La Venganza De Charlotte

La Venganza De Charlotte

Cap. 1

—Buenas tardes joven, podría usted por favor ayudarme a conseguir esta ubicación—Si en algo aprendí del mejor.

—Claro, permítame—Toma en sus manos el papel con la falsa dirección lo único que quería era conversar con él.

—Señorita—Me mira por un buen rato—Esta dirección esta algo retirada.

—Muchas gracias seguiré caminando entonces—Lo miro con ojos de cachorro, el hombre aún sigue con sus lentes oscuros puestos.

—Si gusta la puedo llevar, me queda de pasó—Bingo era justo lo que quería.

—Me da mucha vergüenza con usted, mejor dígame por dónde debo irme y caminaré.

—De verdad que está algo retirado de aquí, pierda cuidado yo la llevará—Me muestra una impecable sonrisa, yo no estoy viendo si es guapo, si es blanco, gordo, flaco lo único que quiero es meterme en su familia.

Amablemente me abrió la puerta de su auto para que entre.

Estando ya dentro del auto, se quitó las gafas, sus ojos, esos malditos ojos.

Contuve la rabia, la desesperación para no lanzarme sobre el y rebanarle el cuello.

—¿Como te llamas preciosa?

—Charlotte Anderson—Le doy mi mano.

—Derek Scott—Hora de fingir.

—Dereck Scott el hijo de William Scott el CEO de empresas Scott.

—¿La conoces?

—Quien no los conoce, si son la empresa más exitosa de el país—De esta manera llegaré hasta ellos.

—Aqui es la dirección Charlotte, fue un verdadero placer conocerte—Me coloca una tarjeta en las manos antes de bajarse a ayudarme a salir.

—Muchas gracias señor Scott, hasta luego.

Estratégicamente deje mi teléfono celular en su auto, el me dió su tarjeta pero no seré yo quien lo llame, por lo menos no directamente.

Espero en el centro comercial una media hora, para llamar a mi teléfono.

Da varios tonos y nada que contesta, desisto por un rato..

Sus ojos.

El día que lo conocí hace 7 años, así mismo me abordo en la calle por una dirección, ahora me doy cuenta que siempre me vio, pero ese día se atrevió a acercarse.

Maldito, maldito desgraciado, te juro que me vas a pagar cada lágrima, cada dolor que pase, cada momento en soledad.

Llegó al apartamento que tengo alquilado, no me puedo quedar en un solo sitió.

Me lanzó en la cama, el momento casi llega William Scott, de nuevo nos volveremos a ver las caras.

Intento nuevamente realizar la llamada, pero nada que obtengo respuestas, será que no se dieron cuenta, más tarde lo vuelvo a intentar.

Me doy un baño, me coloco una ropa para dormir.

Intento nuevamente, si no me iré a dormir, repica dos veces y alguien contesta.

—Buenas noches, disculpe que le moleste—No lo dejo ni hablar—Es que se me extravió el celular por la tarde y no se dónde.

—Señorita Anderson—Su voz fuerte llega a mis oídos—Se le quedo en mi auto, ¿como hacemos para entregárselo? ¿porque no me llamo?

—Disculpe es que tengo extraviado el teléfono, es más es usted quien lo tiene ahora mismo.

—Oh, si, es verdad, disculpa, podemos vernos mañana a la hora del almuerzo para hacerle entrega de su aparato.

—Me parece muy bien, usted me dira dónde, y yo estaré allí.

—Mejor usted me da su dirección y yo la paso recogiendo.

Bien, muchas gracias, le doy mi dirección y cuelgo la llamada.

Me meto en la cama, se que será difícil lograr lo que tanto quiero, se que Willians no sera tan fácil de manejar, bien puedo llegar y meterle un solo tiro en medio de los ojos, pero eso sería para el un dulce, el merece sufrir, y sufrir mucho, por eso debo casarme con su hijo Dereck.

No sé cómo voy a poder estar con el, mirarlo a los ojos, será algo horrible, porque son sus ojos, los mismos ojos que me hicieron tanto daño.

Me quedo dormida, el rato que puedo hacerlo, ya que la misma pesadilla me persigue por 7 años.

Al amanecer hago mi rutina de ejercicios, no soy muy femenina, tengo un cuerpo y un rostro espectacular, pero tengo el corazón y el alma destrozados, creo que no habrá nada que logré sanarlo, solo ver a ese maldito y su familia arrastrados a mis pies, cuando los deje sin nada.

Los recuerdos me agobian me queman.

Mami, papi llegue—Estoy tan emocionada, ya mañana es el gran día, Camino por el espacio de la casa, mis padres no salen a recibirme como todos los días, Sebastián viene detrás de mi, ya que lo convencí para que viniera a comer con nosotros.

Subo las escaleras, en su habitación no están, me parece raro, mis padres a la hora de la comida siempre están aquí.

—Mami, papi—Los llamo con temor, un miedo en mi pecho.

Bajo de nuevo, Sebastián me pregunta pero niego, seguro están en el despacho, al poner un pie dentro de este, una voz gruesa que ya había conocido antes, llegó a mis oídos paralizado mis pasos.

—Te estaba esperando pequeño ratoncito—Una sonrisa retorcida apareció en su rostro tensando mi cuerpo, iba a preguntar por mis padres, pero al voltear mi rostro al otro lado, cada parte de mi cuerpo se congelo al ver tan atroz escena.

—¡Nooooooo! Fue lo que salió de mis labios para salir corriendo a ellos—Mamá, papá, no ustedes no por favor—Cai de rodillas al piso justo frente a ellos—Maldito bastardo que le hizo a mis padres—Llore, el dolor que sentía en mi pecho era horrible, sentía que no podía ni respirar, sentía que mis pulmones estaban llenos de espinas en vez de aire.

Me levanté yendo hasta ese horrible hombre, golpee con fuerzas su pecho.

—Charlotte—la voz de Sebastián apareció en mi campo de audición.

—Sebastian, corre, huye—Le grite antes que el cuerpo del chico que tanto me gustaba cayera inerte al piso.

—¡No, Sebastián no!—Suplique con ese dolor más horrible en mi pecho.

Mis padres, el hombre que amaba estaban muertos. Habían muerto a manos de este hombre, sin saber porque.

El solo maldito recuerdo me quema la vida, me quema la sangre, lo único que deseo es tenerlo de frente demostrarle que ya no soy aquella niña tonta e indefensa que no pudo defenderse.

Limpio mis lágrimas, antes de entrar al baño, tengo una cita y una venganza que cobrar.

Me coloco un vestido y tacones, muy pocos los uso, ya que siempre después de eso he usado pantalón de cuero, y botas , hay situaciones que ameritan ser una mujer indefensa, a veces solo hay que jugar como ellos, ser despiadados, no me causa ningún remordimiento jugar con este chico, que nada tendrá que ver con la basura que es su papá, pero mis padres, Sebastián tampoco lo eran, y aún así pagaron por algo de lo que no sabían, y aún no sé.

Maldito Willian Scott.

Hola, de nuevo yo, con esta historia, por qué les dejo el primer capítulo para que la agreguen a su biblioteca, y me acompañen con sus comentarios a través del desarrollo de la misma. un beso ♥️

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Comments

Beatriz

Beatriz

Se ve buena pero me parece haberla leído una vez u otra parecida

2023-10-04

1

Luz Ormeira Mosquera Aristizabal

Luz Ormeira Mosquera Aristizabal

increíble la historia de principio, la venganza no es nada buena, pero según la circunstancias , toca averiguar qué pasó,y porqué,

2023-09-30

0

Sandra

Sandra

hola guapi,ya me engancho,con el primer capítulo,muchas feliciddaes

2023-07-11

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