar, me imagino qué estás sólo o no " Alexa ni siquiera espero qué Alexander contestará, pasó por un lado y entró a la casa, Alexander no supo qué decir, no era ningún niño qué tuviera miedo a estar a solas con una mujer, pero había evitado a toda costa estarlo con Alexa, ya qué sabía lo qué ella quería de él, y no pensaba cometer un error del qué en él futuro sé pudiera arrepentir..
Alexander cerró la puerta, no quería qué nadie viera qué una chica se metía a su casa, su madre podría enterarse y probablemente se molestaría.
" Alexa, no quiero sonar grosero pero no creo qué sea buena idea qué estés aquí, la gente puede murmurar " Alexander se sentía algo inquieto, su madre podría llegar en cualquier momento.
" Mi amor no té preocupes, soy tu novia y ya no son esos tiempos de antes, podemos hacer lo qué queramos y nadie tiene qué opinar de nada " Alexa se fué acercando lentamente a Alexander, su mirada quería devorarlo, se mordía un labio al verlo semidesnudo.
" Alexa ésto no está bien " Alexander se puso muy nervioso, las manos de Alexa lo empezaron a tocar, empezó a sentir cómo recorria su piel con sus dedos, cómo se pegó a su cuerpo, sin más sus labios fueron tomados por los ardientes de Alexa, parecía qué ella tenía todo planeado, la forma en qué llegó inesperadamente, ella sabía qué a ésa hora se encontraba sólo.
Alexander quería impedir llegar más allá, pero la boca de Alexa succionaba la suya sin tregua alguna, sin duda alguna sus besos enloquecían a cualquiera, parecía una experta en la materia, y Alexander en sus manos parecía un adolescente inexperto...
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