En el corazón no se manda.

La madre de Derek lleva días tratando de convencerlo de que vaya a visitarla. No lo ha querido hacer para no dejar sola a Verónica, pues han pasado más de 8 días desde que tuvieron aquella cena donde conoció a Julián y, por más que trata de que ese hombre no esté cerca de ella, aparece como aquella mosca que ha caído en la sopa.

Le manda detalles, chocolates, rosas, todo aquello con la intención de ganarse su cariño. Esto lo ha tenido de mal humor, no está dispuesto a permitir que alguien le quite la persona que está queriendo o que tal vez siente en su corazón que se está enamorando, pero aún no se ha animado a confesarle lo que siente. Tiene miedo de ser rechazado. Es una chica diferente a la que él ha estado acostumbrado a tener a su lado.

Sin embargo, ha decidido que esa noche se animará y le confesará que la quiere, y tal vez así lograr ganarse su corazón. Pero tiene que ir paso por paso para no equivocarse en el trayecto.

Reservó una pequeña cabaña en el bosque, allí cerca de la playa, ha organizado una pequeña cena romántica. Primero quiere tener una relación sana con esa mujer para ir directamente a presentarla a su madre. Han pasado varios días donde no ha querido ir a visitarla y, por otro lado, su hermano Lucas no ha regresado a la casa, cosa que ha tenido a su madre muy impaciente.

"Madre, el día de hoy voy a estar ocupado. Si quieres, mañana en la tarde saco tiempo y nos vemos. Te quiero presentar a una chica", le hablaba Derek a su madre por teléfono con una sonrisa en sus labios. No se había percatado de que una pequeña sombra lo estaba vigilando. A lo lejos, Verónica había escuchado la conversación y sintió una tristeza que la invadía en todo su ser. No podría creer que Derek esté saliendo con alguien y piensa presentársela a su madre. Sabe que no se refiere a ella porque aquella sonrisa revela que él está enamorado de aquella persona, cosa que no sucede entre ellos dos.

Salió en silencio de la oficina para que no se percataran de su presencia, pero en la puerta se encontró a Julián.

De quién te estás ocultando, hermosa? - dijo Julián.

Con algo de inseguridad, volteó a ver hacia la puerta, pero rápidamente regresó su mirada a la cara de Julián para brindarle un poco de seguridad con sus palabras.

- De nadie, ¿qué crees? Solo que me cogiste algo despistada.

- OK, hermosa.

- Ahora sí, cuéntame. ¿A qué has venido? Porque no creo que estés aquí solo para saludar.

- Pequeña muchacha, siempre has sido muy inteligente... Como ya es hora del almuerzo, he venido a pedirte si quieres ir a comer conmigo.

- Sí, claro.

Salieron juntos, riendo y sonriendo a todo paso que andaban. En el trayecto, no se percataron de que, a lo lejos, Derek había abierto la puerta de su oficina y se había percatado de la cercanía que tenían ellos.

- Siempre está aquí Julián, tendré que prohibirle el paso a la empresa.

Algo furioso, Derek regresó a su oficina y pidió un domicilio para almorzar. No quería salir de ese lugar o tendría que despedir a unas cuantas personas.

Por otro lado, Verónica y Julián se encontraban en un restaurante cerca de la empresa, pues no querían perder tiempo yendo a un lugar tan lejos y llegar tarde a su trabajo. Así que juntos decidieron ir a un restaurante que quedaba cerca de la empresa. Por más que Julián le buscaba conversación a Verónica, ella se encontraba perdida en sus pensamientos, cosa que él se percató y entendió que estaba nadando en contra de la corriente.

En la cabeza de Verónica estaba la incógnita más grande: ¿cuál era la mujer que le va a presentar Derek a su madre? Y en ese momento, recordó a una pequeña modelo que había tenido mucha cercanía con él. Así que comenzó a unir todas las piezas y dio por hecho que era esa modelo, que había durado tres días seguidos en la empresa, de los cuales no se alejó de Derek.

- ¿Verónica?

- ¿Sí?

- Estás muy elevada. Creo que no fue lo adecuado invitarte a comer.

- No, te equivocas. Me siento muy a gusto contigo. Solo que tengo mi cabeza en otro lado en este momento.

- ¿Piensas en él...?

-¿Quién?

Con algo de duda, preguntó a quién se refería.

Derek, sabes que llevo días detrás de ti, dándote detalles y todo eso, pero no puedo engañar a mi corazón. Tú me gustas, pero no por eso pienso estar aferrado a un sentimiento que no es genuino. Me he dado cuenta de que a él lo miras con cariño, tus ojos se deslumbran cada vez que él está cerca. Me imagino que aún no le has dicho lo que sientes.

Vaya, no creí que fuera tan obvia con mis sentimientos. Pero en verdad no me he animado a decirle nada a él. Tengo miedo de que solo yo sienta eso.

Estás loca, ese hombre se muere por ti. Su cara furiosa cada vez que me ve cerca de ti lo delata. Tal vez ustedes dos necesitan tiempo para hablar de sus sentimientos y aclarar sus corazones, pero créeme cuando te digo que ese hombre se muere por ti.

Gracias. Perdóname por no corresponder a tus sentimientos.

Tranquila, hermosa. En el corazón no se manda.

Después de una cena tranquila, se dirigió a dejarla en la empresa. Ahí se despidieron y quedaron en hablar muy pronto de cómo le iba con Derek. Allí, Verónica entendió que Julián era un excelente amigo que estaba ahí para desearle lo mejor. Aunque le dolía no ser correspondido por Verónica, Julián sabía que era muy difícil nadar en contra de la corriente. Tendrá que pasar mucho tiempo para que en verdad se logre enamorar de alguien, pero sin embargo, durante todo ese proceso, no piensa lastimar más su corazón. Se irá de viaje por un tiempo y así, tal vez, pueda olvidar a esa mujer.

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