capitulo 5

—Buenos Días señorita Reynosa me comunico de parte de la Universidad "Europa di Roma" para informarle que desafortunadamente la beca que solicitó hace dos meses le ha sido negada, lo sentimos mucho y esperamos pueda continuar sus estudios con nosotros, buen día. —

—Yo... también lo siento... gracias, buen día. —

Esa llamada cambio todo en los planes de Melissa ya que éstos dos meses que lleva en Roma ella ha estado cubriendo todos los gastos con sus ahorros y de seguir así en otros dos meses se quedaría en ceros.

—Debo pensar que hacer de ahora en adelante, por lo visto no podré seguir en ésta universidad, ¡Caray ya se me hizo tarde!— exclamó viendo la hora en su celular...

El día estaba siendo normal, después de ir a la universidad regresó a casa para arreglarse e ir a trabajar. Llegó a la trattoria y se dispuso a hacer lo que hacía cada noche desde que obtuvo el empleo sólo que a diferencia de otras noches hoy su mirada estaba apagada y aún que trataba de poner su mejor sonrisa a kilómetros se notaba que era fingida, eso no le gustó para nada a Ginebra la nieta de los dueños, que de vez en cuando iba de visita y las pocas veces que platicó con Melissa se le hizo una chica muy simpática, soñadora, y muy divertida, tenía una alegría interna que te contagiaba con sólo una sonrisa, por eso verla tan decaída la preocupó y decidió que hablaría con ella cuando terminara su jornada.

Cuando Melissa terminó estaba realmente afligida, ni si quiera sentía el cansancio en sus pies, lo que tenía era pesadez en su noble corazón, ya que por más que se esforzaba e intentaba ser optimista parecía que la vida se ensañaba con ella y no le permitía salir adelante por sus propios medios, se sentía frustrada y pedirle ayuda a su millonario padre no era una opción pues a pesar de todo aún estaba orgullosa de sí misma por ser valiente y atreverse a llevar a cabo sus planes o al menos intentarlo, sabía que si acudía a su padre también perdería eso, sentiría que se defraudó a sí misma y eso era inaceptable para ella.

Melissa estaba sentada en una de las jardineras que adornan la entrada del lugar, perdida en sus pensamientos, planeando su próximo movimiento cuándo se percató de que Ginebra le hablaba, no escuchó lo que le dijo e inconscientemente contestó:

—Si— trató de ser educada pero fue errónea la respuesta a la pregunta que le hizo y ahora sí pareció maleducada, Melissa se dió cuenta de su error cuando escucho a Ginebra rebatir

—¿Si qué? te pregunté si querías Café o tequila para contarme por qué has estado con esa cara todo el día, ¿y me contestas con un si?— dijo Ginebra con un toque de reproche, ante tales palabras Melissa se sintió avergonzada e inmediatamente se disculpó.

—Lo siento estaba distraída, pero a todo ésto, ¿cómo que tequila?¿ no se supone que los italianos beben limoncello o amaretto?—

—Claro que si pero como tus problemas parecen graves y has estado lejos de tu hogar talvez te gustaría más desahogarte con tequila— contestó sin más Ginebra sabiendo que el alcohol favorito de la chica es el tequila.

—Bien dicho, hay que tomarnos unos shots de tequila, trae sal y limón mientras yo los sirvo por favor, total para cuando termine de contarte espero estemos terminando la botella— Dijo Melissa con un rastro de ¿emoción? si, tal vez también le hace falta su hogar y aún no se atreve a reconocerlo, en fin... Las chicas se sentaron a tomar mientras Melissa le contaba a Ginebra con lujo de detalle por todo lo que ha pasado, para cuando concluyó su relato se dió cuenta que Ginebra sólo la observaba en silencio y tal comportamiento la desubicó un poco.

—¿Está todo en orden?— preguntó Melissa un tanto temerosa por la respuesta, pero fue interrumpida por la pregunta de Ginebra:

—Sasa, ¿Qué pensarías si yo en éste momento te digo que tengo la solución a tus problemas?

—¡Ja! pensaría que ya bebiste demasiado— dijo Melissa con una enorme sonrisa lo que provocó una carcajada de parte de Ginebra.

—No seas tonta apenas llevamos un cuarto de botella— comentó entre risas.

—No, me refiero a que yo puedo ayudarte, es decir... bueno tu no sabes casi nada de mi, sólo sabes que soy la nieta de una dulce pareja de ancianos que tienen una trattoria desde hace 36 años pero hay más sobre mí en esa historia:

Yo tengo sangre italiana por parte de mi padre pero mi madre era francesa, ellos fallecieron en un accidente de auto cuando yo era muy pequeña, tenía 4 años, honestamente apenas los recuerdo, si no fuera por las fotos y videos que hay en casa a éstas alturas quizá no recordaría nada, mis abuelos hace muchos años decidieron vivir en Francia, compraron un restaurante en quiebra pero que está ubicado en una zona exclusiva de París, de hecho ahí fué donde se conocieron mis papás.

En fin... Cuando mis padres fallecieron, mi abuelo decidió que era momento de volver, tomó nuevamente las riendas de la trattoria y desde entonces no ha dejado de trabajar en ella, cada mes desde hace 18 años ha invertido sus ganancias en arreglar el restaurante de París y cuando yo cumplí la mayoría de edad decidí mudarme nuevamente a Francia, ahí es donde vivo actualmente y estoy a cargo del restaurante.

¡Deberías verlo! Aquel restaurante en quiebra no es ni la sombra de lo que es ahora, con todo el dinero y cariño que hemos invertido se ha convertido en un restaurante de alta gama, muy popular y sobre todo exclusivo, mis abuelos le tienen mucho cariño a éste lugar y han decidido envejecer aquí, mi abuela dice que es muy acogedor y es feliz en su tierra natal junto al amor de su vida, mi abuelo por su parte está muy orgulloso de lo que hemos logrado en el Le coup de foudre y quiere dejarlo totalmente para mí dice que es lo que haría felices a mis padres, así que...

Te puedo ayudar de esa manera, en realidad todo va ser mérito tuyo yo sólo te estoy ofreciendo un empleo, sé que no es parte de tu sueño ser mesera pero allá te pagaría el doble de lo que ganas con mis abuelos, podrías posponer tus estudios por el momento y dedicarte a ahorrar por un año después de ese tiempo tu decides si quieres seguir trabajando conmigo o reanudar tus estudios cómo ves?— Ginebra estaba en espera de una respuesta pero todo quedó entendido cuando escuchó a Melissa decir:

—Cuando nos sentamos te dije que al terminar de contarte mi historia también esperaba que nos hubiéramos terminado la botella y a penas va a la mitad, me parece que deberíamos acelerar el paso— Ginebra no sabía que decir, estaba completamente muda y ante tal reacción Melissa comenzó a reír, para luego decir:

—Gin eres una chica maravillosa me encantaría ser tu amiga si tú me lo permites, en cuanto al empleo claro que lo tomo con mucho gusto sólo necesito hablar con tus abuelos para solicitar mi renuncia y agradecerles todo el apoyo que me han brindado, ahora respecto a la botella es en serio, nos sentamos a beber con la intención de terminarla para desahogar las penas pero ahora quiero terminarla en modo de celebración, por un nuevo comienzo, ¡por un nuevo plan!—

—¡SALUD! — dijeron ambas al mismo tiempo que chocaban los pequeños vasos y se tomaban el líquido como si fuera agua.

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