Dereck llegó sin demora al encuentro con su bella.
—Hola—Sonrió al tenerla de frente como si hiciera mucho tiempo que no la ve.
—Hola—La chica lo abrazo, Dereck se quedó inmóvil, es la primera vez que le da una muestra de cariño.
—¿Te sientes bien?—Ella negó—¿Quieres comer algo, o ir algun lugar?
—Esta bien quiero comer algo—No había comido nada.
El la llevo a un restaurant, en el hotel donde la hospedaría, por esa noche.
—Hoy te quedarás aquí, mañana iremos a ver un apartamento, ya la señora de bienes raíces me confirmó.
—Gracias, espero poder pagarte pronto lo que estás haciendo por mi—Sonrio tímida.
—Con tu sonrisa estoy más que pagado—La miro a los ojos, ella los esquivo, ya que no podía mirar esos ojos sin sentir rabia.
Después de comer, la ayudo a ir a su habitación.
—Bueno por hoy estarás aquí—Se puso nervioso, a él le gustaría darle un beso pero le tiene miedo al rechazó—¿Podemos cenar? No iremos a ningún lado si quieres puedo traer y comemos aquí en la habitación—Levanto las manos—Solo será comer, no hay nada detrás—Aclaro, lo que menos quiere es que ella piense lo que no es.
—Esta bien, cuando te desocupes puedes venir—No le quedó de otra que aceptar.
Se despidió y se fue a la empresa nuevamente, él la había visto tan triste que lo único que quiere hacer es animarla, pero no tiene ninguna idea de cómo hacerlo.
A su corta edad no ha tenido una novia legal, las chicas solo se le acercan con un propósito desde que comenzó a crecer, ellas solo quieren, sexo, o dinero, a si que no se ha tomado la molestia de Pensar en lo que a las mujeres les gusta o en como complacerlas.
—Marilin—Llamo a su secretaria.
—Digame señor.
—Tu como mujer, si estuvieras sola, triste, que te gustaría que te regalarán para sentirte bien—Le pregunto de una manera muy profesional.
—Un viaje, a Dubái—Dijo la chica con una sonrisa—Sonrío, ya que estaba bromeando. Dereck carraspeó—Lo siento era una broma, yo tengo un gato, eso siempre ayuda a sentirse mejor, una mascota, un gato, un Perro—Se encogió de hombros.
—Gracias Marilin—Se quedó pensando en lo que la chica le dijo.
En la noche cuando salió de la empresa fue a un restaurant para comprar comida, el tiene quien haga todas esas cosas, pero le gusta hacerlas el mismo, pidió comida china, no sabe que le gusta asi que pidió varias.
Llegó al hotel y se dirigió a la habitación, no sabe porque, pero está muy nervioso.
Tocó a la puerta y espero un buen rato antes que está fuera abierta.
Charlotte abrió la puerta, recién bañada, olía divino, el jabón, el champú, hacían que en la habitación hubiera un agradable olor.
—Servicio a cuarto—Bromeo, lo que sacó una sonrisa a la rubia.
—Pasa—se hizo a un lado para que el pudiera entrar.
Así lo hizo, colocó las bolsas en una mesa, la habitación del hotel era muy cómoda, como un tipo estudio, tenía, cocina y un pequeño recibidor.
—Trajiste comida como para una semana.
—Es que no sabía que te gustaba así que traje varias—Dijo como si nada.
Ella abrió las bolsas y supo que era comida china, enseguida quiso llorar, era lo que su papá siempre le llevaba a casa cada vez que salía de viaje.
—¿Tienes algo?—Se acercó a ella, al ver cómo cambio sus facciones.
—No es nada, es solo que me hizo recordar a mi papá.
—Lo siento no lo hice con esa intención.
—Esta bien, no tienes porque disculparte por todo—Fue un poco ácida..
El solo agachó la mirada, se sintió un tonto.
—Disculpa Dereck no fue mi intención.
—Esta bien vamos a comer, debes tener hambre—Se sentaron a comer, cada uno agarro lo que más le gusta y en medio de una conversación, cenaron, a Charlotte le pareció amena la conversación, Dereck le parece muy tierno, en ese momento, revivió uno de los momentos que pasaba al lado de Sebastián.
Después de un par de horas de conversaciones y risas, el joven se retiró a su casa, el día siguiente irían a ver apartamentos para que ella viva.
El día siguiente, Dereck llegó en la mañana para ir con Charlotte, ella ya estaba lista enfundada en un vestido, negro, un poco holgado pero que deja ver su figura, sus tacones Negros, y el cabello suelto.
—Estas muy hermosa—La halaga ella, se siente tímida, nunca la habían halagado.
Se dirigieron al primer apartamento que verían.
La vendedora les explico: el apartamento, está ubicado en una zona segura, es amplio, cuenta con dos habitaciones, sala cocina, comedor y un estudio muy acogedor, para mayor comodidad está totalmente amueblado.
Las paredes tienen un color blanco haciendo juego, con las cortinas, el sofá es color azul marino, una pared totalmente de vidrio, que tiene en la sala y el color de las paredes, hace que se vea muy grande e iluminada, Charlotte se sintió como en casa solo con poner un pie dentro del inmueble.
Los ojos le brillaron como hace tanto tiempo que no lo hacía.
—¿Te gusta?
—Es muy bonito a decir verdad, me gustaría quedarme con este—Miraba de un lugar a otro.
—No te parece Pequeño—Dijo dudoso.
—No—Movió la cabeza—Es perfecto, para mí lo es.
—Esta bien, este será—Hablo con la vendedora e hizo el negocio.
—Ya mañana podrá mudarse—Le aseguro la mujer.
—Disculpa Charlotte tendrás que quedarte de nuevo en hotel.
—No te preocupes, está bien.
Se fueron a comer algo, después Dereck tuvo que regresar a la empresa, con la promesa que cenaran juntos.
Así lo hicieron en la noche, quedando en verse a medio día para ir a su nueva casa.
A la hora indicada el joven llegó por ella.
—Vamos, te tengo una sorpresa—Dijo emocionado y nervioso, no sabe si le vaya a gustar.
Llegaron al edificio, subieron el ascensor, Dereck abrió la puerta con cuidado.
—Puedes ir a la habitación, a dejar esas cosas—Le dijo para que fuera ella quien entrara primero.
"Que mal educado" pensó ella, pero se dirigió a la habitación, abrió la puerta y escucho unos ladridos.
-Guau, Guau- una cosita chiquitita y peludita corría por todos lados ladrando, a ella le pareció tan hermoso.
—Dereck, tu...
Sentía un nudo en la garganta, su mamá nunca la dejo tener una mascota—Tu lo has traído para mí—Lo tomo en los brazos—Es tan bello.
Dereck se sintió complacido al parecer pego una con la chica.
—Gracias es hermoso, mi mamá nunca me dejó tener uno, a pesar que me complacían en todo—Los ojos se le cristalizaron.
—Es tuyo, que Nombre le pondrás.
—¡Ay que emoción! no sé.
—Es un Pomerania Lulú Mini Toy—Acoto Dereck, lo sabia ya que su asistente fue quien se lo consiguió.
Ella se sentó en la cama, Dereck también lo hizo, al joven le parecía hermosa la mascota, asi que comenzó a rascarle la panza, mientras sonreía, con esa sonrisa impecable.
Charlotte se lo quedó mirando, mientras juega con el perro, lo vio diferente, nunca se habia tomado el tiempo de verlo, a pesar de tener esos ojos que tanto odia, tiene una sonrisa muy hermosa, los hoyuelos que se le hacen en las mejillas. Sus labios carnosos, sus cejas pobladas, era realmente muy guapo.
"Lastima que tiene que ser hijo de quien eres" pensó.
El se dió cuenta que ella lo estaba mirando, así que se detuvo, se acercó a ella con mucho sigilo para no espantarla.
Ellos quedaron tan cerca, ella evito a toda costa no mirar sus ojos, si no, no podría.
Dereck acercó un poco más sus labios, Charlotte cerro los ojos, esperando el beso, el inevitable beso.
Ella ya no podía evitarlo más, y no porque lo deseara si no porque debía hacerlo.
Cuando Dereck junto sus labios, un cosquilleo se esparció por toda su boca, recorriendo su espina dorsal, y las cosquillas llegaron justo en su vientre bajo, ella quiso apartarse cuando sintió eso, pero ya Dereck había invadido su cavidad bucal para entonces.
El pequeño compañero de Charlotte. Chiki
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Comments
Antonia Garcia
Que bonito la historia enpieza bien gracias
2024-02-08
1
Edith Zenteno
Que hermoso perrito a mi me encantan todos los perros no importa si son de raza o no
2023-10-01
1
Andre
ay que triste y Charlote solo quiere venganza ☹️☹️☹️
2023-06-02
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