Sentencia de muerte.

Desde que tengo memoria, siempre le he reclamado a mi madre mi derecho a saber quién es mi padre. No había podido obtener su nombre, espero que cumpla su palabra y me diga quién es.

¿Qué tanto piensas?

En mi padre.

Estás ansiosa, tranquila mi amor. Él te va a adorar, eres una dulzura.

Gracias amor, aún así me da nervios.

Llegó la noche, Derek en compañía de Verónica mirando una película en la sala. Hace días no podían compartir de esa manera, tenía tanto trabajo que no habían podido compartir un momento a solas. Le dieron la noche libre a la señora. Por más que Derek le insistió a Verónica que se pasara a la otra habitación, no logró convencerla. Tuvo que conformarse con que ella aún sigue viviendo en su casa. Por otro lado, Lucas en compañía de Natalie se encontraban mirando los últimos detalles para el otro día.

Amor.

Dime preciosa.

No te arrepientes de estar a mi lado.

No, no te dejes llenar de ideas locas. No importa si mi padre y mi madre o mi hermano están cerca, porque si no eres bienvenida en ese lugar, no voy a permitir que te lleguen a ofender. Los invité únicamente para que no digan que soy desagradecido y que no los tengo en cuenta en mi vida personal.

Gracias.

Las hormonas la tenían pensando en demasiadas cosas, por suerte tenía a su lado alguien que la quería ver bien. Aunque Lucas era joven, tenía claro que su hijo iba a recibir el amor necesario. No le importaba iniciar de cero. Desde que supo que tendría un hijo, su pensamiento cambió radicalmente. Se encontraba viviendo la luna de miel que no se acordaba que tenía varias deudas por pagar y que aquellas personas no se encontraban satisfechas. Pues cada vez que lo iban a buscar en sus lugares más frecuentes, no se encontraba. Se les estaba escondiendo, cosa que hizo que el señor Rodrigo se sintiera ofendido y lo mandara a buscar por cielo y tierra. Pues nadie se burlaba de él. Todos sabían lo despiadado que era cuando no cumplían con su palabra.

"Señor, hace poco me dieron razón de Lucas."

Habla.

Me informaron que se está escondiendo en la casa de una señora mayor, según lo que me dijeron es su mujer, y el día de mañana a las 2 de la tarde van a celebrar un baby shower. Así que creo que ese es el momento indicado para llegar.

Perfecto.

Sí, señor.

El hombre se encontraba saliendo del lugar cuando su jefe hizo una seña de que regresara.

Sí, señor.

Ya me cansé de estar buscando a ese mal. No necesito que me pague, su dinero no va a recompensar la burla que me ha hecho pasar con las demás personas. Así que necesito que de esa fiesta no salga vivo él y su mujer.

Sí, señor.

Sin saber qué le causaría dolor profundo a su hija, había dado una orden definitiva, sin imaginar que aquello le traería dificultades en el futuro en su relación de padre e hija. No tenía presente que la otra persona que había mandado a matar era la mujer que por tanto tiempo había amado, de la cual aún deseaba tener a su lado.

La noche cayó y cada quien se fue a su habitación. Aunque anhelaba cumplir sus sueños húmedos, tenía que conformarse con verla todos los días y tenerla cerca. Todos los días se levantaba con el cuerpo sudado, aquellos sueños que no le dejaban seguir adelante lo torturaban. Al salir de la habitación y tenerla de frente, aquellas imágenes llegaban a su cabeza, cosa que Verónica ya había captado hace rato y solo le causaba gracia.

Bien temprano, Derek se encontraba bañando con agua fría. Verónica aprovechó para llegar a la habitación y colarse para verlo con el rojo. Sabía que él se resistía todos los días y de vez en cuando quería jugar un poco con su imaginación.

"Vero!"

"Sí, amor."

Derek miraba para todos lados como tratando de huir. No tenía escapatoria, tenía que pasar por al frente de ella.

"¿Me tienes miedo?"

"No."

"Mm, ¿te ayudo a vestir?"

De manera seductora, Verónica se levantó de la cama y caminó directamente hacia él, tomando delicadamente un extremo de la toalla, dejándolo totalmente al descubierto su desnudez. Sin dejar que él reaccionara, tomó con sus manos su entrepierna.

Nunca había tenido la sensación de tomar la iniciativa de hacer ese tipo de cosas, pero llevaba más de dos días luchando con las ganas de estar en la cama con él y la única manera que encontró de calmar esas ganas fue acercarse a su cuerpo. Aún siendo inexperta, Derek puro disfrutar cada movimiento que ella hacía. Aunque era algo torpe, aquellas sensaciones lo hacían elevar.

Salieron a las 7 de la mañana para la empresa, ya que tenía una reunión a las 8:30. No podría faltar aquella reunión, si no fuera por ella, hubiera decidido tomarse el día libre.

- Vero, ¿qué le vas a llevar a tu mamá?

- Hice un pedido por internet a una tienda. Si no estoy mal, por ahí a las 11:00 me traen el detalle. Mejor entra a la reunión, que ya te deben estar esperando. Creo que te he entretenido mucho en este rato.

- Por mí, fuera no trabajar y estar contigo en todo momento.

Derek salió directamente a la sala de conferencia para recibir a una nueva inversionista. Aún no tenía detalles de quién se trataba, pero más o menos conocía que su nombre era Liliana. Derek fue el primero en llegar. Verónica aprovechó para salir a la cafetería a tomarse una bebida. En ese trayecto, miró a una joven guapa que comenzó a tratar mal a todas las personas que pasaban por su lado.

Pero lo que más le dejó impactada fue tenerla frente a ella y que la tratara como si fuera un bicho. La mujer no ponía cuidado por donde pasaba y le empujó bruscamente, haciendo casi que se caiga. Cosa que Verónica no pudo soportar y rápidamente le dijo que pusiera más atención.

- ¿Quién te crees? Tú eres una simple empleada de este lugar, así que pon mucha atención con quién hablas, porque puedo hacer que te quedes sin trabajo este día.

- Vea pues, eres la dueña o qué. Así sea una simple empleada, merezco respeto. Porque así como tú me tratas, te voy a tratar.

Estuvo a punto de tomarle el pelo a Verónica, pero fue más rápida y le sostuvo su mano antes de que lo hiciera.

¡Suelta me, gata!

Ja, ja. Bueno.

Le soltó la mano y rápidamente le dio un pequeño empujón para que se alejara. Tenía que estar prevenida con esa mujer. Verónica se dio la vuelta y, sin ponerle cuidado a quién era esa mujer, se dirigió directamente a la cafetería.

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